El gran seguimiento griego

En Lima, el 23 de junio de 1985, por las Eliminatorias clasificatorias al Mundial de México 86, Luis Reyna se hace famoso por marcar hombre a hombre a Diego Maradona, al que logró anular por completo del partido.


Casi 25 años después, Lionel Messi sufre una marca férrea y asfixiante como hacía mucho tiempo no se veía. La Pulga se mostró fastidioso, por el acoso de quienes lo vigilaban de cerca, a pesar de que no hubo excesos físicos ni mala intención evidente por parte de Papastathopoulos, como en el caso del peruano que acosó a Maradona con faltas incontables.
 
“No me siento identificado con lo que hice ese día. Fue feo, antipático. A mí siempre me gustó jugar, hacer caños. No entiendo cómo me pudo aguantar Maradona. Fui muy cargoso con él. Yo, en su lugar, habría pegado un puñete”, se confesó Reyna hace unos años entrevistado por un periodista de Clarín.

Maradona recordó esa marca como "malintencionada, desmedida e injustificable" en una entrevista con Fox Sports. "Me tiraba el pantalón, la camiseta, me pasé todo el partido con la camiseta afuera. Felizmente, en esa época estaba flaquísimo y podía mostrar el lomo. Esas marcas ya no se dan más", rememoró el Diez.

A diferencia de lo que le sucedió a Maradona con Reyna, Messi logró sobreponerse a la marca de los griegos. Después del gol de Demichelis, se sintió más liberado. Fue fundamental en el segundo tiempo, porque volvió a aparecer en el área y generar situaciones claras. Pudo definir el partido con ese tiro impresionante que dio en el palo y aunque se le siga negando el gol, qué mejor que tener a Messi "enojado" en este nivel.

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