(sin categoría)

Adelanto del mano a mano con Daniel Osvaldo

La revista con la nota completa está en los kioscos, pero quien disfruta de sus goles también debe conocer su lado íntimo. Aperitivo exclusivo al Fenómeno que sucumbió La Boca.

Por Redacción EG ·

13 de marzo de 2015
Imagen

De rumor a certeza, de posible a refuerzo y de Italia a Argentina. Todo pasó rápido y Daniel Osvaldo se sumó a Boca por seis meses. Sacudió el mercado, generó expectativa en los hinchas y su nombre apareció hasta en revistas de moda. El Fenómeno se desató antes de que debutara y sus primeras apariciones en cancha le dieron la razón a semejante recibimiento.

Necesitó 43 minutos para anotar su primer gol. Fue de cabeza y valió tres puntos por la Copa Libertadores. En su segundo partido como titular, gritó duplicado vs. Zamora de Venezuela y festejó “sacándose la mufa”. 3 goles en 209 minutos. De qué mufa habla, se habrán preguntado muchos.

El Gráfico compartió con él una charla distendida días atrás y aunque la revista está en la calle con el 23 Xeneize en tapa, su actualidad ameritaba algunas citas textuales. “Me abro con la gente que tiene interés en cómo soy yo. Los que buscan quilombo y puterío, sobre todo en la Argentina que está muy de moda, no me gustan”, dijo sobre las versiones que circularon después del partido con Temperley.

Imagen Cómodo y sonriente luce por los pasillos de Boca. A los 29 años cumplió uno de sus sueños.
Cómodo y sonriente luce por los pasillos de Boca. A los 29 años cumplió uno de sus sueños.
Su relación con la actriz Jimena Barón lo llevó a ser protagonista de diferentes producciones fotográficas que él aceptó con timidez. No le gusta el personaje, la farándula ni busca convertirse en una celebridad mediática, pese al esfuerzo de algunos. Rompe con el estigma sobre su personalidad y se ríe del desconocimiento del medio: “Después de mi llegada a la Argentina, me di cuenta de que no saben nada sobre mí, en especial en el país. Porque le erran en todo, sinceramente. Incluso le erran en datos; no sé quien dijo que jugué un Mundial y yo no jugué un Mundial. Y no es difícil de saber, basta con entrar 10 minutos en Wikipedia”.

Lo que no podrán encontrar en la enciclopedia libre, es su lado más personal. Por ejemplo, lo que le contó a El Gráfico  sobre sus dos mejores amigos: el papá y el hermano. “Yo siempre quise ser como mi viejo, en todo… Y sobre Johnny, mi hermano, qué te puedo decir… Es un fenómeno. Si le propongo irnos caminando hasta Junín, me acompaña con la mejor, estoy segurísimo de eso… Incluso hasta se cebaría unos mates en el viaje”.

Con Johnny no pudo compartir idas a la cancha de purrete porque la economía familiar no permitía lujos de ese tipo. Entrar sin pagar no era opción: “Nunca me colé. Era medio cagón en ese sentido, tenía miedo de meterme y que me cagaran a palos, y aparte era chico”, contó. Sí, ese que tenía miedo es el mismo que cuando agarra la pelota avanza como una tromba.  

Durante la nota, más de diez veces se aclara que el entrevistado ríe. No hay exageración. Lo mismo sucede en la cancha. Lejos del dramatismo que el fútbol argentino propone, él siempre tiene lugar para una sonrisa. Ya sea en el banco de suplentes, una mirada cómplice al juez del línea o un comentario pícaro como el que le hizo a Erbes después de despejar una pelota que rebotó en su espalda. Es difícil no creerle que esté disfrutando. “Haberme incorporado a Boca es una bendición. No cualquiera juega acá, y para mí es un sueño. Si no me va bien, será una frustración”.

Imagen Rocanrolero y de Boca lo hizo Gonza Rodríguez en una de sus caricaturas habituales
Rocanrolero y de Boca lo hizo Gonza Rodríguez en una de sus caricaturas habituales
Así como reconoce que Tevez –su amigo e ídolo- lo ayudó en la adaptación cuando estuvo en Juventus, también le fue fácil integrarse en Boca. “Fernando es más bueno que el pan”, dijo cuando le preguntaron por Gago, con quien ya había compartido plantel en Roma. De todas maneras, su compañero de concentración es Erbes. En esa habitación compartida nació el festejo del cuarto gol vs. Zamora. Osvaldo lo remató y fue corriendo hacia el banco de suplentes. Allí, quienes jugaban y los de afuera se apretujaron para una foto conjunta. Un colaborador sacó el celular y la selfie -que técnicamente no es una selfie-, se viralizó desde la cuenta de Twitter del goleador, @danistone25.

Su nombre y la foto de portada de Twitter alimentan el perfil rocanrolero. Para él, mucho más que el fútbol, la música es un estado de ánimo. “Tengo etapas. Cuando estás bien, ponés a los Stones y te cagás de la risa. Y Pink Floyd sería más mambo negro, más corta vena, más flashero. Pero es genial. Capazo apago todas las luces de mi pieza, cierro los ojos y me pongo los auriculares con Dark Side of the Moon, y me voy a Júpiter”.

Como nunca se pudo ir a otro planeta, se conforma con cambiar de equipo. Su trayectoria nómada bien podría ser tratada por un psicoanalista. Y ya que está el especialista a disposición, la admiración por Maradona también tiene algo de sus frustraciones. “Te pasa, y creo que a todos los jugadores les pasó, que un día pensás que estás podrido y que no querés jugar más a la pelota, y basta con ver 10 minutos un video de Maradona y te vuelven las ganas de jugar”.

Hoy las ganas le sobran. El Fenómeno Osvaldo entró en una nueva fase y el hincha de Boca lo puede disfrutar. El anterior, el hombre que llegó y sucumbió, le contó sus secretos a El Gráfico.