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Nicolás Sánchez, pim, pum, pam

El apertura de Los Pumas en respuestas cortitas y al pie.

Por Redacción EG ·

29 de noviembre de 2016
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Cuando me enojo... soy histérico, muy calentón. Pero se me pasa al poco tiempo.

Mi ídolo de la infancia era... Jonny Wilkinson.

El mejor lugar que conocí por trabajo es... Sidney, Australia.

Amo... la sinceridad.

Detesto... la impuntualidad. 

En mi tiempo libre... descanso, voy a comer afuera, y miro películas y series.

No me puede faltar... mi familia. Los adoro.

Mi comida preferida es... el sushi. Me encanta.

Mi bebida favorita es... la Coca-Cola zero. 

No entiendo nada sobre... política.

Mi defecto es... que no sé disimular.

Pocos saben sobre mí... que juego mucho al Candy Crush. Voy por el nivel 1800, ja, ja, ja.

Mi lugar en el mundo es... Playa del Carmen, México.

Le tengo miedo al... fracaso.

No duermo sin antes... jugar al Candy Crush.

Mi sueño es... ser campeón del mundo con Los Pumas.

Un jugador diferente
Fue el goleador del último Mundial de rugby, de Inglaterra 2015, con 97 puntos, a través de 20 penales, 13 conversiones, 2 drops y 1 try al cabo de 6 partidos. Solo no anotó ante Namibia, porque no jugó. Se transformó, obviamente, en la llave que abrió la puerta de ese cuarto puesto mundialista. Es uno de los goleadores del Rugby Championship, torneo al que Argentina se incorporó en 2012. También es una de las figuras de los Jaguares, la franquicia argentina que compite en el Super Rugby.

Aquel que nació el 26 de octubre de 1988, en Tucumán; que empezó a divertirse en el rugby a los ocho años en Tucumán Lawn Tennis Club, hoy se torna un jugador distinto, de excelencia. El apertura impresiona por su goleo, su patada y sus destrezas. Además, aporta en defensa al tacklear. Haberse ganado el respeto internacional es quizá su intangible más preciado.

Nota publicada en la edición de octubre de 2016 de El Gráfico