Fútbol Internacional

Gerrard, el ídolo que siempre será del Liverpool

Se despidió de Anfield y contra el Stoke City jugará su último partido después de 17 años. Capitán histórico, referente y multicampeón, su historia es la del club.

Por Redacción EG ·

19 de mayo de 2015
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“Steven Gerrard” será la respuesta de varias generaciones cuando se les consulte por un jugador del Liverpool. No existe un nivel de vinculación mayor. Nació a diez kilómetros de la cancha, es hincha, llegó al club a los 9 años, salió campeón diez veces, es el que más partidos llevó la cinta de capitán y se despide a los 34. Mal que le pese a sus hinchas, el fin de ciclo ha llegado.

Imagen El capitán con sus hijas en una tarde de emociones.
El capitán con sus hijas en una tarde de emociones.
El 16 de mayo de 2015 será recordado como su última tarde en Anfield. El mítico estadio se vistió de gala para la despedida. Salieron a la cancha 21 jugadores, que se pararon armando el pasillo de honor a la salida del túnel. No hubo gas pimienta ni bengalas porque el fútbol aún conserva historias felices. Gerrard se quedó en la zona de vestuarios junto a sus tres hijas esperando que la voz del estadio lo presentara. Bajó tres escalones, tocó un cartel previo al ingreso que dice “This is Anfield” como quien toca una estampita religiosa e hizo la entrada triunfal. Saludó uno a uno a los jugadores del Crystal Palace, quienes no le tuvieron compasión y después le ganaron tres a uno. El resultado es puramente anecdótico.

Desde las tribunas, las canciones tenían un solo destinatario. “Steven Gerrard is our captain, Steven Gerrard is a red, Steven Gerrard plays for Liverpool, a Scouser born and bred” (…”de Liverpool nació y se crió”). Todos levantaron una pancarta y mientras en una platea se leía “Captain”, desde otra resaltaban sus iniciales con la número ocho. Sus compañeros también lucían su número habitual.

La historia del Liverpool es la historia de Gerrard y viceversa. En 1989, la tragedia de Hillsborough impactó al mundo. En el estadio del Sheffield murieron 96 personas aplastadas por el exceso de gente y la falta de cumplimiento en las medidas de seguridad. Recién en 2012 se reconoció la responsabilidad de la policía. Una de las víctimas fue un primo de Steven, quien apenas tenía diez años. En su autobiografía, termina rindiéndole homenaje como persona de inspiración: “I play por for Jon.Paul”, dice. En 2006, ganó el premio al mejor libro de deportes.

Imagen Sus propios compañeros también lo homenajearon en su día.
Sus propios compañeros también lo homenajearon en su día.
Ahí también confiesa que a los catorce hizo una prueba en Manchester United para meterles presión a los dirigentes del Liverpool y firmar su primer contrato. El objetivo lo logró en noviembre de 1997 y un año después hizo su debut en Primera. A partir de ahí avanzó como la historia de cualquier enamoramiento hollywoodense. En 2001 fue elegido mejor futbolista del año por los hinchas de todos los equipos. Además, como sucedió otras siete veces posteriores, integró el once ideal de la Premier League. En Inglaterra ya se estaba haciendo un nombre y comenzaba a aparecer en la selección cuando el 1° de septiembre de 2001 le anotó un golazo a Alemania en un histórico 5-1 por las Eliminatorias. La consagración fue total aunque no pudo jugar el Mundial de Corea-Japón por una lesión.

A los 23 por la suplencia de Sami Hyypia, se convirtió en el capitán más joven de la historia del club. No fueron un puñado de partidos: en total acumuló 472 como ningún otro pudo repetir con esa cinta. Tres factores explican el fenómeno: personalidad, rendimiento y que nunca cambió de equipo. Recién a los 34 vestirá otra camiseta. Firmó contrato durante 18 meses para jugar en Los Angeles Galaxy. El fracaso inglés en el Mundial de Brasil le sacó las energías. “Fue uno de los tres peores mese de mi vida”, dijo justo él quien había disputado todos los partidos de la Copa del Mundo desde 2006. Tendrá un tiempo para disfrutar del fútbol en un nivel menos competitivo y luego, en Anfield lo esperan con los abrazos.

Imagen Cara de nene en 1998 cuando debutó vs. Blackburn Rovers a los 18.
Cara de nene en 1998 cuando debutó vs. Blackburn Rovers a los 18.
El último gol fue al Chelsea de Mourinho, quien siempre tuvo una debilidad por su juego. “Es mi más querido enemigo, el que hizo de mí un mejor entrenador”, reconoció el portugués quien dirigió equipos de fastuosas billeteras, pero ni así pudo convencer a Steven de abandonar su casa.

Pese a ser mediocampista (¿es volante por derecha, volante central, enganche o qué es?), se destacó por hacer goles importantes. En competiciones europeas es el máximo anotador Red con cuarenta. En la FA Cup 2006, pateó desde treinta metros, hizo el 3-3 en el último minuto para luego ganarle por penales al West Ham. Sin embargo, su obra más trascendental fue en mayo de 2005. No por nada, aquella noche sigue siendo recordada como el “Milagro de Estambul”. En las grandes jornadas de final de Champions League será difícil encontrar una hazaña superior. El Liverpool perdía 3-0
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con baile en el entretiempo vs. Milan, pero se recompuso y ganó por penales. De cabeza y como siempre guiando el camino, Gerrard hizo el primer gol del descuento. Fue elegido MVP y levantó la copa como portador de la cinta.

Si a esa altura ya era ídolo, ahora con 709 partidos -sólo superado por Ian Gallagher y Carragher-, lo es mucho más. En 2010 le hicieron una estatua de cera valuada en 170 mil euros y ya en 2015, con motivo de su despedida, le hicieron un especial en la web del club (http://gerrard.liverpoolfc.com/) a la altura de su trayectoria con capítulos, anécdotas e imágenes. No se fue y ya están buscando llenar un vacío. La huella es grande, las alegrías que aportó, también.  

 Por Pedro Molina