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Hoy te convertís en héroe #2: Ricardo Bochini vs. Talleres

El 25 de enero de 1978, el diez de Independiente se subía a lo más alto del podio al darle la victoria al Rojo en inferioridad de condiciones.

Por Redacción EG ·

22 de abril de 2015
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Era la final del Nacional 77, pero se disputaba en los primeros días del año siguiente. En el partido de ida, jugado en Avellaneda, Independiente y Talleres de Córdoba, la sensación del fútbol de interior, habían empatado 1-1. Un viento triunfalista soplaba en el estadio de Barrio Jardín la noche de la revancha. Todo parecía preparado para el gran festejo de la T. Si hasta el diario Córdoba ya había impreso 50.000 posters con la leyenda “Talleres campeón”… El Rojo empezó ganando con un cabezazo de Outes, pero los cordobeses lo dieron vuelta con la complicidad del árbitro Roberto Barreiro, quien cobró un dudoso penal para que Chierini estampara el 1-1 y luego, a los 25 del ST, no vio el grosero puñetazo con el que Bocanelli puso el 2-1. Furiosos, los jugadores de Independiente se fueron encima del árbitro, que no dudó en expulsar a tres futbolistas al mismo tiempo: Galván, Trossero y Larrosa. Quedaban 11 contra 8 y hasta Bochini, el crack del Rojo, quería irse de la cancha, indignado con semejante despojo. Pero lo frenó el DT José Pastoriza, el único que mantuvo la cabeza fría. El Pato arengó a los soldados que le quedaban, metió dos cambios fundamentales (ingresaron Biondi y Bertoni) y los mandó a la cancha para consumar la hazaña: el gol de visitante tenía un doble valor y un 2-2 podía consagrar a Independiente. Entre el Bocha y los dos que ingresaron armaron una jugada bárbara por el centro del área, hasta que la pelota le quedó mansa y picando a Bochini, cuyo sablazo alto perforó las manos de Guibaudo (fotos). Era el 2-2 histórico que valía un campeonato. Era la consumación de una de las mayores hazañas de la historia del fútbol argentino.

Nota publicada en la edición de marzo de 2015 de El Gráfico