La Selección

La crisis de los juveniles, primer desafío para el nuevo presidente de AFA

Las selecciones menores perdieron identidad futbolística durante los últimos ocho años. Lo ocurrido en 2015 es tan nefasto como histórico: la Sub 20 y la Sub 17 quedaron afuera de sus mundiales en primera ronda. Devastador contraste en comparación con la Era Pekerman.

Por Elías Perugino ·

31 de octubre de 2015
Todavía no sabemos quién asumirá como nuevo presidente de la AFA, pero ya podemos descontar cuál deberá ser su primera medida al asumir. Gane Luis Segura, se imponga Marcelo Tinelli o ambas corrientes coincidan en una lista de unidad, quien conduzca los destinos del fútbol argentino no podrá demorarse demasiado en definir una nueva política en el área de las selecciones juveniles.

El reciente papelón en el Mundial Sub 17 disputado en Chile, en el que Argentina finalizó en la última posición global (24 entre 24 participantes) luego de perder sus tres partidos de la primera fase, fue la nefasta coronación de la oscura etapa posterior a la que llevaron adelante José Pekerman y su grupo de colaboradores.

Los números son abrumadores. Entre 1995 y 2007 (ciclo timoneados por Pekerman, Tocalli y Ferraro), Argentina obtuvo diez títulos: cinco Mundiales Sub 20, tres Sudamericanos Sub 20, un Sudamericano Sub 17 y el Torneo Esperanzas de Toulón de 1998. Desde 2007, cuando la AFA confió los juveniles a parte de la Generación 86 bajo la batuta de Humberto Grondona, los tropiezos fueron moneda corriente y sólo se alcanzaron dos éxitos: un Sudamericano Sub 17 y un Sudamericano Sub 20, ambos con Grondona en el banco.

Si dejamos los números a un lado, la conclusión también es paupérrima. Durante la etapa de Pekerman, las selecciones argentinas obtuvieron títulos y, además, mostraron una identidad definida de juego, una conducta intachable (varias merecieron los premios Fair Play) y generaron futbolistas con estirpe “de Selección” que nutrieron a la mayor. Durante el período siguiente, en el que desfilaron entrenadores como Brown, Perazzo, Trobbiani, Batista, Garré, Lemme y Grondona, decepcionaron tanto los resultados como las conductas de varias delegaciones, situaciones siempre enmarcadas en la escasa consistencia de las propuestas futbolísticas.

Si nos enfocamos en el último ciclo de cada categoría, la conclusión es tajante. En la Sub 20, Argentina obtuvo el Sudamericano de este año, que también valió la clasificación para los Juegos Olímpicos de 2016, pero luego padeció la eliminación en la primera ronda del Mundial de Nueva Zelanda. A la Sub 17 le fue peor: tras el subcampeonato sudamericano, sufrió el oprobioso mazazo del Mundial del otro lado de la cordillera.

Mientras los dirigentes se pelean por el poder, las selecciones juveniles ruedan barranca abajo. En 2007 se tomó una decisión equivocada y ocho años después siguen las consecuencias. Segura, Tinelli o ambos, ya saben la primera tarea que deberán afrontar cuando se sienten en el sillón presidencial el 4 de diciembre.