Sergio Hernández vuelve a la Selección Argentina de básquet

"Esto me toma en un gran momento. Tengo un compromiso con el básquetbol en sí. A veces, trabajar en algo no significa estar comprometido con ese algo; y en el deporte, eso es casi una condición sine qua non, porque no se puede hacer de otra manera. Y con la Selección Argentina me pasa lo mismo, es la máxima expresión de lo que hago: el básquetbol más mi país. Hoy, estoy adentro, y si no lo hubiera estado, habría apoyado igual como base de datos o para cualquier consulta que hubiera tenido el cuerpo técnico entrante o la misma Confederación Argentina".

Sergio Hernández se expresa durante la presentación de su segundo ciclo al frente de la Selección de básquet. Tras la inamovible renuncia de Julio Lamas y los fallidos intentos por retener al entrenador, la Confederación apostó por Oveja, lo seguro para afrontar un año delicado. No tanto por los Juegos Panamericanos (del 21 al 25 de julio, en Toronto), en los que no se logra una medalla desde la dorada en Mar del Plata 1995. Sino por el Preolímpico de Monterrey (del 25 de agosto al 6 de septiembre), el torneo trascendente de 2015 que otorga dos plazas para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

"Imagino a un equipo competitivo. No crean que iremos a ver qué pasa, o sólo con la mentalidad de buscar un lugar para el repechaje, porque Argentina va a ir a clasificarse, a jugar la final del Preolímpico, y si es posible, a ganarla –enfatiza–. Con esto no quiero abrir ninguna expectativa; el éxito y el fracaso en la vida dependen, generalmente, de las expectativas creadas. Por lo tanto, si considero lo que dije es porque creo que se puede, que hay potencial para lograrlo. Ahora, si se tratará de los Juegos Olímpicos y afirmo que ‘vamos por la medalla dorada’, estaríamos en problemas. Entonces, cualquiera de los extremos son malos: bajar las expectativas o subirlas demasiado. Creo que Argentina jugando al límite de sus posibilidades y teniendo algo de fortuna en algún cruce puede clasificarse directo para los próximos Juegos Olímpicos".

El bahiense, de 51 años, es respetado a nivel internacional por su primera etapa en el seleccionado, que data entre 2005 y 2010. Obtuvo el Preolímpico de Las Vegas 2007, la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, y le fue bien en el Mundial: cuarto puesto en Japón 2006 y quinto en Turquía 2010. Aún sin haber confirmado a sus asistentes (quiere a Silvio Santander, Nicolás Casalánguida y Gonzalo García), sabe que se le viene otro lindo desafío y que a veces las segundas partes también son buenas.

 

Nota publicada en la edición de enero de 2015 de El Gráfico