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Lomu eterno

El adiós de una gigantesca leyenda del rugby mundial.

Por Redacción EG ·

06 de enero de 2016
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Imagen Lomu en su apogeo.
Lomu en su apogeo.
Jonah Tali Lomu fue tan grande que ni siquiera necesitó ganar un Mundial para ser el ícono indisoluble de los All Blacks y una de las leyendas eternas del deporte. Mucho antes de que un síndrome nefrótico acabara con su vida a los 40 años, la topadora con cara de bueno había seducido al planeta con sus carreras electrizantes. Con esa deliciosa vehemencia con la que marcó 37 tries en sus 63 test con su selección, entre ellos los dos a Inglaterra en la semifinal del Mundial 95, acaso su partido consagratorio, con apenas 20 años. Se inició en el Rugby League, pasó al Rugby Union, explotó en los Mundiales juveniles y saltó a los All Blacks para deslumbrar sin fronteras. Su paso por el Mundial de Seven de Mar del Plata, en 2001, fue un relámpago inolvidable para el rugby de Argentina, un país que quiso y en el que se hizo querer. Lomu fue único e inimitable. Revolucionó el puesto de wing. Puso al rugby en otra dimensión. Contribuyó a globalizarlo. Y cosechó admiración en los cinco continentes. Dejó una huella indeleble, que acaso sea el sentido de la vida…

Nota publicada en la edición de diciembre de 2015 de El Gráfico