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Gardelito

Curiosidades del último torneo continental que organizó la Argentina. Hoy: la mascota y los planteles.

Por Martín Mazur ·

11 de mayo de 2011
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Quizás muchos la recuerden con fidelidad. Tal vez otros la tengan borrada de la mente. El tema es la Copa América de 1987, la última que se jugó en Argentina. Por supuesto que mucho depende la edad en cuestión. También, en parte, está el tema del resultado.
En caso de quien escribe (quien tiene como primeros recuerdos futboleros las corridas de Maradona en el Mundial 86), la Copa América de 1987 era sólo una vaga referencia, sin ningún recuerdo puntual. Casi como si no hubiera existido.
Por eso, Juan Arcidiacono mediante, a mi escritorio llegó ese mítico sobre de color verdoso, letras en mayúscula rojas: CAMPEONATO SUDAMERICANO 1987. EN BUENOS AIRES (COPA AMERICA).
Para mí, significa un viaje a lo desconocido. Un viaje al que los invito a ir.
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Lo primero que sale del sobre es un recorte pegado sobre un cartón. Es la mascota.
El desangelado "Gardelito" parecía no tener alma. Tampoco tenía el blanco de los ojos. Lo que sí aparentaba tener es una muela (la izquierda) muy inflamada. Calzaba unos tacos de curvas femeninas. Pisaba una pelota en apariencia desinflada. Usaba el pantalón por encima de la altura del ombligo. Y por lo visto, para colmo de males tenía un solo brazo. Con esas cejas rectas apuntándoles a las orejas, su expresión, más que de regocijo, parecía de sufrimiento, quizás por las cosas antes descriptas.

Primera sensación a simple vista: “Gardelito” no puede haber tenido un fuerte arraigo ni entre los futboleros ni entre los tangueros, pero quizás –estilista mediante– hoy pueda transformarse en la precuela de Chucky, el muñeco maldito que por ese entonces no existía [1].
Si la Copa no fue un éxito, bien puede haber sido por la mala elección de la mascota, más que por la ausencia de Burruchaga y Valdano. Pero no nos adelantemos.

Después de Gardelito aparece el recorte con los grupos, divididos en tres sedes:
Grupo A: Argentina, Perú y Ecuador, en Buenos Aires (River). Grupo B: Brasil, Venezuela y Chile, en Córdoba. Grupo C: Colombia, Paraguay y Bolivia, en Rosario (Central).
Momento. ¿Y Uruguay? El equipo que terminó ganando el torneo entró a jugar en semifinales, con el ganador del Grupo A. ¿Motivos? Uruguay venía de ganar el torneo en 1983 y entraba con coronita. Un formato disparatado, concluiríamos al día hoy. Quizás pueda venderse como una precuela de las invitaciones a España y Japón que vendrían en los años 90, también disparatadas por donde se las mire. O a esta de México, que vendrá hasta con un entrenador y plantel de reserva porque coincide con la Copa de Oro. Después pensamos que la Copa más loca es la Intertoto. Para el cartón lleno faltaría que la Copa América tampoco tenga un ganador, sino tres.
Mejor volvamos. El de 1987 también marcó el retorno al formato de un país organizador, luego de tres ediciones de sede volante (partidos de ida y vuelta). También fue la primera en que se obligó a participar a todos los equipos integrantes de la Confederación Sudamericana.
El torneo llegaba a Buenos Aires luego de 28 años, en el Sudamericano de 1959 que había consagrado a la Argentina de Corbatta, Sosa y Belén por encima del Brasil que tenía nada menos que a Pelé.
En este Brasil que llegaba a Argentina no había ningún Pelé, pero estaban Careca, Valdo, Müller y Romario. En Argentina tampoco había un Pelé: mejor aún, había un Maradona. [2] El que venía de salir campeón del mundo en México. El mejor Maradona de la historia. Sin embargo, la cosa no iba a ser tan fácil como aparentaba. Otras perlitas: Nito Veiga dirigía a Bolivia, que en su plantel tenía a un marciano: Marciano Saldías; Venezuela también tenía algunos nombres particulares: Ildemaro Fernández, Asdrubal Sánchez y Zdenko Morovic; Ecuador tenía a Urlín Canga; Brasil al futuro San Lorenzo, Paulo Silas; en Perú estaba el famoso Luis Reyna; John Jairo Trellez e Ivo Basay, dos futuros jugadores del Boca de Menotti, aparecían en Colombia y Chile, respectivamente. El arquero chileno era el tristemente célebre Roberto Rojas, antes de autoprovocarse el corte por el que lo suspendieron de por vida. Argentina, con la base del 86, sumaba al Búfalo Funes, Percudani, Siviski, Goycochea y Caniggia. 
Mañana nos meteremos de lleno en los partidos. Mientras, disfruten releyendo los 10 planteles, adjuntos en el PDF.

Martín Mazur

[1] Tampoco existía el término precuela. En Hollywood aún no se había ideado esa modalidad.
[2] Ni Diego ni Pelé supieron lo que era ganar la Copa América.