Primera División

Deportivo Pavón

El delantero de Boca tiene todas las condiciones para ser crack, pero todavía le cuesta hacer lo que pide la jugada y no lo que le reclama su ego.

Por Elías Perugino ·

19 de septiembre de 2016
Cristian Pavón es una de las apariciones más interesantes de los últimos meses. Desde que Boca lo sumó a la plantilla principal y le dio continuidad, mostró condiciones que lo llevaron a destacarse en el plano doméstico y en el regional, al punto que la cláusula de salida convenida en su último contrato es de 18 millones de euros.

Pavón es veloz y profundo por las bandas. Difícil de parar cuando viene lanzado. Desfachatado en el uno contra uno en espacios más reducidos. Ambicioso para el gol propio y, potencialmente, un asistidor frecuente para el gol ajeno.

Imagen Pavón tiene todo para triunfar, pero debe aprender a jugar en función de equipo.
Pavón tiene todo para triunfar, pero debe aprender a jugar en función de equipo.
Como suele decirse, Pavón es un diamante en bruto. Un delantero que ya se puso la camiseta argentina en juveniles y que, seguramente, será una presa codiciada por el mercado europeo dentro de poco tiempo.

Tal vez esa efervescencia esté jugando un papel poco aconsejable en su mente. Si bien fue uno de los primeros en metabolizar un mandato del DT Guillermo Barros Schelotto (“tienen prohibido tirar centros de mierda”) y fue el único que, con goles y actitud, se salvó del incendio de Independiente del Valle, en lo que va del semestre no ha hecho otra cosa que jugar para Deportivo Pavón.

Ciego en su ambición, parece empeñado en priorizar su lucimiento personal por encima de los intereses del equipo. Como si todavía no entendiera –es chico, apenas 20 años- que las figuras agigantan su estatura cuando brillan en función colectiva. El Pavón de las tres primeras fechas no hizo lo que le pedía la jugada, sino lo que le reclamaba su ego. Siempre una gambeta de más o un pase de menos para un compañero mejor ubicado en el desarrollo de la jugada.

Pavón ya nos hizo saber que tiene explosión, desequilibrio por afuera y gol. Su nuevo desafío será jugar simple, una característica que siempre viene abrazada con la inteligencia. Mientras insista en jugar para Deportivo Pavón, será más bruto que diamante.