Onside
David Stirling, pim, pum, pam
El gran jugador de polo de La Dolfina en respuestas cortitas… y al taco.
Por Redacción EG ·
14 de enero de 2016
Cuando me enojo... me encierro solo.
Mis ídolos en mi infancia eran... mi viejo y Bautista Heguy.
Amo... a mi familia: Jose, Vicente, Amalia; mis viejos, mis hermanos, y al resto de los míos.
Detesto... la inseguridad.
Mi defecto es... ser terco.
El mejor lugar que conocí por trabajo es... Sudáfrica. Me gustó mucho.
En internet me engancho con... los portales de los diarios deportivos de España, Uruguay y la Argentina.
En mi tiempo libre... me gusta estar con mi familia, comer asado y tomar mate con amigos.
Mi comida preferida es... las milanesas con puré.
Mi bebida preferida es... el fernet con Coca.
No entiendo nada de... física y química.
Me encanta... Uruguay, mi país.
En una pareja busco... sinceridad.
Le tengo miedo a... a que mis chicos no tengan buena sal.
No me duermo sin antes... rezar.
Mi sueño es... sostener la familia que armé.
Compite para hacer historia
Nació hace 34 años, el 4 de enero de 1981, en Montevideo, Uruguay. A los seis o siete años, su padre, que también se llama David, se lo llevó a vivir a Sotogrande, en España. “De chico, me tiraba el fútbol, jugaba de número 10, y decían que era bueno. Pero, a los 14 años, me enganché con el polo”, cuenta.
Su vida cambió en los últimos siete años: pasó de cuidarle caballos a Adolfo Cambiaso a transformarse en un polista de elite. En 2009, debutó en el Abierto de Palermo al jugar para Chapaleufú II. En 2010, se integró a La Dolfina. En 2011, consiguió su primer Abierto de Palermo y lo subieron a 10 goles, hándicap de excelencia que conserva. Desde 2013 hasta acá, obtuvo todos los torneos de la Triple Corona, además de haber sido el jugador más valioso de la final de Palermo 2014. Si el 12 de este mes se consagra por tercera vez consecutiva en Palermo, La Dolfina y sus cuatro integrantes serán los únicos en la historia del polo en ganar tres veces seguidas la Triple Corona.
Nota publicada en la edición de diciembre de 2015 de El Gráfico
