De la A a la Z

Blaise Matuidi, de la A a la Z

Feroz volante de contención del PSG, es el niño mimado del dueño del club, el qatarí Nasser Al-Khelaifi. Cuando era chico no tenía para comer, así que de grande se hizo adicto a las hamburguesas, un vicio que tuvo que dejar cuando debutó en la Liga francesa. Modelo publicitario y empresario, sueña con ser corredor de bolsa en Wall Street. La historia de un jugador común y corriente que es distinto a todos.

Por Redacción EG ·

22 de octubre de 2015
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ANGOLA. “Es mi verdadera patria. Mi padre es angoleño y mi madre francesa. Yo nací en Toulouse, pero allí están mis raíces, las que dejó mi familia cuando tuvo que huir por la guerra civil. Se fueron a Zaire (hoy República Democrática del Congo) y luego a Europa”. Matuidi, al igual que muchos franceses, es descendiente de africanos y tiene muy presente su origen. Según dijo en una entrevista, recién tuvo coraje para conocer Angola y todas sus carencias hace sólo dos años.

BRASIL. En 2014 jugó el Mundial de Brasil. Fue su primer gran desafío con la selección francesa, con la que debutó en 2010 contra Bosnia y Herzegovina. En la Copa del Mundo fue una de las revelaciones del torneo y una de las figuras de su equipo. Anotó el segundo tanto en la goleada 5-2 sobre Suiza en la fase de grupos. Francia, no obstante, no superó los cuartos de final, cayó ante el posterior campeón, Alemania. 

CLAIREFONTAINE. Ubicado en París, es el más importante de los doce centros formativos de juveniles que dependen de la Asociación Francesa de Fútbol. Allí llegó Matuidi a los 12 años y se moldeó como futbolista hasta que fue convocado por el Troyes, con el que terminó debutando en la Ligue 1. En Clairefontaine también crecieron Nicolás Anelka, Abou Diaby, William Gallas, Hatem Ben Arfa y un tal Thierry Henry.

DAVID LUIZ. Es su mejor amigo en el Paris Saint-Germain. Juntos comparten fotos en las redes sociales, bromas en los entrenamientos y la admiración por Zlatan Ibrahimovic, el sueco goleador y buque insignia del equipo. Ambos, también, luchan contra la discriminación y encabezan campañas benéficas para afrontar la pobreza en países africanos. El brasileño fue uno de los primeros en repudiar las agresiones xenófobas que sufrió Matuidi en un partido amistoso.

ESFUERZO. El camino a la gloria no fue fácil para Matuidi, que tuvo que abandonar a su familia a los 12 años cuando fue reclutado por una academia de juveniles. También, una vez que debutó en el Troyes, tuvo que dejar las hamburguesas de Mc Donald’s, a las que se había hecho adicto luego de atravesar una infancia de carencias. “Sé que no soy Messi y que, como yo, el técnico puede tener 20 o 25 futbolistas, así que tengo que esforzarme afuera para sacar ventajas adentro”, asegura.

FRANCIA. Matuidi jugó en las selecciones Sub 19 y Sub 21 y debutó en la mayor en agosto de 2010, en una victoria 2-0 sobre Bosnia Herzegovina. Desde ese día jugó 35 partidos para Francia y marcó cuatro goles, uno de ellos contra Suiza en el Mundial de Brasil 2014. En la actualidad es titular indiscutido en el equipo y sus buenos rendimientos hicieron olvidar a Claude Makélélé. También jugó la Eurocopa 2012, en la que los galos no superaron los cuartos de final.

GOL. Es un volante de contención y su principal contribución es la marca y el sacrificio, pero desde que llegó al Paris Saint-Germain progresó mucho en su juego creativo y creció en su faceta ofensiva. Antes de su arribo al Parque de los Príncipes en 2011, había marcado siete goles en 222 partidos, y desde entonces acumula 20 conquistas en 190 encuentros. En su evolución reconoce que fueron vitales las enseñanzas del italiano Carlo Ancelotti.

HIJAS. Matuidi es fanático del fútbol y pasa cerca de cuatro horas por día consumiendo contenido deportivo, pero sólo tres personas pueden alejarlo de la televisión y son sus hijas Myliane y Naelle y su esposa Isabelle. “Ellas –confiesa– son la razón de mi vida y mi pilar. Intento ser un mejor padre y esposo cada día para que puedan tener lo que millones de personas alrededor del mundo no tienen: una bonita familia”.

INSOMNIO. Se concentra tanto para los partidos que una vez que finalizan, no logra dormirse hasta las cinco o seis de la mañana. Para recuperar las horas de descanso se levanta tarde y también respeta religiosamente la siesta. Lo único que lo induce al sueño, según contó en una entrevista, es leer un libro. Entre sus textos favoritos recuerda El diario de Ana Frank, las anotaciones de una niña judía alemana que fue perseguida y asesinada por el nazismo.

JEAN-MARC. Matuidi llegó al Troyes en 2004 con 18 años y el entrenador Jean-Marc Furlan confió en él y lo hizo debutar en la Ligue 2 contra el Gueugnon. Esa temporada el equipo de Champaña-Ardenas logró el ascenso y el volante se asentó como titular en Le Championnat. “Fue un maestro para mí porque es muy complicado superar la barrera de la academia y él me dio un lugar cuando recién me estaba instalando en Troyes. Le debo todo lo que soy a su confianza”.

KARTING. Una de las mayores aficiones de Matuidi, además de ver partidos de fútbol, son las carreras de karting. Acude a las pistas con amigos y con compañeros del Paris Saint-Germain (Javier Pastore es uno de sus más férreos oponentes) y mal no le va: todos lo reconocen casi unánimemente como un piloto con muchas condiciones. También disfruta de jugar al bowling (tiene una bolera en su casa de París) y al pool.

LESION. Por su posición, su labor y su estilo, es un futbolista que está expuesto a cometer faltas y a recibir sanciones, sin embargo, no se aprovecha del juego brusco ni suele actuar con mala intención. No obstante, en el Mundial de Brasil tuvo un cruce desafortunado con Ogenyi Onazi, el mediocampista nigeriano que terminó con fractura de tibia y peroné. Matuidi, que no fue expulsado, le pidió disculpas públicamente y recalcó que la jugada fue casual.

MODELO. De ropa, de espumas de afeitar, de anteojos y hasta de auriculares. Matuidi aprendió a explotar su versión de figura publicitaria y su cara ha ido ganando lugar en el ambiente. En ello mucho tuvo que ver Franck Richard, su agente de marketing y asesor de imagen, que no para de elogiarlo: “Yo sólo tengo una función de asesoramiento y me encargo de buscar publicidades, él pone el resto con su carisma y buena predisposición. Es un buen modelo”.

NEGOCIOS. “Estoy en una edad difícil, en la mitad de mi carrera, y debo empezar a pensar en el postre. Cuando se termine mi aventura como deportista, me gustaría dedicarme a algo relacionado a la computación o a un emprendimiento inmobiliario. También quiero invertir en Wall Street. Sueño con ser corredor de bolsa”. Lo único claro en el futuro del francés es que su destino estará lejos del fútbol. ¿Comprará acciones o se dedicará a construir edificios?

OKOCHA. Matuidi tuvo la posibilidad de jugar en el PSG a los 14 años, cuando estuvo un tiempo a prueba e incluso jugó dos torneos amistosos como juvenil del equipo parisino, pero finalmente volvió a la academia para luego partir a Troyes. En ese período idolatró a Jay-Jay Okocha, el talentoso nigeriano, símbolo de la generación dorada de su país, que festejaba los goles imitando el vuelo de un avión y que también jugó en la Bundesliga y en la Premier League.

PSG. Llegó a París en 2011, a cambio de ocho millones de euros desde el Saint-Etienne, y con la difícil misión de reemplazar a Claude Makélélé. Desde entonces, es titular indiscutido y ya ganó nueve títulos: tres Ligue 1, dos Copas de la Liga, tres Trofeos de Campeones y una Copa de Francia. También fue incluido dos veces en el equipo del año de Le Championnat (2014 y 2015) y se catapultó a la selección de su país.

QUIJOTE. “Mientras todos miran a Messi, Ronaldo y James, la revelación del Mundial es Matuidi, el Don Quijote de Francia que no da balón por perdido”. Brasil 2014 fue su consagración internacional y la televisión francesa no dejó pasar la oportunidad para señalarlo. Hasta la eliminación en cuartos de final con Alemania (Ver B), el volante fue la grata sorpresa de un equipo que tuvo transcursos de buen juego y solvencia defensiva.

RESIDENCIA. Matuidi es uno de los futbolistas más importantes que surgieron de las inferiores del Troyes y en el club no perdieron la chance de homenajearlo cuando construyeron el nuevo centro de alto rendimiento, entrenamiento y alojamiento de los juveniles y le pusieron el nombre del volante, que concurrió a la inauguración. Guarda un buen recuerdo del equipo, con el que debutó en Le Championnat, pero también sufrió un descenso a la Ligue 2 en 2007.

SAINT-ETIENNE. Fue su primera experiencia en un equipo con aspiraciones importantes, luego de su estreno en el Troyes. Si bien el Saint-Etienne no atraviesa sus mejores temporadas, es el club con más títulos en la Ligue 1, con diez conquistas, aunque la última fue en 1981. Allí vivió su explosión y tuvo su debut en competiciones internacionales, jugando la Copa UEFA en 2008. En cuatro campañas acumuló 154 partidos y tres goles.

TOULOUSE. En esa ciudad del departamento de Haute-Garonne nació Matuidi en 1987. Es la quinta mayor área urbana de Francia y un codiciado asiento para los inmigrantes por su importante polo industrial y desarrollo tecnológico. Sus padres eligieron esa región por la tolerancia hacia los extranjeros (dos tercios de los habitantes del lugar son foráneos) y por su cercanía con los Pirineos y con el mar Mediterráneo.

UNIVERSIDAD. “Debí dejar la escuela cuando empecé a entrenar a jornada completa, pero terminar mis estudios e ir a la universidad es una cuenta pendiente. Es una lástima que algunas veces el deporte y la educación no caminen juntos”. Matuidi, al igual que muchos futbolistas, se vio obligado a elegir entre los libros y la pelota y, como casi todos, eligió la pelota. Su objetivo a futuro es estudiar una carrera que se relacione con la informática.

VOLANTE. Es su posición natural, y en el Paris Saint-Germain generalmente actúa como único mediocampista central. En la selección francesa también alterna con el puesto de volante por la derecha, y en el Saint-Etienne llegó a jugar esporádicamente de extremo, porque la velocidad, por su físico atlético, es uno de sus puntos a tener en cuenta, aunque se lleva mejor con la recuperación y el despliegue desde el círculo central. 

WENGER. El técnico francés del Arsenal no suele equivocarse con la contratación de juveniles, pero en este caso dio un paso en falso. Sucedió el 2007, cuando Wenger le encomendó a su ojeador Gilles Grimandi la búsqueda de un volante central y este le sugirió a Matuidi, pero el entrenador se encaprichó con Lass Diarra y terminó rechazando al actual jugador del PSG. El tiempo no le dio la razón: Lass sólo jugó siete partidos en los Gunners. 

XENOFOBIA. Matuidi sufrió la discriminación en la selección. En la previa de Brasil 2014 los resultados no se le daban al equipo galo y el público francés decidió culpar a los extranjeros y descendientes de extranjeros que habían sido confirmados en el plantel mundialista. Karim Benzema, descendiente de argelinos, fue quien decidió sacar la cara por el grupo y recordó que doce de los 23 convocados tenían raíces africanas.

YES! En 2014 el emiratí Khaldoon Al Mubarak, dueño del Manchester City, se decidió a recuperar el protagonismo en Inglaterra y se dedicó a buscar jugadores. Uno de los apuntados fue Matuidi, que durante sus vacaciones en las Islas Maldivas recibió en su hotel una invitación de Al-Fahim y una suculenta oferta con una inscripción final: “Say yes!” (decí que sí). Nasser Al-Khelaifi, mandamás del PSG, desechó la propuesta porque es uno de sus futbolistas preferidos.

ZURDO. A pesar de su espíritu de marca y de lucha tiene buen manejo de pelota con ambos pies, pero su perfil natural es el zurdo. Ello le permitió jugar no sólo como mediocampista, sino también como volante e incluso como extremo (Ver V). La curiosidad es que en su carrera convirtió varios goles con la derecha, incluso uno de tiro libre contra el Montpellier. También tiene buen juego aéreo y un potente cabezazo. Completito.

Por Matías Rodríguez

Nota publicada en la edición de septiembre de 2015 de El Gráfico

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