Las Entrevistas de El Gráfico

Esperanza roja

En medio de un presente irregular en el que la tabla de promedios ya se mira de reojo, la nueva generación de las Inferiores entusiasma al hincha de Independiente. La jerarquía de Patricio Rodríguez. El nivel de Julián Velázquez. La frescura de Vidal y Monserrat. Con ellos, el futuro del Diablo pinta bien.

Por Redacción EG ·

04 de julio de 2012

             Nota publicada en la edición de junio de 2012 de El Gráfico  

Imagen COMO EN la popular, Vidal, Monserrat, Patricio Rodríguez y Velázquez sostienen la bandera del fútbol en Independiente.
COMO EN la popular, Vidal, Monserrat, Patricio Rodríguez y Velázquez sostienen la bandera del fútbol en Independiente.
 EL FUTURO llegó. La práctica termina en Villa Domínico y el plantel profesional de Independiente enfila hacia las duchas. El piberío predomina. Patricio Rodríguez, Julián Velázquez, Patricio Vidal y Fabián Monserrat, entre otros, cuadran en el marco más sensible para el fanático: defienden el prestigio de las Inferiores del Rojo en Primera. Ninguno de los cuatro supera los 22 años, aunque no les pesa la responsabilidad de salir a escena con una camiseta pesada por herencia. Al contrario: la lucen y hasta genera placer en los hinchas del Diablo. De todas maneras, cualquier análisis resulta imposible sin un contexto. Ahí conviven las dificultades económicas del club para incorporar y la sapiencia de un entrenador -Cristian Díaz- que prioriza lo bueno conocido: a los chicos que consumen la cultura de la institución desde hace años. Como cantan Los Piojos: la nueva generación es la nueva sensación.

“Cristian conoce a los chicos que están surgiendo en el club y les dio la continuidad que necesitaban”, adelanta Velázquez. “Está bueno apostar por los chicos del club. Si hubiera venido el Tolo (Gallego), también habría cumplir con eso porque él, igual que Cristian, está acostumbrado a jugar con los pibes de Inferiores”, prosigue Rodríguez. “Es importante que los chicos tengan rodaje en Primera. Nosotros somos del club y quizás les podamos dar una mano en lo económico con una futura venta”, se pronuncia Vidal. Mientras que Monserrat pide la palabra: “Cristian nos sorprendió porque no pensábamos que nos pondría, y menos en la Bombonera. Tuvo coraje. Ahí fue cuando abrí los ojos, por la posibilidad que teníamos. No había nada para perder, más allá del enojo del hincha, y supimos aprovechar la chance. Así se lleva adelante un proyecto para que salgan más jugadores; material hay”.

Imagen VELAZQUEZ: "Me siento del club y soy hincha de Independiente. Amo a la camiseta. Si me voy al exterior, volveré".
VELAZQUEZ: "Me siento del club y soy hincha de Independiente. Amo a la camiseta. Si me voy al exterior, volveré".
 DIAS DE furia. La mano venía torcida con el entrenador más ganador en la historia de River. Ramón Díaz nunca le encontró la vuelta al funcionamiento de los once. Acumuló cuatro derrotas en las primeras cuatro jornadas del Clausura 2012 y renunció a su cargo. Previo al desenlace del riojano, hubo cuestiones positivas. Ramón llevó a la pretemporada a varios de los chicos de Inferiores, entre ellos a Monserrat y a Vidal, que además debutó de manera oficial en Primera en el último encuentro de Ramón (derrota 3-1 frente a Argentinos). El final del ciclo resultó inevitable. “Después de la autocrítica, concluimos en que no estábamos bien en lo grupal, porque el equipo no se veía, ni en lo individual. No fue culpa de Ramón sino nuestra, porque no nos salieron las cosas. Había desorden en lo táctico; era todo muy desparejo”, se sincera Velázquez.

“Así está el fútbol argentino -afirma Rodríguez-. Si un entrenador deja su cargo en la cuarta fecha, demuestra la poca tolerancia que hay. Tampoco se le permite trabajar. Los entrenadores, lamentablemente, dependen de resultados sin importar cómo se juega. Ganar es importante, pero también lo es la manera”. Sin escapar de responsabilidades, el propio Rodríguez prefiere profundizar en la triste realidad social que encierra al mundo futbolero. “Existe gente que va a un estadio a descargar sus problemas. No es de ahora. Siempre fue igual, pero está más a la vista hoy -admite-. Además, la seguridad, por ejemplo, no es tan exigente. Creo que el fútbol debería volver a ser un espectáculo. Es difícil; sería un cambio muy grande”.

Imagen MONSERRAT: "No jugué en sexta porque tuve un mal año. No paraba de llorar. Me quise ir, pero mi viejo me frenó".
MONSERRAT: "No jugué en sexta porque tuve un mal año. No paraba de llorar. Me quise ir, pero mi viejo me frenó".
 DIAS DE renovacion. Cristian Díaz asumió en Primera y le dio continuidad a la idea que planeaba desde que dirigía la Reserva. Los chicos de Inferiores ya no eran tan chicos desde su óptica. “¿Estás cagado o te animás a jugar en la Bombonera?”, bromeó con Monserrat tras el estreno oficial del volante por derecha en el fútbol argentino (0-2 ante Belgrano, por la Copa Argentina) y en la previa del encuentro frente a Boca, cuando el técnico aún era interino. La negativa de Américo Gallego más la capacidad de Díaz -agitada por la histórica victoria 5-4 en La Boca- llevaron a Cristian a tomar la conducción. Primera medida, demostrada en cancha: juegan los pibes, sus pibes. Segunda: prescindir de Matías Defederico y Leonel Núñez. La maniobra le salió al pelo. Pero a no adelantarnos; la historia todavía transcurre allá, por la quinta fecha. “La noche anterior a enfrentarnos con Boca, el campeón, el invicto, nos reunimos entre los jugadores. Hablaron los más grandes, no podíamos perder más. Por eso, la victoria fue un quiebre”, confiesa Vidal, que no se puso nervioso para abrir el marcador al minuto de su segundo partido en Primera.

A cuatro jornadas del cierre del Clausura, Díaz alternó cinco triunfos, dos empates y cuatro derrotas. El técnico logró 17 puntos y una modificación sustancial en el juego y en la actitud de un equipo que combina la frescura de los novatos y el aplomo de los experimentados. “Cambiamos la cabeza. Crecimos y levantamos en lo anímico a partir del triunfo en la Bombonera. No sé si salvamos el semestre al ganarles a Boca y a Racing, pero fueron victorias importantes -cuenta Velázquez-. Y en cuanto al funcionamiento, mejoramos en la presión, en el orden. Todavía debemos progresar en las pelotas paradas en contra”.

“El 4-1 a Racing fue como el título en la Sudamericana 2010, por el resultado, por la cantidad de chicos del club que éramos, porque salí de titular y clavé un lindo gol -enfatiza Rodríguez-. El equipo juega al fútbol; es efectivo, no vistoso; toca por abajo. Me gusta la forma de juego. Sueño con un Independiente sólido, que brinde una buena imagen. El objetivo, por cómo arrancamos, es llegar a los 25 puntos en este torneo”. Monserrat, que se encontró con el gol en los triunfos frente a Belgrano y Atlético de Rafaela, sentencia: “Cristian impuso una línea de juego en la que se arriesga siempre. Jugamos por abajo, como lo hacíamos en Reserva”. Y Vidal acota: “Somos ordenados, tenemos paciencia y buen juego. Entendemos qué quiere Cristian en lo táctico”.

Imagen VIDAL: "Le hice goles a Boca y a Racing, pero estaba más nervioso en el clásico de Avellaneda"
VIDAL: "Le hice goles a Boca y a Racing, pero estaba más nervioso en el clásico de Avellaneda"
 YO CREO en vos. El diálogo se produjo con la prensa de frente. Ninguno de los dos se tapó la boca para conversar. Cristian Díaz y Patricio Rodríguez debatieron sobre el juego del 10 en un respiro del entrenamiento. “Coincidimos en nuestras opiniones. Tanto para él como para mí, juego de wing izquierdo, de frente al 4. La idea es que nos llegue la pelota a los extremos y encarar al defensor en el mano a mano. Eso de que no existen los extremos es una mentira. ¿Por qué no se lo dicen a Guardiola? -desafía Patito-. Se hacen cosas que la gente no llega a comprender, porque no sabe que se realizan con un sentido lógico. ‘¿Por qué no la pedís en cualquier lado?’, me preguntan mis amigos. Y no: existe un orden en la cancha. El wing debe recostarse sobre la banda; un interior tiene que ir por adentro y moverse. Se trata de un sistema. Si no, el 9 se la pediría al arquero y saldría jugando desde el fondo. Si fuera así, sería todo un lío”.

La recuperación del atacante apuntaló al equipo. Rodríguez juega y hace jugar. Las medallas se las deberían colgar él y el técnico, que lo trabajó para reinventarlo. ”¿Cuándo tal futbolista explotará?, preguntan los hinchas. Las bombas explotan, no los jugadores -dice Patito-. Nosotros tenemos buenos y malos partidos. Uno no juega solo, todo hace al equipo. Sentirse cómodo en el entorno influye mucho, y lo de Cristian me influyó. Nunca lo vi como a un interino. El pedía que me llegara la pelota, y yo empecé a sentirme importante, fundamental, con confianza. Aprendí a jugar para lo que soy y no para lo que comentan que soy. Soy un jugador rápido, con habilidad. Comencé a ser inteligente al implementar cosas tácticas. Intento jugar en equipo, desequilibrar donde sé que puedo; es un avance importante”.

-¿Qué te inculcó Cristian Díaz?
-El orden táctico, implementar mi juego donde lo tenía que realizar, no hacer cosas de más en el medio. Las herramientas fueron basadas en el equipo: sabía que había un compañero libre del lado opuesto, que el 3 me iba a pasar como opción para tocar, que debía terminar la jugada de alguna manera. Son detalles que también había visto con el Turco Mohamed cuando salimos campeones de la Sudamericana.

-¿Qué tipo de entrenador es Cristian?
-Tiene carácter, sabe qué quiere; es serio, trabajador; nos transmite bien su idea, algo que no es fácil. Y es ganador. No subestima a nadie, toma a todos los rivales por igual. Superó las expectativas de muchos. Su virtud es el manejo del grupo. Siempre nos dice de frente qué piensa.

Imagen RODRIGUEZ: "Tengo cualidades y estoy para que me exijan. 'Si a uno le exigen es porque puede. Preocupate el día que no te exijan' me decía Tojo en la Selección Sub 17"
RODRIGUEZ: "Tengo cualidades y estoy para que me exijan. 'Si a uno le exigen es porque puede. Preocupate el día que no te exijan' me decía Tojo en la Selección Sub 17"
 “ERA DE madera en Inferiores. Tuvo un crecimiento técnico increíble. Lo ves salir jugando, cómo aprendió a manejar la pelota, y es lindo. Además, tiene tanta confianza que no se la saca nadie. Julián es corazón y va a llegar lejos”. Patito define al Avispa, compañero de emociones a partir de Sexta, cuando se integró al Rojo tras su paso por Boca Unidos, en el Argentino B, con 15 años. El defensor central, un frontón en construcción, no olvida la jerarquía de su compañero de zaga. “Gaby Milito me aporta seguridad y confianza. Se mata en cada pelota, lucha contra su propia rodilla y hace lo imposible por jugar. Verlo, contagia. Es un ejemplo a seguir”, asegura.

Su nivel actual -parece un avezado número 2, minimiza los desajustes de sus compañeros y apenas acredita 21 años- lo conduce a ser observado por Alejandro Sabella, el seleccionador argentino. “Estuve en la Selección local con Batista y no lo podía creer. Me miraba a cada rato la camiseta, cuando me cambiaba en el vestuario, porque no entendía nada -explica-. ‘¿Qué estoy haciendo acá?’, me preguntaba. Lo disfruté al máximo y trabajo para volver a estar”.

LOS OPORTUNISTAS de la desesperanza se encuentran al acecho. Independiente necesita vender y es probable que se desprenda en breve de Julián Velázquez y de Patricio Rodríguez, dos reliquias con proyección de Selección Argentina. Sin embargo, a ellos no los desvela emigrar al exterior. Ambos, junto a Patricio Vidal y a Fabián Monserrat, se transformaron en la bandera de la ilusión. Representan a los chicos de Inferiores que pretenden hacer pata ancha en el club. Sienten el fútbol como lo juegan. No negocian la actitud ni el talento. No solo son el patrimonio más preciado de la mitad de Avellaneda, sino también la esperanza roja.

Por Darío Gurevich. Fotos: Emiliano Lasalvia