La Argentina construyó una victoria clave con poco fútbol: 2-1 en Chile

Argentina consiguió un triunfo clave en Santiago para terminar de encaminar su camino en las Eliminatorias, en las que ya está en zona de clasificación. Fue 2-1 contra el Chile de Pizzi, que mostró todo el vértigo del de Sampaoli y complicó enormemente al equipo de Martino. La Selección no consiguió coordinar el juego deseado, y no necesariamente por mérito del rival, pero sí mostró un aspecto positivo: carácter para dar vuelta un resultado que había empezado de manera desfavorable. 

Jugadón de Messi a los 8 minutos.

Leo se le escapó a Jara con un giro sobre la raya, casi en posición de 4, picó salteando a otro marcador y aceleró hasta tres cuartos, con superioridad numérica 4 contra 3. La apertura en diagonal para Di María esperaba divolución, pero Fideo eligió patear y lo hizo mal, por arriba del travesaño.

Gol y empate

Y todavía se estaban lamentando por aquella primera acción de peligro, cuando llegó el gol de Gutiérrez, misil de cabeza tras un córner desde la derecha. Pero Argentina encontró el gol en el momento en que parecía estar más confundida. Fue una recuperación rápida, intervención de Agüero, Banega intentó limpiar en el área y Di María le "robó" la pelota para aparecer con un tiro combado de derecha, que se clavó en el arco de Bravo. Golazo y partido a foja cero.

Dos lesiones en menos de 20'

El Chile que corre y corre a veces se autoexige demasiado. Pero nada parecido a lo que le ocurrió esta noche: Matías Fernández y Marcelo Díaz, dos hombres fundamentales en la estructura de la Roja, salieron con lesiones musculares y tuvieron que dejar la cancha antes de los 20'. A esto se sumaron las bajas que ya se habían confirmado antes del partido. Finalmente, terminó siendo un Chile notablemente diezmado respecto de su equipo ideal.

#LaTijeraDeMercado

Tras una pelota parada, cargó Otamendi, la pelota quedó suelta en el área chica y Mercado definió con una tijera espectacular para poner en ventaja a la Selección. Un partido lleno de aristas, donde en 25 minutos pasó de todo. 

Segundo tiempo, más atrás

Argentina cambió el esquema para la segunda mitad, con Kranevitter metido cerca de la defensa y Banega, Biglia y Di María tratando de ocupar el ancho del mediocampo, pero ni así logró controlar la pelota de manera más fluida y menos circunstancial. Messi, incómodo, obligado a estar en la derecha o tirándose muy atrás (demasiado, realmente), casi no coordinó acciones con Agüero, en teoría su mejor socio.

Pipita por Kun

 
Iban 21 del segundo tiempo cuando Martino metió su primer cambio. Adentro el goleador del Napoli, afuera el Kun, que había tenido una muy clara, con resolución similar a la de Di María en el gol, pero la pelota picó a centrímetros del palo y se fue afuera. Así y todo, fue un partido opaco del hombre del Manchester City.

Augusto por Banega

Fue la propuesta de Martino para intentar controlar mejor el mediocampo en los últimos 15 del segundo tiempo. Al minuto de entrar, sin embargo, el disparo de Silva pasó a 10 centímetros del palo derecho de Romero. Era el empate. El medio argentino seguía extrañando a Mascherano. 

Pelota parada, qué problema

Los envíos aéreos fueron uno de los puntos débiles del equipo, que curiosamente nunca había sufrido un gol de pelota parada en la era de Martino como DT. Llegó esta noche, con el cabezazo-misil de Gutiérrez, y pudo haber habido algún otro...

Amarilla y suspensión para los centrales

Llegaron en silencio y se transformaron en una dupla intocable. Pero les tocará ver el partido desde afuera contra Bolivia. Funes Mori fue amonestado en el primer tiempo y quedó suspendido para el partido en Córdoba. Sobre el final del partido, Otamendi vio una amarilla totalmente evitable y tampoco jugará. Lo mismo ocurrió con Lavezzi, en los pocos minutos que entró (por Di María).

Ultimos minutos, con sufrimiento

Con el arquero Bravo esperando un centro en el área, con otro tiro libre previo de Alexis Sánchez que se fue por arriba, el final del partido para Argentina fue con puro sufrimiento. Respondió bien Romero en ese último envío. Una victoria que en ningún momento fue un trámite. Y que se terminó festejando con una dimensión real de lo que había costado conseguirla.