Onside

Diego Schwartzman, pim, pum, pam

El tenista argentino en respuestas cortitas y al pie.

Por Redacción EG ·

12 de agosto de 2015
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En mi iPod suena... rock nacional.

Cuando me enojo... soy fastidioso.

Los mejores lugares que conocí por trabajo son... Bastad y Umag, ciudades que están sobre la costa en Suecia y Croacia. Paris también me encantó.

Mi deportista favorito es... Juan Román Riquelme. No lo conozco personalmente.

En internet me engancho con... los sitios de chimentos.

No me puede faltar... ver los partidos de Boca.

En mi tiempo libre... me gusta compartir con amigos, sobre todo meriendas y picadas. Además, disfruto de verlos jugar al fútbol.

Mi comida preferida es... el asado, y me encanta combinarlo con una picada previa.

Pocos saben de mí... que les presto atención a las redes sociales y a lo que se dice sobre mí. Por ahí me preguntan si leí algo y respondo que no, pero en realidad lo leí.

No entiendo nada sobre... muchas cosas. Por ejemplo, cricket.

Detesto... que no entiendan cuando necesito mis momentos de soledad.

Le tengo miedo a... las enfermedades.

No duermo sin antes... tomar un té.

Mi sueño es... llegar lejos en el tenis, ser reconocido y que la gente me tenga cariño, incluso después de haberme retirado. Además, me encantaría comer un asadito con Román (se ríe).

Pequeño demonio
Nació el 16 de agosto de 1992 en Buenos Aires, comenzó a jugar al tenis a los 7 años, y debutó a los 16, en mayo de 2009, cuando cayó 7-6 y 6-4 ante otro argentino, Juan Vázquez Valenzuela, en un Future disputado en nuestro país. El Peque, apodo que le pusieron por su altura (1,70 metros), jamás perdió el foco y tuvo premio: ganó ocho Futures y seis Challengers. En Torneos ATP, hizo su estreno en 2013, al vencer al brasileño Bellucci en Buenos Aires, y ya se enfrentó ante Federer, Nadal y Djokovic. Admirador de David Nalbandian y gran amigo de Juan Mónaco, mejoró este año: jugó por primera vez en Copa Davis (en la serie frente a Brasil) y alcanzó su posición más alta en el ranking tras quedar 57 del mundo. Fanático de Boca, el mejor tenista argentino Sub 23 complica a sus rivales con las devoluciones y puede transformarse en un pequeño demonio. ¿A qué aspira en el corto plazo? A conseguir su primer título de ATP.

Nota publicada en la edición de julio de 2015 de El Gráfico