Onside

La Dolfina se alimenta de lo imposible

Pretende ser el único equipo en la historia del polo en ganar tres veces seguidas la Triple Corona.

Por Darío Gurevich ·

04 de noviembre de 2015
Imagen Nero, Mac Donough, Stirling y Cambiaso festejan la conquista del Abierto de Palermo 2014 y de la segunda Triple Corona consecutiva.
Nero, Mac Donough, Stirling y Cambiaso festejan la conquista del Abierto de Palermo 2014 y de la segunda Triple Corona consecutiva.
El bicampeón argentino compite frente a sus rivales, en especial ante Ellerstina –su habitual oponente en las finales de los abiertos–, y contra la historia en la temporada alta de este año. La Dolfina tiene la difícil misión de defender la doble Triple Corona ganada y, si lo consigue, superaría al monstruoso Coronel Suárez tras conquistar el honorífico título por tercera vez seguida. Desde aquella hazaña de 1974 y 1975, en la que el cuarteto más exitoso del polo nacional obtuvo la trilogía de torneos (el Abierto de Tortugas, el Abierto de Hurlingham y el Campeonato Argentino Abierto, conocido como el Abierto de Palermo), hasta diciembre del año pasado, ningún equipo lo había logrado.

Fogoneado por haber perdido el Campeonato Argentino 2012, el club que Adolfo Cambiaso creó y lidera se fijó un objetivo para 2013: ganar por primera vez la Triple Corona, lo que implicaba salir a jugar fuerte en Tortugas en vez de probar. A Cambiaso le costaba motivarse en el primer certamen de valía de la temporada. Hoy, es bicampeón y lo disfruta. De hecho, el 3 de este mes empezará a disputarlo para ganarlo el 17. Porque en la actualidad, va por todo y bajo la misma fórmula que hace dos años. En aquel tiempo, los de Cañuelas tomaron una decisión vital para reciclarse: Milo Fernández Araujo se incorporó como entrenador. El aportó su sapiencia, fortaleció al grupo desde lo humano e impuso un concepto: mantener la intensidad durante los ocho chukkers. Desde el primer partido en Tortugas 2013 hasta la final de Palermo 2014, Cambiaso, David Stirling, Pablo Mac Donough y Juan Martín Nero, más Sebastián Merlos (que ingresó por las lesiones de Nero y de Stirling), atacaron, presionaron, obligaron y demolieron. Jamás negociaron la agresividad, ni la concentración, ni la intensidad. Acumulan 22 triunfos en la Triple Corona, 24 en competencia tras considerar el Abierto del Jockey Club 2014; y se vislumbran más victorias en el horizonte.

Para esta temporada alta, que se inauguró el 29 de septiembre con el choque entre Alegría y Chapaleufú, se produjeron algunas modificaciones: Pablo Pieres refuerza a Ellerstina, que no tendrá a Mariano Aguerre en la cancha pero sí en el palenque, como coach y suplente; Sebastián Merlos deja atrás sus años con poca actividad y se suma a Las Monjitas; y Miguel Novillo Astrada, uno de los ocho tipos que tiene 10 goles de hándicap, se pronuncia ausente por descanso en las filas de La Aguada. Sin embargo, hay cuestiones que no cambian. La Dolfina busca agigantar la historia en el polo argentino y adueñarse de su tercera Triple Corona en cadena y superar la seguidilla lograda por el emblemático Coronel Suárez; y ganar su 9º Abierto de Palermo para establecerse en la tercera ubicación entre los máximos campeones del certamen, detrás de Hurlingham Club (15 títulos) y Coronel Suárez (25).

Impecable
La Dolfina está invicto en los últimos seis torneos en la Triple Corona y acumula 22 partidos sin perder. Si gana el Abierto de Palermo 2015 -que sería su 9º-, se posicionará en la tercera ubicación de los máximos campeones del certamen.

De racha
El equipo que Cambiaso fundó y lidera es arrollador: disputó 14 de las últimas 15 finales del Abierto de Palermo; y, desde 2005, sólo cayó 3 veces. Su verdugo fue Ellerstina y las derrotas datan de los cruces decisivos de 2008, 2010 y 2012.

Todo diez
Los de Cañuelas son los únicos con hándicap perfecto en el polo argentino y los únicos, también, en alcanzarlo con dos formaciones distintas. Tras ganar el Abierto de Palermo 2007, fueron el cuarto conjunto en llegar a los 40 goles en la historia.

Por Darío Gurevich / Foto: Alejandro Del Bosco

Nota publicada en la edición de octubre de 2015 de El Gráfico