Fútbol Internacional

El cisma del Balón de Oro

Por qué la FIFA decidió romper el contrato del premio al que había soñado con expropiar, sin éxito. ¿Qué hará France Football? ¿Cuántos Balones de Oro tienen Messi y Cristiano Ronaldo? Para una respuesta fácil, ahora nos vemos forzados a entrar en el terreno de los asteriscos.

Por Martín Mazur ·

16 de septiembre de 2016
La nueva FIFA tiene una necesidad imperiosa de demostrar que efectivamente se ha renovado. Y cuando se habla de renovación, en realidad la referencia es al reciclaje: desde el presidente, Gianni Infantino, la gran mayoría de los dirigentes que forman parte de esta nueva era en realidad pertenecían, directa o satelitalmente, a la anterior. Difícil, entonces, poder levantar las banderas de la transparencia sin levantar sospechas o desconfianza. 

Imagen Gianni Infantino, presidente de la FIFA.
Gianni Infantino, presidente de la FIFA.
Pero mientras los campeonatos comienzan, el primer "gran" problema de la FIFA en el horizonte no llegó desde el núcleo, sino de la corteza. El Balón de Oro, otorgado por la revista francesa France Football, ha sido el premio más valorado y prestigioso en la historia del fútbol europeo. Durante dos décadas la FIFA intentó armar su propio Balón de Oro paralelo, el FIFA World Player of the Year, y falló rotundamente. Si bien los resultados finales se asemejaban a los del Ballon D'Or, el proceso de selección era bastante controvertido. Y la votación por parte de capitanes y técnicos nacionales siempre dio lugar a suspicacias y a denuncias de "yo no lo voté". 

Además, el grado de importancia (y líneas de cobertura) que se le otorgaba a uno y otro galardón era notoriamente distinto: el prestigio y las grandes crónicas eran para el Ballon D'Or; la anécdota condensada en una noticia breve era el elegido por el FIFA World Player of the Year. 


Desde el archivo El Gráfico: McFIFA: Por qué el FIFA World Player nunca funcionó, por Martín Mazur




Desde 2010, la FIFA de Joseph Blatter consagró su take-over blando del Ballon D'Or. Se asoció a France Football y así surgió un mix entre el premio que coronaba al mejor del fútbol europeo y el que decidía el mejor jugador (y jugadora) del año para la FIFA. Uno ponía el prestigio, el otro montaba el show, la fiesta y la transmisión mundial. El FIFA Ballon D'Or significó el éxtasis de protagonismo de Blatter, el momento para armar galas fastuosas y poder rodearse de espectáculos, bellas mujeres y terminar diciendo un mensaje parroquial destinado a la familia del fútbol. 

Infantino sabe que por muchas nuevas reglas, nuevos estatutos, acceso a la información pública y más transparencia que se demande, replicar la ceremonia del FIFA Ballon D'Or tal como venía siendo, direccionará invariablemente las críticas hacia la sensación de continuidad de la FIFA. Y en vez de chocar en diciembre, el suizo prefirió dar un volantazo tres meses antes. Final del contrato de partnership entre FIFA y France Football (que trabaja junto a L'Equipe); cisma del FIFA Ballon D'Or como venía conocido hasta hoy.

Imagen La tradicional portada que cada año consagraba al ganador: Ronaldinho, 2005.
La tradicional portada que cada año consagraba al ganador: Ronaldinho, 2005.
Según relata el prestigioso colega Francesc Aguilar en Mundo Deportivo, la decisión unilateral del "abandono" cayó de sorpresa en el grupo Amaury, dueño de France Football y L'Equipe, tanto que por ahora no se dieron precisiones al respecto. Apenas se destacó que "El Balón de Oro vuelve a casa". Pero se había ido a toda orquesta y vuelve de capa caída: prestigio dinamitado por los negociados de Zurich; sensación de que deberá hacer un reset forzoso y certeza de que perdió la ventaja contra el gigante que en su momento soñaba con igualarlo: le falta un sponsor capaz de solventar la ceremonia; le falta redefinir si el Ballon D'Or se asignará sólo a futbolistas que actúen en Europa, tal su ley original, o si se sostendrá con futbolistas de todo el mundo, según el código FIFA; y para colmo le salió una competencia con el UEFA Player Of The Year, nicho vacante muy bien aprovechado por la entidad rectora del fútbol europeo en los últimos años.


Más información: Cómo ganarle al equipo ideal de la FIFA. Elegimos a los "descartados" por el sistema




La nueva ceremonia que tiene en mente la FIFA será con sedes rotativas, de modo tal de contribuir a la descentralización de Zurich y comenzar a tejer buenas relaciones desde un sigilo diplomático. Los capitanes y entrenadores, obreros de la casa matriz, seguirán participando en la elección del empleado del año. Los periodistas especializados y corresponsales de France Football elegirán al futbolista más destacado del año, como lo habían hecho siempre, aunque su importancia había quedado minimizada desde que la FIFA tomó el control del premio. Y ahora la revista también deberá afrontar una crisis que no imaginaba, al no recibir el sostén financiero y tener que verse obligada a pelear contra la FIFA en tiempo récord. Desde ese punto será difícil de imaginar el reingreso triunfante, porque el negocio y su explotación global ya quedaron en manos de quienes fueron socios y ahora son competidores.

Imagen Messi pasó a tener 4 Balones de Oro FIFA y uno de France Football. No es chiste.
Messi pasó a tener 4 Balones de Oro FIFA y uno de France Football. No es chiste.
En el medio de esta lucha quedan los dos grandes exponentes de la última década del fútbol mundial, y su particular lucha, que trasciende a esta era y los ubica como contendientes contemporáneos pero a su vez históricos: Messi ganó 5, Cristiano Ronaldo tiene 3 (y uno en camino casi con seguridad). Son los dos más ganadores de todos los tiempos (en el apogeo de Pelé o Maradona, el Ballon D'Or premiaba sólo a europeos). A partir de ahora, cabe la posibilidad de que se bifurquen los caminos estadísticos con asteriscos. Que Messi gane el de France Football y Cristiano el de la FIFA, o viceversa. Ya funciona así en Wikipedia, de hecho: Messi tiene ganado un Ballon d'Or y cuatro FIFA Ballon d'Or; Cristiano suma uno y dos, respectivamente. Sí, han fracturado hasta el Balón de Oro. Es, apenas, un anécdotico aporte más al caos que reina en el fútbol mundial desde que se destapó el FIFAgate.  

Martín Mazur
@martinmazur