Primera División

NO ES SOLO UNA CUESTIÓN DE FE

San Lorenzo no encuentra el rumbo en este 2021. Más allá de la llegada de Diego Dabove, el equipo "Santo" no gana, no gusta y no convence. ¿Cual es la salida?.

Por Pablo Bomarito ·

26 de marzo de 2021

Sin lugar a dudas la llegada de Marcelo Tinelli a San Lorenzo, funcionó cómo un agente disruptivo que frenó el cataclismo que venía de frente: un equipo a punto de descender, una situación económica delicada y una crisis dirigencial, la tormenta perfecta.
Cuenta la historia que el círculo cercano, trataban de "loco" al hombre de Bolívar, y la respuesta era siempre la misma: "¿que queres que me vaya a la B de nuevo?"

Lammens y Tinelli

Juntos cambiaron los insultos por loas, las piedras por flores y el descenso ganando una esquiva Copa Libertadores de América. El San Lorenzo de los milagros enderezaba las naves y nada hacía pensar que las tormentas acecharian en un futuro cercano. Todos eran aciertos, lógicos y no tanto. El primer ciclo de Pizzi fue un éxito pero con una salida desprolija (la no visita al vaticano por un supuesto extravío de pasaporte y la no renovación ya pactada de ambas partes) dejó un campeonato y una clasificación a la Copa Libertadores. 
Edgardo Bauza, cristalizó el sueño del pueblo "Santo" y logró el máximo título continental, con pocos misterios y buenas decisiones.   

Imagen Bauza cumplió el sueño del hincha de San Lorenzo
Bauza cumplió el sueño del hincha de San Lorenzo
 
Con la partida del "Patón" llegó Pablo Guede, ganó la Supercopa Argentina, quedó eliminado de la Copa Libertadores sin ganar un partido y perdió la final del campeonato con Lanús por 4 a 0, de mayor a menor. 
La crisis de hoy en realidad no empezó ayer, sino con Diego Aguirre, allá por el 2016. Los problemas son más o menos los mismos: falta de identidad futbolística, eliminaciones precoces y alguń día de sol en medio de la tormenta. Claudio Biaggio se hizo cargo del barco, pero nunca convenció y ante el primer traspié, dejó su cargo. La llegada de Almirón, sazonada con algunas exóticas contrataciones, empeoraron aún más  las cosas. 

Tinelli presidente.

En la argentina, las personas que gozan del favor popular y de su cariño, siempre son postulados como presidentes, de lo que sea. Generalmente sin hacer mérito alguno, sino por el simple hecho de que ser popular es sinónimo de éxito y soluciones, y no siempre es así. 
En el caso de Tinelli, la regla del pensamiento popular se cumplió. Ya lo contamos, junto a Lammens salvaron a San Lorenzo de un armagedón y además de los éxitos deportivos lograron algo que para el hincha es todo: La vuelta a Boedo.
Antes de presentarse y arrasar en las elecciones a presidente, se propuso junto a Lammens un plan para devolverle al club la paz deportiva. La vuelta de un viejo conocido, Juan Antonio Pizzi y la contratación que rompería el mercado: los hermanos Romero, Ángel y Óscar. Desde lo futbolístico y "marketinero" era un golpe maestro. Sumado a eso el retorno de uno de sus preferidos, Ignacio Piatti,  auguraban jornadas felices, de palmas rojas y gargantas maltrechas. 

Imagen La llegada de los hermanos Romero, la gran apuesta.
La llegada de los hermanos Romero, la gran apuesta.
 
Lo cierto es que lo que parecía seguro no lo fue, quizás esa falta de seguridad es lo que hace tan lindo al fútbol, el bueno de Juan Antonio Pizzi ratificó la máxima de que "las segundas partes nunca son buenas" y su ciclo terminó con pena y sin gloria.

“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.”

Quizás bajo ese precepto, Marcelo Tinelli y la secretaria de fútbol apostaron por una receta distinta, la elección de Diego Monarriz, entrenador de la reserva con un muy buen trabajo en el club. Duró poco la nueva receta, en total fueron diez partidos al mando del "Ciclón": 

Cuatro triunfos (Argentinos, Patronato, River y Vélez)
Dos empates (Atlético Tucumán y Estudiantes)
Cuatro caídas (Independiente, Newell's, Talleres y Racing).

A la par de los malos resultados, el plantel crujía por dentro, se empezaba a gestar los que los jugadores dejaron filtrar a la prensa tiempo después: "Los Romero y los demás".

Sur, pandemia y después.

Un día antes del aislamiento, Mariano Soso era entronizado como nuevo entrenador de San Lorenzo,un perfil "moderno": pelota al pie, salida por abajo, arquero jugador y las máximas consabidas de quienes abrevan en ese estilo, de ropa ajustada y frondoso vocabulario.
En plena pandemia, la superliga dejó de existir para darle paso a la nueva Liga Profesional de Fútbol, de la cual Marcelo Tinelli es ungido presidente.  

Imagen Mariano Soso, no convenció
Mariano Soso, no convenció
 
El ciclo de Mariano Soso, tan sólo duró 71 días, no solo no pudo solucionar los problemas futbolísticos, sino que visibilizó otros. La convivencia de los hermanos Romero y sus prebendas, sumados al fastidio del plantel con ellos, explotó cuando en una práctica Ángel Romero fracturó al juvenil Andrés Herrera. En redes sociales Coloccini expresó el ánimo del plantel en ese momento:

 

Imagen Coloccini y el descargo en el caso Romero - Herrera
Coloccini y el descargo en el caso Romero - Herrera
 

Más alla de la disculpa, ese incidente marcó para mal, el ciclo del entrenador. Tras 4 victorias, 4 empates y 3 derrotas, Soso renunció como entrenador.

En el después, la elección de Diego Dabove, lo opuesto desde lo futbolístico al ciclo anterior, devolvía lógica a las decisiones.Un director técnico avalado por un trabajo excepcional en Godoy Cruz y Argentinos Juniors, equipos sólidos y comprometidos, sin problemas visibles dentro o fuera de la cancha. 
Tras 10 partidos dirigidos con 3 victorias, 3 empates y 4 derrotas, el ciclo de otro entrenador está observado. La eliminación a manos de Defensa y Justicia en la Copa Argentina no es un partido más, es la ratificación del rumbo perdido.  

Imagen Dabove no le encuentra la vuelta. ¿Revertirá la situación?
Dabove no le encuentra la vuelta. ¿Revertirá la situación?
 
De un tiempo a esta parte San Lorenzo se convirtió en una máquina de devorar entrenadores, más allá del plantel, la época y los nombres. Resta saber si Dabove tiene la solución para este embrollo, hoy la Copa Libertadores aparece como la esperanza que puede salvar / revitalizar al ciclo.
También es un desafío para Marcelo Tinelli, que seguramente vive el momento más difícil y más endeble desde su llegada a San Lorenzo, el mas que nadie tiene en claro que en el fútbol mandan los números y los resultados y no solo es una cuestión de fe.