De la A a la Z

Cerebro armenio: Henrikh Mkhitaryan, de la A a la Z

De apellido impronunciable y catastrófico para relatores televisivos, explotó en el Dortmund tras la salida de Klopp y la adopción de un fútbol con más gestación para aprovechar su capacidad de asistencia. En Ucrania eligió vivir en el predio del club para no perder concentración. Antes que la PlayStation prefiere el ajedrez. Creció en Francia, habla seis idiomas y lo quieren desde las grandes ligas, aunque cuando se refiere a su futuro, él va más allá y ya sueña con el próximo paso: ser abogado

Por Alejandra Altamirano Halle ·

11 de junio de 2016
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ARMENIA. Nació en Yereván, la capital de Armenia, pero pasó los primeros años de su vida en Francia. Regresó a su país natal a los siete años, cuando su papá se enfermó gravemente (ver H). “Yo no sabía prácticamente nada sobre Armenia cuando nos fuimos de Francia”, contó en una entrevista con la revista alemana 11 Freunde en 2014. “Recién cuando volvimos, me empecé a sentir armenio de verdad. Me resultaba ajeno hasta que mi madre me habló mucho sobre mi país y su cultura”.

BORUSSIA. Fue el primer armenio en llegar a la Bundesliga, pero no tuvo el mejor inicio en el Borussia Dortmund. En sus primeras dos temporadas, estuvo lejos de su mejor nivel. “Sentí la presión, habían pagado mucho dinero por mi pase y no rendí”, admite. Ya sin Klopp, explotó bajo el mando de Tuchel (foto): “El técnico me dijo que me iba a convertir en una estrella de primer nivel y, al principio, no le creí. Pero ahora comandamos más el juego y con más libertad para atacar”.

CARRERA. Se inició en el FC Pyunik de la Primera División armenia. Debutó a los 17 años, en septiembre de 2006. Metió 30 goles en 70 partidos y llamó la atención del Metalurh Donetsk, donde jugó en la temporada 2009/10 y se convirtió en el capitán más joven en la historia del club ucraniano. Después pasó al Shaktar, para el que marcó 44 goles en 106 presencias. Fue vendido al Dortmund por 27,5 millones de euros, en julio de 2013. Su contrato expira el año próximo.

DISTINTO. Contrariamente a muchos futbolistas de la actualidad, no le gusta perder el tiempo con los dispositivos electrónicos. Si bien usa twitter para comunicarse con sus seguidores, en su cuenta @HenrikhMkh, dispara: “Hoy todos están pendientes del teléfono o de la computadora. Tampoco me gusta jugar a la PlayStation, porque me pone nervioso. Si me quiero relajar y pensar, juego al ajedrez”, declaró el armenio. Jaque mate a los adictos a las pantallas.

EDUCACION. Domina seis idiomas: creció hablando francés y armenio. Además, aprendió ruso e inglés en la escuela. Sabe portugués (ver I) y tiene un nivel intermedio de alemán. Estudió administración de empresas a distancia y quiere formarse en leyes. No se ve como entrenador en el futuro. “Quiero ser abogado. Uno siempre debería querer aprender algo nuevo. Cuando terminás de aprender, terminás de vivir”, dice el políglota Henrikh.

FAMILIA. Las mujeres de su familia están muy relacionadas al fútbol. Su mamá, Marina, tomó un trabajo en la Federación Armenia para poder mantener a la familia, tras el fallecimiento de su papá. Hoy, es la jefa del departamento de selecciones nacionales. Mientras que su hermana, Monika, trabaja para la UEFA. “No pueden vivir sin trabajar. Preferiría que no lo hagan, pero ellas no aceptan mi ayuda. Mi dinero es el suyo, somos una familia”, dice sobre las dos mujeres de su vida.

GOLES. Esta temporada estuvo involucrado en 45 goles del Dortmund: metió 22 y dio 23 asistencias. Desde que se contabilizan los pases gol en Alemania (1988/89), nunca alguien de Dortmund había logrado ese registro (Götze tuvo 15 en 2011 y Andy Möller, 14 en 1997). Así, el armenio incrementó su fama de de “señor asistidor” y en Alemania lo compararon con Özil. Pero Mkhitaryan también mejoró en la definición: desde su última temporada en el Shakhtar que no pasaba los 20 goles.

HAMLET. Como la obra de Shakespeare, ese era el nombre de su papá: un reconocido jugador de fútbol que fue el segundo goleador de la liga soviética en los 80. A los 26 años, Hamlet decidió irse al ASOA Valence de Francia, un club fundado por armenios cristianos que habían abandonado su tierra, en su mayoría, por la persecución religiosa. A los 33, cuando Henrikh tenía solo 7 años, Hamlet falleció a raíz de un tumor cerebral.

INTERCAMBIO. Mkhitaryan vivió en Brasil durante cuatro meses en 2003, por un programa de intercambio entre el San Pablo y el gobierno de Armenia. Posó con Hernanes (ahora en Lazio), y se hizo amigo de Lucas (PSG) y Oscar (Chelsea). Lo hospedó la familia de Vasken Yeginerian, un joven brasileño de origen armenio, que mintió para que Henrikh no pasara las Pascuas solo. “Tuve que decir que era primo suyo para que lo dejaran salir del club”, contó al Folha de Sao Paulo.

JUVENTUS. “¿Yo a la Juventus? Será un verano caliente…”, se hizo el misterioso en una entrevista con la Gazzetta dello Sport, cuando le consultaron sobre un posible pase. Tiene como agente al excéntrico Carmine Mino Raiola, el italiano que maneja a Pogba e Ibrahimovic. Cuando tenía 19, estuvo a un paso de firmar con el Chievo: “Fui mal aconsejado, pero las cosas se dieron así”, declaró. También se habla del interés del Arsenal, pero el Dortmund no lo dejará ir fácil. Para el técnico es intransferible.

KLOPP. “No tengo dudas en mi mente de que es uno de los jugadores más talentosos en el mundo. Posee una increíble combinación de velocidad y técnica”, lo elogió su ex DT, Jürgen Klopp, aunque bajo su mando no llegó a demostrar todo su potencial. En 2013, el Liverpool estaba dispuesto a comprar el pase del volante, que desistió de esa propuesta. “Hablé con Klopp y él tomó la decisión por mí, yo solo quería venir al Dortmund”, reveló el que llegó como reemplazante de Götze.

LUGAR. Apenas pisó Ucrania le ofrecieron un departamento en el centro de Donetsk, pero lo rechazó. ¿No cumplía con requisitos lujosos? Nada de eso. Prefirió quedarse en Kirsha, el centro de entrenamiento del Shaktar. Sus compañeros lo cargaban por su decisión. “Me decían que era el presidente del predio. Yo quería mentalizarme solo en el fútbol y, si bien, algunas veces salía, quería concentrarme más en entrenar y en los partidos, en vez de en conocer la vida en Donetsk”, comentó.

MICKY. Como el 10 no tiene el nombre más fácil de pronunciar, los alemanes lo bautizaron Micky. Aunque en su infancia todos lo conocían con otro apodo. A los 9 años, Henno –como lo llaman sus íntimos– se presentó en la televisión armenia y contó que había ido a casi todos los entrenamientos de su papá y que, tras su fallecimiento, decidió ser futbolista. Para ese entonces, era fan de Roberto Biaggio y también del Dortmund, como prueba la foto. El equipo alemán estaba en su destino.

NOVIA. “Todavía no encontré a la elegida”, dijo sobre sobre su prolongada soltería. Invitado a dar una conferencia en la Universidad de Yereván, una chica tomó el micrófono y rompió el esquema de preguntas solemnes: “¿Querés casarte conmigo?”. Tímido y sonrojado, él replicó: “¿Qué harías por mí?”. Pero no hubo flechazo. Además admitió que no quiere una mujer que sea muy independiente. “Yo me ganaré la vida, ella tiene que ser educada para criar a nuestros hijos en casa”.

OPINION. Aunque no pasa tanto tiempo con su madre y su hermana por las distancias, no deja de consultarles antes de tomar decisiones. Muchas veces, el DT del Shakthar, Mircea Lucescu, se enojaba con él porque siempre le decía: “Debo consultarlo con mi madre”. Atención: ella no era su representante, como decían los medios. Hasta ese momento, quien representaba sus intereses era: ¡su hermana! Para los Mkhitaryan todo queda en familia.

PREMIOS. Líder indiscutido del fútbol armenio, ganó el Balón de Oro de su país en cinco ediciones: 2009, 2011, 2012, 2013 y 2014. Otra distinción que recibió fuera del ámbito futbolístico fue la medalla que le otorgó el primer ministro de Nagorno-Karabakh, el estado independiente al que los armenios llaman Artsakh. Lo visitó en tres oportunidades, siempre con motivos de caridad. En una de sus visitas, entregó regalos a los familiares de soldados caídos.

QABALA. En octubre pasado, Mkhitaryan no pudo viajar con sus compañeros del Dortmund para el partido de Europa League ante el Qabala de Azerbaiyán, por el conflicto geopolítico que existe entre este país y Armenia. Prefirieron preservarlo. Sin embargo, jugó en el encuentro de vuelta. No solo aportó un gol en el minuto 70 para el 4 a 0, también fue la figura del equipo.

RINGSIDE. Tiene una excelente relación con su compatriota boxeador Arthur Abraham, que nació en Armenia pero tiene además nacionalidad alemana. Lo acompañó desde el ringside durante una de sus peleas y terminó con la camisa blanca salpicada con gotas de sangre. El campeón supermediano de la WBO lo elogió en una entrevista al diario alemán Bild: “Es un héroe nacional. Tiene un potencial enorme. Será el segundo Messi”. Exageraciones aparte...

SELECCION. Una semana antes de su cumpleaños 18, en 2007, Mkhitaryan tuvo su momento más especial con la camiseta de su país: debut contra Panamá en Estados Unidos (1-1). “Siempre queda grabada la primera vez”, dice. Ya había representado a Armenia a nivel juvenil (Sub 17, 19 y 21). Se convirtió en el goleador histórico de la selección al marcar su gol 12 en la derrota 3-1 ante Italia. Lleva 55 partidos y 16 goles como internacional.

TRIO. “Aubameyang y Reus se integran a la perfección y yo, arrancando desde atrás, tengo la libertad de moverme de derecha a izquierda para jugar entre líneas. De esa manera todos hicimos muchos goles. Y además, yo me divierto dándoles asistencias”, declaró sobre sus compañeros. Con ellos, forman uno de los tríos más explosivos de Europa:  43 goles en la Bundesliga, 78 contando el resto de las competiciones. Pero no será eterno: alguno de los tres seguramente será vendido a mitad de año.

UEFA. “Eso es un poco raro”, opinó sobre el trabajo de su hermana Monika en la UEFA. Cuando Michel Platini visitó Armenia durante su campaña por la presidencia de la entidad, su hermana -que habla perfecto francés- le ofició de intérprete. Unos años más tarde, cuando Monika terminó de estudiar en Francia, envió solicitudes de trabajo como pasante a varios lugares y la primera respuesta positiva que recibió fue justamente de la UEFA. “Fue una coincidencia”, contó su hermano.

VELOCIDAD. Una de sus características es su agilidad. Siempre atlético, cree que de no haberse dedicado al fútbol, se habría interesado en el atletismo. Pero lo más importante no solo es ser velocista. Y donde saca ventaja Mkhitaryan es en la velocidad mental. “Cuanto más conocés a un equipo, más previsible es imaginar dónde están los compañeros, o dónde les puede convenir ubicarse. El objetivo es tratar de adelantarse a la jugada, como en el ajedrez”, dice.

WEIDENFELLER. El arquero del Dortmund le dio un flor de golpe en la derrota 2-1 ante el Bayern Munich: quiso hacer un saque de meta rápido y la pelota terminó dándole en la nuca a Mkhitaryan. Por suerte no fue gol en contra. El video se viralizó en YouTube, donde el armenio tiene una serie de actuaciones extrafutbolísticas que muestran su lado menos reservado: desde sus flojas habilidades como bailarín hasta cuando desafinó con una artista pop ucraniana. Un pelotazo en contra.

XEROGRAFIA. Es impactante el parecido físico a su padre. Muchas de las fotografías de Henrikh parecen fotocopias de las imágenes de Hamlet, jugador del Aravat Yerevan de los 80. “El es mi modelo a seguir. Lo iba a ver a los entrenamientos y si no me llevaba, me quedaba llorando en la puerta. Siempre quise ser futbolista y gracias a mis padres pude cumplir mi deseo. Siento que me puede ver y está orgulloso de mí”, declaró en una entrevista al sitio oficial del Shakhtar.

YEREVAN. La ciudad que alguna vez le resultaba ajena hoy es parte fundamental de su vida. Tiene muchos fans desde que ganó tres títulos con el FC Pyunik, al inicio de su carrera, cuando aún no era el embajador futbolístico más famoso en el mundo. Hoy, cada vez que regresa a su  ciudad natal, convoca multitudes. “Nunca pensé en tener tantos fans, especialmente en Yerevan. Me da una gran satisfacción. El interés de la gente significa que aprecian mi trabajo”, reflexionó.

ZIDANE. Volante ofensivo criado en Francia... no es de extrañar que tenga como ídolo a Zinedine Zidane. “Era un jugador fantástico. El mejor ejemplo de un futbolista inteligente, un intelectual del fútbol. Un jugador de fútbol debe entender a sus compañeros, sus intenciones. En ese sentido, Zidane era el cerebro de sus equipos. En algunos partidos parecía tener ciertas capacidades telepáticas. Era un mago para mí”. Para muchos chicos, hoy el mago es Mkhitaryan.

Por Alejandra Altamirano Halle

Nota publicada en la edición de mayo de 2016 de El Gráfico