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¿A quiénes mirar del Sub-20 argentino?

El plantel juvenil que está disputando el Sudamericano tiene varios proyectos interesantes. Desde el arquero hasta el número nueve son varios los que gozan de un futuro promisorio.

Por Redacción EG ·

20 de enero de 2015
Con diferentes grados de relevancia posterior alguna vez Messi, Di María, Salvio o Iturbe dieron la nota en el Sudamericano Sub-20. Los eneros de los años impares brindan un aperitivo al fútbol oficial mucho más interesante que los torneos de verano. El premio principal es la clasificación al Mundial de la categoría aunque cada cuatro años también se juega una plaza a los Juegos Olímpicos. Pero no es sólo eso, el Sudamericano se convirtió en una vidriera jugosa para los ojeadores de clubes europeos. En caso de que alguno no haya afinado el lápiz, la recomendación de cinco promesas argentinas versión 2015 no está de más.

Imagen ANGELITO CORREA. Grito de gol y golpe en el corazón, el mismo que lo marginó de las canchas durante el último semestre.
ANGELITO CORREA. Grito de gol y golpe en el corazón, el mismo que lo marginó de las canchas durante el último semestre.
El abanderado futbolístico y capitán electo por Humberto Grondona es Angel Correa. No es una simple casualidad: dentro del plantel es el que más partidos en primera división tiene. Juan Antonio Pizzi lo hizo debutar en marzo de 2013 cuando en San Lorenzo ya todos se jactaban de tener a la última joyita del fútbol argentino. No decepcionó. En pocos meses ganó torneo local y fue fundamental en la Copa Libertadores hasta las semifinales. Antes de alzar el trofeo continental fue vendido al Atlético Madrid por 10 millones de dólares. Como curiosidad de la transacción, un porcentaje de su pase pertenecía al grupo de narcotraficantes conocidos como “Los Monos”, quienes habrían apostado por Correa antes de que consolidara en el Cuervo.

En el último semestre no jugó por un problema cardíaco del que ya está recuperado. El Sudamericano de Uruguay significó su regreso y Angelito no está decepcionando. Tiene 61 partidos en primera división y 12 goles, un promedio para nada desdeñable tratándose de un mediapunta. Encarador, rápido y habilidoso, su futuro está en las canchas de España aunque si concreta un 10% de lo que promete, será orgullo argentino.

El Cholo Simeone no sólo está atento al certamen por Correa, sino también por su hijo mayor, Giovanni Simeone. Lejos del cuchillo entre los dientes que su padre inmortalizó adentro de la cancha, el Cholito juega con el arco rival entre ceja y ceja. A los 19 años aún le falta roce para ser el nueve de River, pero Gallardo lo ubica como segundo punta con tal de darle minutos. En el Sub-20 juega en su posición natural y desde el principio puso alta la vara: anotó cuatro goles en los primeros tres partidos y dejó la mesa lista para ser el goleador del torneo. Gio representa la metamorfosis del centrodelantero moderno. No es un killer a lo Palermo, sino más bien un buen definidor, rápido, de buen cabezazo en un envase que apenas supera el metro ochenta.

El paso a Europa parece estar un poco más lejos en el delantero de River. Precisamente lo contrario ocurre con Augusto Batalla, el arquero millonario que nunca debutó en Primera pero ya despertó el interés del Real Madrid. Todo es fugaz en el joven de 18 años. En 2013 fue figura del Sub-17 que llegó a las semifinales del Mundial de Emiratos Arabes. Está bajo la lupa de los equipos más poderosos, pero en su actual club es la cuarta opción detrás de Barovero, Chiarini y Nicolás Rodríguez. Algo similar ocurrió con Damián Martínez, quien nunca debutó en la primera de Independiente, pero partió al Arsenal por sus actuaciones en los seleccionados juveniles. Con 22 años, ya debutó en el conjunto londinense. Como un llamado de atención a Batalla, en la segunda jornada del Sudamericano, Humberto Grondona le tiró de las orejas y lo dejó en el banco de suplentes en medio de las diferentes versiones que lo vinculaban con el club merengue. Contra Perú recuperó el puesto, aquel que en la meritocracia nunca hubiera perdido.

Batalla no es el único que evita los goles. Si bien Humbertito aún fluctúa entre la línea de tres y de cuatro, sus centrales son intocables. Se trata de Emanuel Mammana, actual River, y de Facundo Monteseirín, ex Boca. Este último jugó dos años en las inferiores xeneizes hasta que su carrera dio un vuelco grande al llegar a quinta división. Monteseirín desembarcó en Lanús, club con el que ya debutó y obtuvo su primera medalla después de integrar ocho veces el banco de suplentes durante la Sudamericana 2013. Durante la Copa se destacó la dupla Goltz-Izquierdoz y el joven de Cutral-Có aprendió la lección a un costado de la cancha. Sus referentes en el puesto son el Patrón Bermúdez y el Flaco Schavi. Más rápido y de buen pie que a quienes admira, tiene buen cabezazo, es ordenado y sagaz en el mano a mano. Conociendo el paño del club granate, uno de los principales exportadores del fútbol nacional, Monteseirín tiene destino europeo. Todavía le queda camino, ya que apenas jugó 15 partidos oficiales.

En la última década, Vélez también se destacó por su cantera. El Torneo Transición 2014 tal vez haya sido una muestra abusiva de sus juveniles, pero dentro de la magra campaña bajo la conducción del Turu Flores, aparecieron jugadores a tener en cuenta. Leonardo Rolón jugó 16 de los 19 partidos, muestra cabal de su consolidación. Al igual que el equipo en las posiciones, tuvo un rendimiento de mayor a menor. En la segunda fecha ante Independiente convirtió su segundo gol en primera con la particularidad de que lo hizo olímpico. Es un volante por derecha neto de los que hay pocos en las nuevas camadas. Siempre está bien ubicado, es rápido, tiene buena pegada, panorama y va al fondo. Un combo completo que haría pensar en un jugador experimentado, pero la cara infantil y el documento delatan que aún tiene mucho más por aprender. 

 

Por Pedro Molina