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Argentina Debate: el partido bisagra

Así se cataloga al Colombia-Argentina de las Eliminatorias pasadas, que le permitió a nuestra Selección enderezar el rumbo, consolidar un equipo y llegar a la final del Mundial. Muchos se esperanzan con que este también lo sea, aunque puede serlo en sentido contrario.

Por Diego Borinsky ·

15 de noviembre de 2015
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En estos días se ha repetido en diferentes medios periodísticos que Argentina buscará, como en las Eliminatorias pasadas al mando de Sabella, que el partido en Colombia sea la bisagra que le permita renacer a nuestro representantivo. Que marque un quiebre, un antes y un después. En aquella oportunidad, después del mazazo de la Copa América que eyectó al Checho Batista del banco de suplentes (entonces eliminado en cuartos de final, en casa, por Uruguay), Alejandro Sabella, el flamante entrenador, también inició una Eliminatoria con resultados tristemente inéditos, tras un triunfo inicial por 4-1 frente a Chile: perdió por primera vez ante Venezuela y luego cedió puntos de local ante Bolivia, también por primera vez (1-1). Frente a Colombia, al igual que ahora por la cuarta jornada, caía 1-0 al finalizar el primer tiempo, con Nico Burdisso en un grito por haberse roto la rodilla. En el complemento, Messi y el Kun se cargaron el equipo al hombro, dieron vuelta el partido y no sólo enderezaron una clasificación que terminaron ganado con holgura (recién volvió a perder en el último partido, ante Uruguay) sino que sentaron las bases de los nombres que no podían faltar en el equipo. El del Kun, por caso.

Pues bien. Más allá del deseo que la gran mayoría de los argentinos tenemos por ver triunfar a nuestra Selección, las diferencias en esta ocasión son sustanciales. Venimos también de un golpazo en la Copa América, no tanto en términos de resultados porque al fin de cuentas Argentina llegó a la final, sino más bien por la nula respuesta colectiva que ofreció el equipo en ese partido cumbre. Y ese es un punto crucial para entender el momento y que cueste escaparle al pesimismo. Los futbolistas descreen de la capacidad de este cuerpo técnico. Los cuestionamientos no son de hoy, sino que vienen de arrastre desde los tiempos del Tata en el banquillo del Barcelona. Ya entonces, al plantel culé le sorprendió los métodos anticuados de entrenamiento de Martino y de sus ayudantes. El prestigioso diario español El País lo sintetizó en este artículo:

http://deportes.elpais.com/deportes/2014/05/14/actualidad/1400097313_508315.html

Recordemos que nadie lloró demasiado al Tata cuando se marchó un año después de llegar, aunque hasta el último partido tuvo la chance de ganar la Liga. La vara de Guardiola-Vilanova había sido colocada demasiado alta, es cierto, pero el contraste resultó abrumador para casi todos. Mascherano y Messi integraban el plantel.

Hoy, Mascherano y Martino casi no tienen diálogo. Esto no significa que Masche juegue a menos ni tire al equipo para atrás. Para nada. De hecho, ante Brasil se vio a un conjunto que entregó todo y que fue a disputar cada pelota como la última. Sí se advirtió, como en los encuentros anteriores, tanto en los primeros planos de la TV como echando un vistazo al campo de juego, a un Mascherano metidísimo dando indicaciones a sus compañeros con un énfasis especial. El mensaje que uno puede interpretar es: “No esperemos nada del banco, organicémonos entre nosotros, pero dejemos todo porque está en juego el futuro de la Selección”. El líder de la Selección sabe bien que su nulo feeling con el DT ha comenzado a filtrarse en los medios y no está para nada dispuesto a dejarse ver como un detonador de su salida. Además, es un líder positivo: primero, el equipo; luego, los gustos personales.

Los números son devastadores: Argentina sumó apenas 2 puntos sobre 9 posibles, está 9° en la tabla, sólo superado por Venezuela. Nunca en una Eliminatoria, con ningún formato, estuvo los 3 primeros partidos sin ganar. La última vez que no cosechó victorias en sus 2 presentaciones iniciales fue en 1969 y terminó quedando afuera de México 70, la única vez que no clasificó a una Copa del Mundo (otras veces faltó, pero por decisiones políticas). Lamentablemente, es muy probable que Argentina pierda en Barranquilla. Primero, porque Colombia levantó su nivel en el último compromiso frente a Chile. Segundo, porque cuenta con un entrenador de jerarquía que nos conoce a fondo. Tercero, porque Argentina llega con un día menos de descanso para jugar en un ambiente que será una caldera de temperatura y humedad y quitará piernas. Cuarto, porque esta vez no contamos con Messi, ni siquiera con Agüero. Si eso ocurre y Venezuela vence a Ecuador como local, Argentina pasará a ocupar el último lugar de la tabla y se mantendrá así hasta marzo del año que viene, cuando se dispute la nueva doble jornada (Chile de visitante, Bolivia de local). En ese caso, uno imagina que Martino ni esperará la decisión dirigencial y renunciará al cargo. Cada vez parece más difícil esquivar ese escenario. Ojalá nos equivoquemos.