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La hazaña y las ingenuidades de Boca, la voracidad de River y la categoría de Central

Fueron las notas destacadas de la fecha 18 del campeonato, que les permitió a los xeneizes estiran la ventaja a 3 puntos. Además: el crecimiento de Independiente, las dudas de Racing, el oficio de San Lorenzo y la confirmación de la racha de Gimnasia.

Por Elías Perugino ·

26 de julio de 2015
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* El gran triunfador de la fecha 18 fue Boca. Desde lo numérico, la ecuación fue irreprochable: ganó un partido de alta complejidad en Córdoba e incrementó a tres puntos su ventaja sobre los escoltas, San Lorenzo y River. Todo esto sazonado con una importante dosis de épica, ya que Boca jugó los últimos 25 minutos con dos jugadores menos por las expulsiones de Pablo Pérez y Gino Peruzzi. Si bien la recta final estuvo barnizada por tintes de hazaña, el primer culpable de haber pasado por semejante situación fue el propio Boca. ¿Por qué? Porque un equipo que quiere colgarse el cartelito de confiable no puede hipotecar sus chances como lo hizo frente a Belgrano. La palabra más liviana para definir la situación sería ingenuidad. Ingenuidad recurrente de Pablo Pérez, constante abonado a las tarjetas amarillas e incapaz de manejarse con un cartón en la mochila. Ingenuidad de Rodolfo Arruabarrena, que ante ese cuadro de situación se “durmió” y no hizo el cambio por el ex volante de Newell’s, que antes de la segunda amarilla fue perdonado por el árbitro Abal al cometer otra falta de tarjeta frente a Zelarayán. Ingenuidad de Gino Peruzzi, que cargado con una amarilla, y con su equipo ya con diez, hace una infracción merecedora de roja en una jugada intrascendente. Con la garra y la concentración del resto, Boca rescató la victoria, que se sustentó en el titánico partido de Tevez –le pegaron demasiado-, la inteligencia táctica de Erbes, el oficio de Cata Díaz y la experiencia de Orion para atajar y enfriar los tiempos.

* El Central de Chacho Coudet no para de crecer y se mantiene expectante en el tren de arriba. Se quedó con el clásico rosarino con notable autoridad. Más visitante que nunca, mostró una personalidad enorme para manejar las riendas del partido en el patio de Newell’s. Pisó fuerte, marcó las condiciones y plasmó su objetivo tanto en el desarrollo como en el resultado. Desde la primera fecha quedaron claras las premisas canallas: protagonismo ofensivo en todas las canchas, dinámica, intensidad, fortaleza temperamental, mentalidad ganadora. El equipo evidencia un convencimiento total, una identificación absoluta con la línea que baja el entrenador. Y en cada partido trasciende un mérito intangible: el hambre de gloria, las ganas de escribir una historia grande. Sea de la mano de experimentados como Caranta, Donati, Villagra, Ruben o Delgado; sea desde la desfachatez de juveniles como Cervi y Aguirre.

Imagen Tevez fue clave en la jugada del gol a Belgrano. Además, aguantó la pelota en el peor momento del equipo.
Tevez fue clave en la jugada del gol a Belgrano. Además, aguantó la pelota en el peor momento del equipo.
* La voracidad de River no se detiene. Cuando se suponía que la mente del grupo debería focalizarse exclusivamente en la Copa Libertadores, la Banda de Gallardo metió dos triunfos seguidos con el equipo alternativo y mantiene encendida la llama en el torneo local. Luego de un semestre donde el plantel le quedó “corto” para los compromisos que debía afrontar, el Muñeco consiguió alargarlo promoviendo a chicos de promisorias condiciones (Carreras, Vega, Casquete), dándole más rodaje a otros que ya habían mostrado su jerarquía (Driussi, Mammana, Rodríguez) y adosando al núcleo de base a incorporaciones de primer nivel (Viudez, Alario, Saviola, Bertolo). Y encima levantó el goleador que siempre estuvo: Cavenaghi. ¿Quién dijo que el River de 2015 se va a conformar solamente con el plano internacional? También quiere la vuelta olímpica en el torneo de 30.

* Desde la llegada de Mauricio Pellegrino, Independiente hizo cartón lleno: tres victorias en tres partidos. ¿Se transformó mágicamente en un equipazo? No. Eso es imposible. Pero sí mostró un maquillaje táctico-estratégico con respecto al cuestionado ciclo de Almirón. Este Independiente intenta ser un equipo más equilibrado, con mayor posesión y menos verticalidad alocada. Todavía muestra desacoples en defensa, tal como lo desnudó Rafaela en varios pasajes del partido, pero se notan las nuevas intenciones. Que brotan de la línea que baja el técnico, pero también de las características de las incorporaciones, que variaron para mejor el mapa individual del equipo. Incorporaciones genuinas, como Vera, Pellerano u Ortiz, pero también “incorporaciones” provenientes del propio plantel. Tipos que fueron recuperados para el equipo, como el sorprendente Martín Benítez desde la reanudación del torneo.

* San Lorenzo se trajo de Mendoza un punto de esos que tienen un sabor especial, porque jugó los últimos 14 minutos y el tiempo adicionado con dos futbolistas menos. Si bien lo ganaba con un gol que debió ser invalidado por off side –otra fecha de terror de parte de los árbitros-, tuvo que desempolvar todo su oficio para impedir que Godoy Cruz lo quebrara en esa recta final. Una instancia a la que llegó por la doble amarilla que sufrió Caruzzo y, fundamentalmente, por la increíble irresponsabilidad de un futbolista experimentado como Barrientos, quien le aplicó un golpe a un rival y expuso a sus nueve compañeros a un plus de esfuerzo para sostener un punto que, al final del torneo, puede tener un peso determinante.

* Gimnasia no para. Entre torneo local y Copa Argentina, el Lobo lleva 13 partidos invicto (6 victorias consecutivas). Esta vez, le ganó en el minuto final a Crucero del Norte, con un golazo de Nacho Fernández. Suma y suma. Crece en lo colectivo. Y mira a los de arriba con muchas ganas de treparse. ¿Dónde estarán los que un par de meses atrás pedían a gritos la renuncia de Pedro Troglio?

* Desde la reanudación del torneo, Racing mostró dos caras. Vapuleado en la derrota con Central e incuestionable en la victoria como local ante Sarmiento, volvió a tropezar fuera de casa, sin dudas su talón de Aquiles en la campaña. Se puso de ventaja de arranque, pero no pudo aprovechar ese hándicap ante el Quilmes que ahora conduce Sava. El golazo de tiro libre de Rodrigo Gómez -¿nace un especialista?- le pegó duro y no se pudo recuperar. Y mucho menos luego de que Bieler transformara en gol el penal que Saja le cometió a Gómez. Reencontrar el equilibrio y la efectividad será la tarea de Cocca para las próximas semanas. La sensación es que Racing perdió un poco de frescura ofensiva y de fluidez en el manejo de la pelota.

Fotos: Alejandro Del Bosco