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Una buena prueba

Argentina 4 - Albania 0. Con goles de Lavezzi, Messi, Agüero y Tevez, la Selección jugó su último amistoso antes de la Copa América y dejó momentos de buen fútbol, con intensidad y velocidad.

Por Martín Mazur ·

21 de junio de 2011
La inminencia del choque ante Bolivia nos obliga a contemplar este último amistoso de la Selección como una prueba importante. Sí, incluso aunque haya sido ante esta Albania que a duras penas formó un plantel, y que en el Monumental fue tan partenaire como lo era Tristán Suárez un año y poco atrás.

El tema, entonces, más que en la concentración defensiva (Romero sólo tocó algún pase atrás de sus defensores), era revalidar cierta idea de juego asociado que exime al rival que se ponga enfrente. En ese sentido, la Selección se llevó un aprobado. Muchos equipos del fútbol argentino no lograrían avanzar tirando paredes de primera ni siquiera ante los conos de entrenamiento. El equipo de Batista hoy intentó ese camino en muchos pasajes del partido contra albaneses que, por lo menos, se movían. Y esa es quizás la más placentera de las sensaciones que dejó la goleada 4-0 en la cancha de River, resultado anecdótico de la última parada antes del inicio de la Copa América, que regresa a estas tierras después de 24 años.

Es cierto, las circunstancias no invitaban a dar un esfuerzo máximo ni arriesgar a poner una pierna de más con el riesgo que conlleva perderse el torneo por culpa de un partido con características bizarras(1)

Independientemente del escenario y el contexto, se reafirma que, como espectador de fútbol, siempre vale la pena ver a Messi. Enchufado y con algunas genialidades, Leo hace que cualquier entrada parezca barata. Un freno, un caño, una apilada, una asistencia genial, otro freno, un arranque... Ni vale la pena aclarar que es distinto, ¿no? Y sin embargo sí, en la cancha a uno le surge reafirmarlo con el que tiene sentado al lado, en cada uno de esos movimientos del rosarino, porque es difícil admirarlo en silencio.

La noche en el Monumental también sirvió para revalidar el carisma de Tevez. Su exclusión del plantel le habría provocado al entrenador un clima de guerra contra el público en cada minuto de cada partido. Pero tenerlo en el banco también será una especie de bomba de tiempo. De hecho, ante un marco no demasiado futbolero, Tevez fue pedido ya desde el primer tiempo, y no de buen modo. A Batista, en cambio, lo silbaron en las formaciones. Pelearse con Tevez no sale barato.

1) Por caso, con la música de la FIFA sonando, un periodista "entrevistó" a Messi a través de los altoparlantes del estadio, segundos antes de los himnos. También, en su aparición decidió testear el calor de las hinchadas de las dos cabeceras, algo que seguramente no se veía desde la época de Telematch.