La Selección

11 respuestas a las 11 preguntas que nos hicimos antes de jugar con Paraguay

El esquema, los cambios, la actitud, el rival... las incógnitas que teníamos antes de la segunda presentación del equipo de Martino en las Eliminatorias, develadas.

Por Martín Mazur ·

13 de octubre de 2015
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Nos hicimos las preguntas horas antes del partido. Las respondemos un ratito después del 0-0. 

1) ¿Mejorará la Selección tanto en actitud como en juego?
Ni y no. Al equipo de Martino no se lo vio tan perdido como en el partido contra Ecuador, pero tampoco logró imponerle sus términos al partido. Tuvo algo más de protagonismo en el primer tiempo, se desdibujó en el segundo. A nivel de juego, volvió a quedar en deuda y sobre el final directamente parecía depender sólo de patriadas individuales. 

2) En los dos partidos en la Copa América, Argentina dominó ampliamente a Paraguay: debió golear en el primero y lo goleó en el segundo. ¿Esperará nuevamente atrás el equipo de Ramón Díaz o saldrá a apretarlo de entrada para aprovechar que Argentina llega golpeada?
Paraguay no salió a apretar a la Selección y decidió esperar y morder de la mitad de cancha para atrás. En el segundo tiempo, el equipo de Ramón Díaz se animó un poco más y terminó con más aire y una mejor imagen, aunque en esos minutos, Dybala también pudo haber marcado el 1-0.

3) ¿Sufrirá el equipo el tradicional juego aéreo de los paraguayos?
No. Más allá de que en teoría sólo había dos buenos cabeceadores en Argentina (Funes Mori y Otamendi), hubo pocas pelotas paradas en contra y, en ellas, la Selección no padeció como podía pensarse en los papeles. 

4) ¿Cómo trabajará el doble pivote con Mascherano y Kranevitter?
Individualmente, tanto Mascherano como Kranevitter dejaron actuaciones aceptables, pero no funcionaron como tándem, sino que más bien operaron individualmente y, por eso, el equipo no pudo hacer partir su juego a partir del control y la posesión de la pelota. Masche creció mucho en el segundo tiempo, cuando el equipo quedó más al límite. Kranevitter, además de su prolijidad y su tranquilidad, tuvo un cierre providencial de cabeza casi como lateral derecho, también en el segundo tiempo, cuando un paraguayo aparecía solo para definir. Es una dupla que sin dudas puede crecer, pero también es cierto que Argentina podría prescindir de uno de los dos, dándole al único 5 un mejor apoyo sobre los costados. En el caso de hoy, el doble cinco intentó sostener el desbalance del jueves pasado y en ese sentido, se sufrió menos, pero el rival era bastante inferior tanto en juego como en cambio de ritmo.  

5) ¿Sacará chapa de conductor Pastore o volverá a aparecer en cuentagotas?
Otra vez se vio el Pastore por goteo, que dio más pases atrás que hacia delante, que nunca logró cambiar el ritmo y que no se hizo cargo ni de ser la salida ni tampoco el último pase. Quien hoy llevó la camiseta número 10 fue, lógicamente, el primer cambio de Martino: lo reemplazó Lamela, quien como momento destacado tuvo su cesión de primera para dejar mano a mano a Dybala. En un equipo que juegue de memoria y que tenga variantes de ataque, las desapariciones de Pastore podrían sostenerse a cambio de algunas pinceladas de talento en el área rival. El jugador del Paris Saint-Germain evidentemente no se siente cómodo con la responsabilidad del conductor: siguiendo la ley de Riquelme, cuando el equipo juega bien es culpa del 10, y cuando el equipo juega mal, también. Y en estos dos partidos, mal que le pese, Pastore fue el 10 y no rindió. 

6) Aunque Martino haya dicho que la idea no se negocia, ¿se verá un cambio de esquema? ¿Jugará un 4-2-3-1 con más colaboración al doble pivot?
Sí, hubo un cambio de esquema, tal cual reconoció el técnico argentino en la conferencia de prensa después del partido. La aparición de un doble pivot, Mascherano-Kranevitter, detrás de otra línea de 3 futbolistas, Di María, Pastore y Lavezzi, con tareas defensivas más evidentes en el caso de los jugadores por los costados. Lástima que Martino no se animó a hacer esta variante durante el partido con Ecuador, cuando se pedía a gritos un reacomodamiento para que Biglia y Mascherano tengan ayuda de Correa y Di María por los costados. En el caso de los paraguayos, el nivel del equipo dista bastante de lo que fue el de Ecuador en el primer partido.

7) Lavezzi jugaría por la izquierda y Di María por la derecha. ¿No convendría que fuera al revés? ¿Cambiarán durante el partido?
No cambiaron ni una vez. Si un equipo necesita sorpresa, o al menos busca variantes en ofensiva, es extraño que sus dos jugadores más veloces jueguen los 90 minutos con el perfil cambiado. Lavezzi llegó tres veces, Di María tuvo dos. En todas, daría la impresión de que el ángulo de remate no los favoreció. 

8) ¿Correspondía desplazar a Otamendi de 6 a 2, para hacer ingresar a Funes Mori, o era mejor que entrara Demichelis?
A la luz de los resultados, el ingreso de Funes Mori fue un acierto: el ex River fue el más firme del fondo argentino y jugando en su puesto natural, aunque muchos también reclamaban su inserción como lateral izquierdo. Otamendi no fue exigido y Mas no tuvo problemas defensivos por su costado, después de la pesadilla frente a Ecuador. 

9) Puede ser 9, 9 y medio o 10, ¿pero logrará Tevez ser decisivo con la camiseta de la Selección? 
Hasta el codazo de Cáceres que lo sacó del partido, Carlitos se había transformado en el jugador más desequilibrante del equipo, y, al contrario de lo que diría el manual, empezando adentro del área y terminando afuera, como asistidor. Así, con buenos entendimientos con las diagonales de Lavezzi y circunstancialmente de Di María, habían llegado las situaciones más claras. Fue una lástima que el cabezazo tras el centro de Fideo se le fuera por arriba. Así, con un gol, pero saliendo mucho del área, se habrían terminado todas las polémicas respecto de dónde rinde más, debate que ahora se reenviará para el mes de noviembre.

10) ¿Habrá algún héroe argentino al final de la noche?
No, no lo hubo. El 0-0 dejó un sabor metálico y la única forma de analizarlo será una vez que se sepan los resultados contra Brasil y Colombia. Si logra terminar el año con 7 puntos, podrá decirse que este punto fue el inicio de la reconstrucción. Si termina con 1, equivaldrá a una derrota. Sin analizar el contexto, sí es importante señalar que Argentina dejó escapar un partido que debió haber ganado: tuvo los jugadores para hacerlo pero careció del funcionamiento. Y en los momentos de mayores dudas, coqueteó con la derrota. Allí apareció una vez más Mascherano, que junto a Tevez, Kranevitter y Funes Mori, fueron los puntos más altos del equipo.

11) ¿Esperaremos el partido ante Brasil con una sonrisa o con preocupación?
No hay sonrisas en este presente argentino. La única sonrisa logró generarla Juan Carlos Crespi, con su frase "No descartemos a Messi para el partido contra Brasil". Por ahora, parece difícil. Casi tanto como poder plasmar la famosa "idea" de Martino.