BOCA, ENTRE EL DOLOR Y LA OPORTUNIDAD
El equipo de Russo debe mirar hacia adelante sin olvidar el papelón de Vila Belmiro. El domingo tiene una final que puede darle una estrella más al club. Luego, será tiempo de revisar rendimientos y actitudes para marcar las pautas y exigencias de cara al futuro.
Por Agustín Salvemini ·
15 de enero de 2021
El golpe de Vila Belmiro pegó fuerte. Boca dilapidó una chance inmejorable para estar la gran final del 30 de enero en el Maracaná pero no tiene tiempo para lamentarse, ya que este domingo definirá la Copa Diego Maradona ante Banfield. ¿Vale lo mismo? Está claro que no. ¿Es importante? Sí. Para Miguel Ángel Russo y el plantel no será lo mismo cerrar la temporada futbolística con dos títulos sobre tres en disputa que con dos derrotas pesadas.
El resultado de San Juan tampoco será irrelevante para el Consejo de Fútbol liderado por Juan Román Riquelme. Seguramente, a partir del lunes, se comenzarán a analizar en detalle los rendimientos individuales y, principalmente, algunas actitudes adentro y afuera del campo de juego que obligan a ser rigurosos en la revisión pensando en el futuro.
De todos modos, antes habrá una final y Russo ya le dio una advertencia a sus dirigidos: "El que no esté en condiciones de jugar un partido de presión como el del domingo, que levante la mano". Boca está obligado a reaccionar y el entrenador deberá definir en estas horas con qué futbolistas lo intentará. Seguramente, habrá varias modificaciones con respecto al 11 que deambuló en Brasil.
Frank Fabra y Eduardo Salvio, dos de los apuntados por su desempeño del miércoles, podrían salir del equipo y dejarle su lugar a Emmanuel Mas (ojo con Mauricio Cuero) y Edwin Cardona. En el mediocampo, los juveniles Nicolás Capaldo y Alan Varela asoman como opción ante los inconvenientes físicos de Jorman Campuzano y Diego González. Y adelante, todo parece indicar que Wanchope Ábila, el máximo anotador de la competencia e inexplicablemente suplente frente a Santos, será el 9, acompañado por Carlos Tevez.
Boca, entre el dolor por lo que pudo haber sido y no fue y la oportunidad de otra vuelta olímpica. Con un plantel golpeado y cuestionado que deberá revertir su imagen, nada más y nada menos que en una final.
