Los grandes, a la espera de un retorno

Crack que aparece, crack que se va a Europa. No hay fórmula para evitar la fuga de talentos y la realidad indica que los jugadores argentinos viven sus mejores años en el Viejo Continente. De tan habitual se convirtió en una obviedad y hasta en un antídoto saludable para la frágil economía de los clubes.

Queda la imagen de la figura antes de partir, se celebra las andanzas con las camisetas de otros clubes y a medida que pasan los años se agiganta el recuerdo y la idolatría. El escenario es ideal para la culminación del “viaje del héroe”, como se reconoce a la estructura narrativa que tiene tres momentos: separación, iniciación y retorno.

Verón, Diego Milito y Maxi Rodríguez son algunos de los que volvieron y salieron campeones. Cavenaghi y el Chori Domínguez actuaron de emergencia en River, mientras que Gustavo López y Crespo ingresan en el selecto grupo de quienes no se retiraron, por diferentes motivos, en el club que los esperaba. Actualmente, los cinco grandes tienen ídolos con quienes conserva la ilusión de un regreso.  

El caso paradigmático es el de Boca con Tevez. Carlitos se convirtió en Carletto, es ídolo en la Juventus y tiene contrato hasta 2016, pero a los 31 años está decidido a volver en junio. Los más osados lo imaginan campeón de la Champions League y meses después de la Copa Libertadores. En lo concreto, Boca debería hacer un esfuerzo económico y el jugador resignar otro monto para que todas las partes queden conformes.

Los medios de Italia están al tanto. El Corriere della Sera lo dio por hecho y el Tuttosport ya habló de los reemplazantes (Dybala, Higuaín, Cavani o Falcao) en los que piensa la entidad bianconera. Desde su amigo Daniel Osvaldo hasta los candidatos a presidente de Argentina, Daniel Scioli y Mauricio Macri, todos se manifestaron sobre su posible vuelta.

También desde Italia, River espera por uno de sus últimos ídolos. Javier Saviola ya tiene 33 años y después de varios intentos fallidos (en marzo de 2013, dijo “la idea es volver a River”), el presidente D’Onofrio está decidido a que de una vez por todas, sea la vencida.

Algunas circunstancias generan que la expectativa por el Conejo sea inferior a la que se vive alrededor del Apache. En primer lugar, el bajo nivel del jugador del Hellas Verona, quien anotó dos goles en los últimos ocho meses. Su estado físico y la vigencia goleadora abren el signo de interrogación. La cercanía en el tiempo del caso Aimar tampoco colabora con el imaginario colectivo, pese a que el delantero expresó sus intenciones de volver a tirar paredes con él. En caso de que lo cumplieran con éxito, dejarían atrás el resabio de parte de los hinchas, que no les perdonan su permanencia en Europa cuando River estaba en la B Nacional y los necesitaba.

Si el caso Saviola es curioso, lo que ocurre con Lisandro López es mucho más. Salió de Racing y tuvo ascendentes pasos al Porto y al Lyon con buenos promedios de gol, pero pocas chances en la Selección. De bajísimo perfil y poca aparición fuera de las canchas, en 2013 se fue al Al-Gharafa de Qatar. Muchos le perdieron el rastro, pero los hinchas de Racing mantuvieron la vela hasta enero de 2015 cuando rescindió el contrato. Prepararon las banderas, las pancartas y la recibida porque creyeron que a los 32 años, era el momento ideal. Sin embargo, apareció en el medio el Inter de Porto Alegre con una oferta suculenta y Licha postergó sus goles en el Cilindro. Al menos, geográficamente está más cerca.

Independiente tuvo en el último Mundial a dos jugadores que vistieron su camiseta. Agüero, que siempre prometió volver a los 28 (junio de 2016) y Lucas Biglia, que tiene 29, pero se acomodó tarde en el primer plano del fútbol mundial. Por el momento, ninguno de los dos está en la consideración cercana. El nombre que tienta a los actuales dirigentes y que ya tuvo algunas aproximaciones es el de Esteban Cambiasso.

El Cuchu no salió campeón con el Rojo, pero sus hinchas se colgaron cada una de las medallas que el volante conquistó en Europa. De una notable trayectoria, en julio de 2014 firmó contrato sólo por un  año con el Leicester de Inglaterra a cambio de dos millones de euros. Los optimistas imaginan que a los 34, cargó los últimos pesos en el chanchito antes de llegar a la última etapa del viaje del héroe. Su regreso se habla desde 2012 cuando el propio jugador lo descartó, pero esta vez desde el club ya informaron que harán otro intento. Al menos hasta que el Leicester defina su permanencia en la Premier, probablemente no haya novedades por el caso.

Más a largo plazo y para completar el sueño de los grandes, San Lorenzo siempre piensa en Pablo Zabaleta. No sólo mejoró en Europa, sino que allá tuvo un despegue en su rendimiento que lo asentó como lateral derecho, lo convirtió en un inamovible de la Selección y hasta en capitán del Manchester City. Ya desde inferiores resaltaba por su personalidad y liderazgo. Hace unos meses, se comprometió a comprar metros cuadrados para el regreso del club a su tradicional barrio. Por ahora, la única vuelta en el caso de San Lorenzo es a Boedo.