Análisis

Indicios positivos del Boca modelo 2015

Recién arranca, pero ya hay algunas aproximaciones del equipo que quiere Arruabarrena. El juego asociado, los jóvenes que aparecen y un recambio ideal como para apuntar a todos los frentes.

Por Redacción EG ·

23 de febrero de 2015
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Olimpo, Palestino de Chile y Temperley. Cualquier análisis exitista puede quedar obsoleto en apenas unos días. En el fútbol de otra época, que Boca ganara tres partidos consecutivos no hubiera sido ni noticia. Pero los triunfos en el inicio de un año nuevo fueron acordes a la expectativa que generó en la previa.

El equipo de Arruabarrena ya tiene una identidad. Puede cambiar la estrategia de cada partido y conseguir diferentes rendimientos, pero ya se sabe a qué juega. Presión alta  y ataque directo. Línea de cuatro en el fondo, un mediocampo todoterreno más bien cerrado y tres delanteros repartiéndose toda la zona de ataque. Los de afuera aportan diagonales y un referente de área aguarda al acecho. Si habitualmente se dice que el ´9´ vive del gol, la competencia entre Gigliotti, Calleri y Osvaldo, convierte a la necesidad en urgencia.

El préstamo de Osvaldo sacudió el mercado, pero en los primeros bocetos 2015 del Vasco, su nombre no apareció. Gigliotti fue titular una vez y no completó el partido vs. Palestino, mientras que Calleri dio el presente por duplicado en el torneo local con muy buenas actuaciones y un golazo a Temperley. El recambio constante no permite hablar de titulares y suplentes, pero lo del ex All Boys ya merece un lugar de privilegio. Que la llegada del refuerzo estrella no tape su inspiración será uno de los desafíos del entrenador.  

Hasta el momento Boca ganó con el overol y aún tiene el frac colgado en una percha. La buena noticia es que mientras prepara el traje de lujo, avanza a paso redoblado. Necesitó algunas pinceladas para ganar y mucho de espíritu para mantener –o ir a buscar- el resultado. No por nada, el Cata Díaz parece haberse ganado otra vez el mote de ídolo. Por ahora, Boca tiene mucho más de actitud que de juego. Por ahora. Y mal no le fue.

El sufrido segundo tiempo vs. Temperley fue una postal. Con uno menos, el arquero siendo figura y los centrales cabeceando cualquier cosa que le tiraran. Arruabarrena no comió vidrio y terminó con una línea casi de cinco. Arriba, Lodeiro mostró algunas pinceladas destacables. Sus pases en cortada son un antipasto ideal para los delanteros. Antes, había dejado solo a Meli en la jugada del penal. Ya aclaró que no es enganche, pero por lo que se vio tiene características mucho más ligadas a la función de asistente que definidor. Por ahora coincidió veinte minutos con Gago en cancha, aunque la dupla promete ser el engranaje que Boca necesita.

Los flashes de los refuerzos no encandilaron a los ya presentes. Guillermo Burdisso reapareció después de varios meses sin mucha continuidad; el Burrito Martínez se propuso ser el mismo que salió campeón en Vélez; pero quienes realmente dieron la nota son dos chicos del club. En el verano, Jonathan Cristaldo ya había asomado la cabeza. “¿Quién? ¿Es uno de los refuerzos?”, se preguntaron algunos hinchas desorientados. Anotó en los dos superclásicos en los que ganó Boca, y espera por sus minutos oficialmente. Quienes sí los tuvieron y los aprovecharon fueron Sebastián Palacios y Andrés Cubas. El delantero (extremo derecho en el modelo 2015) se sumó a último momento y en sus primeros dos partidos ya justificó por qué no quiere ser cedido a préstamo otra vez. Desanudó el partido vs. Olimpo con dos goles cuando el resultado estaba igualado y puso el 2-0 vs. Palestino en Chile. Tiene pocas, pero mano a mano no suele fallar. Cubas ya amenaza con robarle el puesto a Erbes. En una ubicación que no es para cualquiera, a los 18 años juega como si tuviera 30. Corta y toca. Un termómetro por lo prolijo y lo bien ubicado que está siempre. En cancha de Temperley fue la figura de la resistencia Xeneize y el primer eslabón de los contraataques.

Aunque ninguno fue un rival de fuste, la investidura de candidato se mantuvo inalterable después de tres pruebas incómodas. Esa es su buena noticia. El dueño de la pelota es Arruabarrena, quien tiene plantel y competencias como para concretar con lo que se prevé. Los primeros indicios son buenos… pero son los primeros.