Análisis

El torneo volvió con poco fútbol, polémicas arbitrales y un nuevo puntero

Boca recuperó el liderazgo. River y un nuevo talento en pelotas paradas. Newell's brilló y Racing lo sufrió. Los jueces hicieron de las suyas.

Por Elías Perugino ·

12 de julio de 2015
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* Todos jugaron para Boca… y Boca jugó un ratito para Boca. En el primer tiempo se vio lo mejor del equipo que recuperó la punta del campeonato, especialmente por las lúcidas apariciones de Pablo Pérez y ráfagas de buena circulación en el medio. El segundo tiempo fue un bodrio: Sarmiento no pudo y Boca tampoco. En los momentos más flojos, el uruguayo Rolin sacó bastante agua del bote. Y Erbes, con su capacidad para quitar y equilibrar el equipo, ratificó que su presencia es sustancial si Arruabarrena quiere sostener a varios talentos en cancha.

* La reanudación del torneo no nos libró de los pésimos arbitrajes. Errores groseros volvieron a incidir en los resultados. Echenique, por ejemplo, imaginó una falta inexistente en el último minuto de Belgrano-Argentinos para que Chiqui Pérez definiera el pleito de tiro libre. Vigliano ignoró una clarísima falta de Escobar a Grimi en el inicio del gol que abrió la goleada entre Newell’s y Racing. Baliño se comió un penal de Boggino a Alario en el final de River-Temperley. Tres jugadas simples, sencillas de ver, desarrolladas en las narices de los árbitros. Sin embargo, decidieron mal.

* El que decidió bien fue Beligoy. En la última jugada del partido, en la que se pidió penal de Meli a Cuevas, no hubo falta. Los dos se estaban tomando dentro del área.

* Ramiro Funes Mori es un ejemplo de superación. Desde su aparición en Primera hasta hoy, no ha hecho otra cosa que evolucionar. Por algo Martino lo anotó en su carpeta de renovación para la Selección. A su estilo audaz para marcar –arriesga en los anticipos- y para salir jugando –le gusta la pelotita y eso, a veces, le cuesta un dolor de cabeza-, y a su fortísimo juego aéreo, le acaba de agregar una sorprendente técnica para ejecutar tiros libres. Gran gol a Temperley. Fruto de horas de las horas extras que invirtió en los entrenamientos para pulir las ejecuciones. Bien por él.

* Un día volvió Newell’s. Y con Newell’s, volvió el Scocco deslumbrante que se había diluido luego de su fallida experiencia europea. El estreno de Lucas Bernardi como entrenador marcó un notable giro con respecto a lo que el equipo mostró bajo la conducción del Tolo Gallego. El equipo pareció reinventarse y reencontrar los lineamientos básicos del campeón diseñado por el Tata Martino. Racing –pobre- los sufrió en carne propia. Scocco fue la figura excluyente. Rápido, picante, gambeteando en velocidad, certero para marcar dos veces, y también amenazante en la ejecución de tiros libres. Items –todos- que brillaron por su ausencia en el último tiempo.

* Independiente ganó con más holgura en el resultado que en el desarrollo. Olimpo supo complicarlo con su disposición defensiva en campo propio y con las salidas en contraataque de sus dos puntas. La mejor noticia en el arranque ganador del ciclo Pellegrino es que Independiente encontró la victoria por el camino de la capacidad técnica de sus individualidades. Gran jugada de Méndez para el gol de Valencia. Y dos apariciones impecables de Benítez para los dos tantos finales: un remate muy ajustado a un palo en el 2-1 y una gambeta deliciosa –siempre reditúa la gambeta en el área- para lapidar el 3-1.

* En líneas generales, todos los equipos mostraron imprecisiones, rendimientos intermitentes y los típicos síntomas de la vuelta al ruedo luego de un receso. Todos menos Newell’s, por lejos el que más brilló.

* ¿El gol más lindo del fin de semana? Hubo pocos, pero buenos. El segundo de Martín Benítez, los tiros libres de Funes Mori y Malcorra, el segundo de Fernández para Godoy Cruz y el primero de Scocco.