Primera División

CLUB ATLÉTICO EGO JUNIORS

Boca nunca tiene paz. Los futbolistas argumentan que no están de acuerdo con el estilo de conducción y el maltrato del Consejo de Fútbol y no ocultan su fastidio. ¿Qué decidirá Riquelme? ¿Qué papel juega Russo en esta historia?

Por Redacción EG ·

04 de febrero de 2021

Boca siempre parece estar inmerso en una crisis. No importa el año. El contexto. Ni los protagonistas. La sensación es que se acostumbró a vivir en un clima enrarecido, de acusaciones, grietas y disputas internas. Ni siquiera las dos vueltas olímpicas en menos de 12 meses, después del cambio de autoridades, generaron un buen clima. 

El doloroso 0-3 ante Santos y el final de la ilusión copera dejaron huellas por todos lados. Primero habló Toto Salvio y repartió culpas para sus compañeros y el propio Miguel Ángel Russo. Luego fue el turno de Mauro Zárate, con escasa autocrítica, que no tuvo reparos en decir que si no tiene minutos pretende irse del club. Por último, apareció en escena Carlos Tevez, el ídolo que, curiosamente, resurgió futbolísticamente con la llegada de Juan Román Riquelme pese a las diferencias que tuvieron (¿y tienen?).

Después de una foto con su amigo Daniel Angelici que no le cayó bien a aquellos que toman decisiones en el club, Carlitos midió cada una de sus palabras en una entrevista por TV. El capitán xeneize mostró distancia con respecto a Cascini y Delgado, amigos en otros tiempos, y principalmente hacia Bermúdez. Además, le apuntó de lleno al Consejo de Fútbol por prescindir de Pol Fernández en plena competencia. 

El sábado, en el centro de entrenamiento de Ezeiza, hubo una charla entre Bermúdez, Cascini y Delgado con el plantel con el objetivo de bajar los decibeles y generar, en lo posible, un ambiente de armonía. El Patrón, que hace 8 meses había dicho, sin eufemismos, que “cuando llegamos, Tevez era un ex jugador”, pidió disculpas, que fueron aceptadas pero también recibió un “a los 37 años, no me van a decir qué debo decir en una nota”. 

Hoy, los jugadores se reunieron durante más de 60 minutos en el hotel donde están concentrados, sin la presencia del cuerpo técnico. El objetivo: mostrarse unidos y analizar los pasos a seguir en una disputa caliente. El plantel no está de acuerdo con el estilo de conducción y el maltrato del Consejo de Fútbol y hasta se deslizó que podrían no entrenarse en caso de que la situación no cambie. Se vienen horas decisivas en Boca.