Una práctica distendida y plagada de sonrisas

REÑACA, Chile (Enviado especial).- Luego de la angustiosa pero merecida clasificación a los cuartos de final, la Selección volvió a entrenarse esta tarde en el Complejo Deportivo del Everton, situado en Reñaca Alto, población distante a diez kilómetros de la concentración montada en el hotel Radisson de Con Con.

Luego del esfuerzo del partido de anoche, los titulares realizaron movimientos regenerativos. Media hora de un loco a pura risa, donde el destinatario de las mayores cargadas fue Marcos Rojo, por lejos el que más veces “pagó” por no lograr interceptar los toques de sus compañeros antes de que llegaran al límite de los diez pases.

Los tres arqueros realizaron trabajos específicos con el preparador Gustavo Piñero. Y los suplentes y los tres jugadores que ingresaron pocos minutos (Tevez, Banega y Lavezzi) practicaron de manera más intensa bajo las órdenes de Jorge Pautasso, ayudante del Tata Martino. Un fútbol reducido, muy dinámico, con el respaldo de los chicos del Sub 17, más Guzmán y Marchesín ocupando los arcos.

En la práctica estuvo presente el Bocha Ponce, ex jugador de Estudiantes, Boca y Racing, entre otros equipos, quien se radicó en Chile luego de su paso por el fútbol local. Zurdo de gran talento en sus tiempos de notable volante creativo, el Bocha charló un largo rato con el Tata Martino.

Luego del entrenamiento, el plantel volvió a recluirse en el lujoso hotel de la costa del Pacífico para merendar y ver las alternativas de Brasil-Paraguay, choque del cual saldría el rival a enfrentar el próximo martes, a las 20.30, en Concepción.

Mañana, también en horas de la tarde, la Selección volverá a entrenar en el mismo predio, una obra importante encarada por el Everton –el club más popular de Viña del Mar- y que se encuentra en pleno proceso de construcción.  

Foto: Alejandro Del Bosco