Primera División

Boca perdió el rumbo y el partido, pero conserva la punta

Un gol temprano de Marco Ruben le valió la derrota con Rosario Central. Goltz fue expulsado por agresión en un encuentro marcado por la violencia. El puntero volvió a jugar mal y extrañó a Benedetto.

Por Redacción EG ·

26 de noviembre de 2017
Que desde 2006 no gana en el Gigante de Arroyito, que llega de perder con Racing, que no tendrá a Benedetto. En la previa Boca llegaba golpeado. El fin de semana pasado ya había perdido ese mantra de intocable e imparable que provocaba temor en los rivales. Así parece que lo sintió el Xeneize esta noche en Rosario. 

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A los 4 minutos, Marco Ruben llegó a conectar una pelota que todos los demás habían dejado pasar. Hambre de goleador, le dicen: llevaba un tanto en nueve partidos por torneo local. Con el resultado y cuatro tribunas que vibraban, el local encontró su lugar. Boca entró en un círculo nervioso que tuvo su clímax con la expulsión de Paolo Goltz. El zaguero, que cuando el Xeneize ganaba era un estandarte, contra Racing y esta noche mostró la hilacha. Sin pelota le pegó a Marco Ruben, con quien ya había tenido algunos encontronazos y vio la tarjeta roja. Demasiado infantil para alguien con su experiencia.

El partido se volvió hablado y violento ante la perpleja mirada de Lousteau. El inicio del complemento no varió demasiado en ese sentido, pero se vio un Central dispuesto a anotar el segundo y liquidarlo. El fin de semana pasado había ganado su primer partido y no podía dejar pasar la chance de la ventaja numérica en el resultado y en la cantidad de jugadores.

El más destacado de Boca estuvo en el arco


Poco a poco, Agustín Rossi empezó a erigirse como una de las figuras. Zampedri en una, Lovera en otra y Pachi Carrizo con un remate desde lejos lo sufrieron. La pelota picaba adentro del área, llegaban centros, cabezazos y la única respuesta posible era el arquero. Claro está, la destartalada defensa de Boca colaboró con la búsqueda canalla. Todo indicaba que se iba a aplicar el molesto refrán que dice que "los goles que no se hacen en un arco, entran en el otro". 

Más por urgencia que por claridad, el Xeneize se adelantó en los últimos 15 minutos y pudo empatarlo. Lo tuvo Espinoza, pero definió por arriba y Cardona con un zurdazo estrelló el palo. Los centros cruzados eran dagas venenosas, que no lograron transformarse en mortales.  

Ansioso como los niños, Guillermo Barros Schelotto espera Navidad más que cualquiera y que termine este semestre cuando parece que las energías empiezan a agotarse. Boca perdió y es noticia. Ya había perdido a Gago, a Benedetto, al invicto y a su aura de imbatibilidad. Lo único que conserva es la punta, que no es poca cosa, pero deberá luchar para manterla.