En una reciente entrevista con el Diario As, el italiano Antonio Cassano relató algunas particularidades de su olvidable paso por el Real Madrid y de su secuencia favorita en la vida: comida, sexo y fútbol. “Empecé bien, convirtiendo, pero cuando vas al Madrid podés hacer dos cosas: estar con la familia, centrado, o ir a hacer el tonto. Y yo hice el tonto, pero lo pasé perfecto. Ahí jugué con dos de los cinco mejores de la historia: Zidane y Ronaldo, El Fenómeno (...) ¿Si mejoraba mi rendimiento una noche loca de sexo? Si hablamos del Madrid, no. No jugaba porque tenía 10 kilos de más. Simplemente eso. Tenía la cabeza en otra cosa. Cuando uno tiene 20 años y le gustan las chicas, tiene una fuerza que puede hacerlo cada día. Y tenía la oportunidad. ¡Era Cassano, el futbolista del Madrid! Si hubiera trabajado en cualquier otra cosa, no me hubiera mirado ninguna… ¡Ni mi madre! Pero en Roma creo que el sexo sí mejoraba mi rendimiento. En las vísperas de un 4-0 ante la Juve, robé las llaves de Trigoria (la ciudad deportiva de la Roma) y volví a las seis de la mañana. Fue mi mejor noche en un campo: provoqué un penal y marqué dos goles. Todavía ahora soy adicto a la comida. Como dice un amigo, cuando comés cosas buenas, engordás. Cuando como pasta, pan, dulce, jamón… Ahí soy feliz. Es obvio que si comés mucho todos los días, sos un tonto. Y yo era un tonto a los 20 años. Ahora no puedo hacerlo… En Madrid tenía un amigo en el hotel de Mirasierra, y a las diez me pasaba lo que quería de comida a la habitación. Yo le daba 200 o 500 euros. La pena era que no estaba cuando jugábamos fuera…”. Antonio Cassano, todo un personaje.
Nota publicada en la edición de marzo de 2016 de El Gráfico
