TMA: Todo menos Argentina

El hermetismo de Sampaoli altera a los medios chilenos

La relación entre el entrenador y la prensa local siempre fue tirante. Al argentino le achacan, sobre todo, que jamás realizó una práctica a puertas abiertas y las medidas de seguridad que tomó.

Por Darío Gurevich ·

10 de junio de 2015
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Santiago, Chile (Enviado especial)-. Había pedido que se cortara la calle Doctor Amador Neghme Rodríguez, entre El Líbano y Pedro Prado, para bloquear el tránsito en la cuadra que está la entrada del complejo Juan Pinto Durán, el laboratorio de la Roja. Los vecinos hasta se empadronaron para ingresar a sus casas. Pero la medida, que regía desde el 3 hasta el 19 de junio -con extención hasta el último suspiro de Chile en la Copa América-, sólo duró un día. Las quejas de la gente para que dejaran circular libremente pesaron más.

Sin embargo, Jorge Sampaoli, que ya había implementado la medida mencionada con éxito durante la concentración de mayo en Requínoa, se las ingenia para esconder todo lo que esté a su alcance.

Imagen El técnico, siempre serio.
El técnico, siempre serio.
Desde afuera del complejo, las lonas verdes -que Marcelo Bielsa había mandado a colocar en su momento- no permiten ver nada, ni siquiera a un móvil de televisión que se instaló en una terraza enfrentada a la entrada. Encima, dentro del predio que apenas cuenta con dos canchas, hay guardias de seguridad que supervisan que ningún vecino se atreva a espiar. Y, para agudizar el cerrojo, cuando se abre el portón para observar los 15 minutos de los entrenamientos, se ven movimientos físicos de los jugadores.

“Veo al fútbol como la guerra… Estoy todo el tiempo viendo quién me va a descubrir. Hay entrenadores que no les afecta; a mí, sí. Me hace estar atento, y no me enojo con el periodista que descubre, sino con la gente mía que tiene que proteger a la selección. Informar al rival es lo que no queremos. Tengo tan claro que un detalle, un descubrimiento de una jugada preparada, puede ser significativa para ganar o perder un partido, y eso se ha vuelto en una obsesión”, le justificó el entrenador argentino que dirige a Chile al diario local La Tercera.

Si la relación entre Sampaoli y la prensa chilena siempre fue tirante, imagínense a horas del inicio de la Copa América. El anteúltimo tiroteo se produjo en la concentración en Requínoa, en el Monasterio Celeste. A las medidas de seguridad que el técnico dispuso, le respondieron con un drone en plena práctica, lo que motivó a detenerla. Aquí y ahora, el fuego se reabrió. Le achacan que jamás realizó una práctica a puertas abiertas, más allá de los 15 minutos protocolares, mientras que Argentina sí la implementó. Además, le facturan las medidas de seguridad nombradas y el casi inexistente contacto personalizado con la prensa.

En tanto, Claudio Bravo, el capitán de la Roja, se refirió a este tema y respaldó al técnico: “Se cortó la calle porque está el riesgo, cuando tenemos libre, de salir con nuestros autos… Ustedes, los periodistas, lo han vivido al querer hacer notas ahí, y es muy peligroso, porque puede ocurrir un accidente… Gracias a Dios, no ha pasado absolutamente nada. Pero pienso que la medida se tomó para eso, para que ningún compañero atropelle a ninguna persona, para no lamentarnos después. A nosotros nos encanta la efervescencia, que la gente nos acompañe. Es parte del folclore del fútbol, y más en una fiesta como la Copa América”. Y la siguió: “El Pinto Durán no tiene las condiciones para hacer un entrenamiento a puertas abiertas, porque no hay lugar óptimo para realizarlo. Yo sería feliz de que pudiera hacerse, porque incluso mi familia podría venir”.

El tironeo, en consecuencia, entre Jorge Sampaoli y la prensa chilena tendrá más capítulos. Al momento, domina el hermetismo del técnico y llueven críticas.