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¿Por qué vale la pena que vuelva el fútbol argentino?

Corrupción, violencia, politización, muertes, barras, estadios vacíos, falta de códigos y de proyectos prevalecieron en el primer semestre. Ante semejante anarquía y la tristeza de la Copa América, 10 historias para reconciliarse con el fútbol local.

Por Redacción EG ·

07 de julio de 2015
El fin de semana vuelve el fútbol argentino después de un mes donde todo pasó alrededor de la Selección Argentina. Salvo los hinchas de San Lorenzo, pocos deben recordar quién es el puntero en el torneo de 30 equipos del que apenas se disputaron 15 fechas. Mucho más que la cuestión futbolística, los recuerdos probablemente remitan a episodios oscuros. La noche del gas pimienta lidera las posiciones, aunque la muerte de Emanuel Zárate, el Conspirador 10 en el escándalo FIFA, los partidos a puertas cerradas, el piedrazo a Alfaro en cancha de Central y la salida récord de directores técnicos no se quedan atrás. La lista podría seguir.

Si la Copa América era la encargada de ahogar las penas de nuestra deuda interna, Higuaín y Banega se encargaron de desestimarle la función. ¿Cómo seguir, entonces? Para tranquilidad de los hinchas, también hubo en la primera parte del año, historias conmovedoras de superación que dieron el ejemplo. Hubo que escarbar y descontextualizar muchos de los escándalos para resaltar diez valores en gestos, actitudes y el lado humano de un deporte habitualmente manchado.    

LIDERAZGO



Imagen Diego Milito, príncipe de Avellaneda. Con él, Racing volvió a creer.
Diego Milito, príncipe de Avellaneda. Con él, Racing volvió a creer.
Diego Milito: volvió y cambió la dinámica de un Racing ensimismado en su propia frustración. Salió campeón a fines del año pasado, pero no se quedó con los laureles. La idolatría ya la tiene, el sueño ya lo cumplió, pero lo que más le va a agradecer el hincha de Racing es la espalda para llevar a cabo un verdadero cambio de paradigma. Dejar atrás el derrotismo y reemplazarlo por el slogan que nació a partir del último título: Racing Positivo.

Fue el único argentino nominado a los premios Laureus en la categoría al mejor retorno, aunque el ganador terminó siendo el rugbier sudafricano Schalk Burger. La ilusión del semestre era la Copa Libertadores. El capitán hizo cuatro goles y resignó la titularidad en varios partidos del torneo local para abocarse de lleno. El final no fue con el título, pero igual hubo aplausos y reconocimiento. Unos días antes, también por influencia de Milito, los titulares decidieron jugar el clásico de Avellaneda consiguiendo un triunfo de los que la Academia no está acostumbrado. Él hizo el gol. A los 35 años llegó a los 50 goles oficiales con la camiseta de Racing y gasta sus últimos cartuchos fortaleciendo el capital del club que alguna vez lo vio nacer.  

IDENTIFICACIÓN



Chacho Coudet: es el famoso entrenador-hincha. Vive los partidos al 100% y supo trasladarles a sus jugadores el fanatismo y el compromiso por Rosario Central. Ganó las primeras cinco fechas y cargó crédito suficiente como para pelear la punta hasta mediados del torneo. Algunos le tenían poca fe a su perfil histriónico, pero demostró que no hace falta vestir de traje y hablar en difícil para ser buen entrenador. Potenció a los jóvenes, revalorizó la “marca” Central y él mismo se encargó de llamar a los refuerzos. Entre ellos, los mimados de la casa -Marco Ruben, el Chelito Delgado y Villagra- y el rescate de Colman, a quien muchos le preguntaban cómo había hecho para convencerlo.

"El Chacho siempre me pidió que vuelva, me quemó la cabeza. Tiene facilidad para hablar, y eso motiva", dijo César Delgado poco después del retorno. Más allá de lo futbolístico, Coudet demostró que ser del club es la mejor manera para trasladar el ADN y que los propios hinchas se sientan identificados.

PERSEVERANCIA



Imagen Gastón Aguirre estuvo en las malas de Temperley y ahora le toca disfrutar.
Gastón Aguirre estuvo en las malas de Temperley y ahora le toca disfrutar.
Los Aguirre: Martín llegó a River a los 30, ascendió y después de muchos años de espinas, tendría una época para disfrutar del fútbol. No fue así. En octubre de 2012 arrancó la malaria con la rotura de los ligamentos cruzados. Volvió a fines de 2013 y jugó dos partidos, pero se resintió y su calvario se extendió. Nunca bajó los brazos. Siguió en River y por la Copa Argentina este 4 de junio contra Liniers de Bahía Blanca, ciudad en la que nació, vistió nuevamente la Banda roja. A los 34 años, todo un premio a la perseverancia.

En la misma categoría y de idéntico apellido, entra Gastón. No jugó entre 2010 y 2012 por lesiones. Hasta ese momento cumplía buenos rendimientos con la camiseta de San Lorenzo, pero la maldita rodilla le provocó un largo paréntesis en su carrera. Dejó Boedo porque le traía malos recuerdos y volvió a Temperley, el club donde nació para jugar en la B Metropolitana. En seis meses ascendió dos categorías por el nuevo sistema de torneos y en 2015 jugó en la Primera División. Con 33 años, estuvo en 13 de los 15 partidos y es el símbolo del momento de ensoñación que vive el Gasolero.

FIDELIDAD



Almeyda y Troglio: Banfield apostó por Matías cuando pocos querían al exvolante central de River en su equipo. La dirigencia del Taladro, joven y con un proyecto serio de renovación, eligió al Pelado para que condujera el barco. Ascendió en 2013 jugando con tres delanteros y desbaratando el mito de que en la B Nacional no se puede jugar bien. En Primera mantuvo las pretensiones y cambió la desconfianza de su primera etapa como entrenador por los elogios de la mayoría. En su corta trayectoria en el banco de suplentes tiene dos ascensos y la incorporación de un valioso ADN a su equipo actual. Los hinchas lo adoran y aunque suma menos puntos de los que insinúa por rendimiento, la relación es de mutualismo. Ante una interesante oferta de Independiente previa a la pretemporada, Almeyda apostó por Banfield devolviendo las gentilezas de abril de 2013.

El caso de Troglio no se queda atrás, aunque futbolísticamente está en las antípodas del Pelado. Idolo del Lobo en su época de jugador, hace cuatro años apostó “doble o nada” y asumió como DT. Al inicio de este torneo estuvo en la cuerda floja por primera vez. Ganó uno de los primeros ocho partidos y cuando algunos comenzaban a borrarlo de la estampita, no perdió más. Lleva 8 sin conocer la derrota, sin nombres rutilantes y apostando por sus varios de sus jugadores fetiche.
Imagen Almeyda logró dos ascensos y se ganó el corazón de los hinchas de Banfield.
Almeyda logró dos ascensos y se ganó el corazón de los hinchas de Banfield.


RESPETO



Daniel Oldrá: no hace falta durar mucho en el cargo para hacerse valer como entrenador. La campaña de Oldrá en Godoy Cruz dejó mucho que desear con apenas 17 puntos en 15 partidos. El gran último ídolo Bodeguero aceptó dejar sus funciones en los Juveniles por pedido del presidente a fines de 2014. Los resultados no aparecieron y a Oldrá le soltaron la mano. Pidió apoyo de la dirigencia que nunca llegó y se terminó despidiendo en un empate sin goles vs. Arsenal. Cuando le consultaron por qué se iba, no supo qué responder. No criticó a nadie y recibió la ovación de los hinchas y el afectuoso saludo de cada uno de sus dirigidos. Una actitud de respeto hacia la institución y de poner al club por encima de todo y de todos. Mansur y el resto de la Comisión Directa, mientras, ya le estaban buscando reemplazante desde hacía un tiempo.

SENCILLEZ



Alianza Coronel Moldes: el sueño del fútbol amateur llegó una noche hasta el Estadio Mario Alberto Kempes. Ya era todo un hito para el equipo del Federal B enfrentar a Independiente, pero la noche tenía una sorpresa más grande para el equipo cordobés. A los pocos minutos de juego se puso en ventaja. El Rojo tuvo una de sus peores versiones en el último tiempo y sobre el final rescató un empate que ¿evitó? el papelón. En los penales pasó de ronda aunque luego los jugadores tuvieron que poner la cara ante sus hinchas.

Un equipo casi amateur con jugadores que trabajan en oficios y despuntan el vicio con el fútbol estuvo a punto de ganarle al inmenso Independiente. Más allá de los innumerables adjetivos que puedan caberle a los futbolistas profesionales del Rojo, lo de Moldes fue una sorpresa que la Copa Argentina tenía preparada. En la previa, el entrenador cordobés, Néstor Billalba, les había dicho: “El tren para ustedes pasó y no nos subimos. Acá tenemos la posibilidad de enfrentar a un equipo profesional. Vamos a aprovecharla. Con humildad, pero sabiendo que nosotros entramos a ganar este partido de la manera que lo planteamos”. 

AUSTERIDAD



Imagen La campaña de Belgrano con Zielinski lleva varios años, pero su objetivo es "la formación de juveniles".
La campaña de Belgrano con Zielinski lleva varios años, pero su objetivo es "la formación de juveniles".
Ricardo Zielinski: perfil bajo y austero, ascendió y puso al Pirata en los puestos de arriba. No le interesa lo que se piensa de sus equipos, no busca la oferta para su crecimiento personal y ya dijo que su objetivo es la formación de juveniles en Belgrano. Como toda una declaración de principios que excede al fútbol, a principio de año, dijo: “Con plata somos todos fenómenos, pero desde la austeridad a veces los méritos se tendrían que resaltar más”. Por eso, sus valores exceden a la actuación de su equipo, que dicho sea de paso, está en zona de pre-liguilla Libertadores.

 

HUMILDAD



Pablo Aimar: el regreso de los ídolos no es para todos igual. Si Milito se caracterizó por ser el abanderado de Racing, el Payaso reivindicó otros valores. A los 35 años, luchó cinco meses contra una lesión que postergó la vuelta. Se entrenó separado, no viajó por la Copa, no estuvo en los Superclásicos, hizo horas extra en kinesiología y finalmente consiguió su premio. En el ocaso del semestre reapareció vs. Rosario Central y jugó los últimos 20 minutos del partido. Ese tiempo le alcanzó para demostrar su calidad inoxidable, pero mucho más valioso que su aporte futbolístico, fue la humildad para bajar la cabeza y luchar contra sus problemas físicos. No se hizo problemas de cartel, acató el momento que dispuso Gallardo para la vuelta y fue premiado con una ovación Monumental.

Imagen Aimar, en el día de su regreso se llevó todos los flashes.
Aimar, en el día de su regreso se llevó todos los flashes.


ESFUERZO



Federico Mancuello: su semestre cumbre fue en la segunda parte del 2014. Metió goles como si fuera un delantero y fue el mejor jugador del torneo, según palabras del Tata Martino. Sus últimos dos partidos con la camiseta de Independiente serán tristemente recordados por las expulsiones contra Boca y Racing, pero “lo hecho, hecho está”. Mancu fue convocado por primera vez a la Selección y después de mucho tiempo el Rojo volvió a aportar representantes para la Argentina. No fue todo: hizo un golazo de tiro libre vs. El Salvador. Hacía dos años no era de los más queridos y cambió rechazo por aplausos con una personalidad positiva puertas adentro del club, que también lo realzó como símbolo del esfuerzo para compañeros y chicos de las Inferiores. Su ciclo está cerrado, pero aún no hubo ofertas concretas por su pase.            

COMPROMISO



Imagen El plantel de Lanús fue uno de los tantos que se manifestó por el #NiUnaMenos.
El plantel de Lanús fue uno de los tantos que se manifestó por el #NiUnaMenos.
Banderas previas: En un año de elecciones, en el cual levantar banderas significa tener una postura política, varios clubes hicieron uso de su popularidad para divulgar mensajes que a la sociedad preocupaban. En la 14ª fecha, la mayoría de los equipos de Primera se sacó la foto inicial con la leyenda #NiUnaMenos, en contra de los femicidios y promocionando la marcha del 3 de junio en el Congreso. En febrero, en un nuevo aniversario de la tragedia de Once, también otros tantos mostraron banderas pidiendo justicia por las 51 víctimas fatales. La masividad del deporte televisado y de acceso a tantas casas a lo largo del país, no solo difunde noticias proselitistas sino también causas nobles.

Por Pedro Molina.