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LeBron James: feroz

Camino a ser leyenda, logró con Miami Heat su segundo título de campeón en la NBA. Fue el Jugador Más Valioso de la última serie regular y de las finales. Ganar su primer anillo le había demandado nueve temporadas. Los rivales se rompen la cabeza para poder frenarlo.

Por O.R.O. ·

05 de agosto de 2013
   Nota publicada en la edición de agosto de 2013 de El Gráfico

Imagen LLEVA disputadas diez temporadas en la NBA y ganó en la última poco más de 17 millones y medio de dólares.
LLEVA disputadas diez temporadas en la NBA y ganó en la última poco más de 17 millones y medio de dólares.
Entre los grandes. La elección de LeBron Raymone James, por cuarta vez, como el MVP (Jugador Más Valioso) de la temporada regular lo hace codearse en el pináculo con las auténticas leyendas de la NBA. En cantidad de lauros, igualó a Wilt Chamberlain y está por debajo de quienes han sido los máximos ganadores: Kareem Abdul-Jabbar (6), Bill Russell (5) y Michael Jordan (5). Otros, como Magic Johnson, Larry Bird y Moses Malone, se quedaron por debajo con 3. Tras cartón, rubricó la distinción con su elección como el mejor de las electrizantes finales, cuando fue decisivo para que Miami Heat se consagrara otra vez campeón. Pero el natural de Ohio, que cumplirá 29 años el próximo 30 de diciembre, todavía puede seguir escalando en su carrera.

El premio fue instituido en 1956. El trofeo se llama Maurice Podoloff en honor del primer comisionado de la NBA. Hasta 1980 la elección era realizada por los propios jugadores y desde entonces lo decide un jurado integrado por periodistas de Estados Unidos y Canadá. El jugador más joven en lograr el MVP fue Derrick Rose en 2011 a los 22 años. Es quien se intercaló en la seguidilla de lauros de LeBron. Sólo tres no norteamericanos obtuvieron esta distinción: Hakeem Olajuwon (Nigeria), Steve Nash (Sudáfrica/Canadá) y Dirk Nowitzki (Alemania).

En la elección, James totalizó 1207 puntos, bien separado de Kevin Durant (765, Oklahoma City Thunder) y Carmelo Anthony (475, New York Knicks).

Completaron los cinco primeros Chris Paul (289, Los Angeles Clippers) y Kobe Bryant (184, Los Angeles Lakers). LeBron recibió 120 votos de primer lugar sobre 121 posibles.

Sobre esta cuarta elección como MVP, confesó: “Supongo que fue por mi determinación de querer ser un grande. Cada año, cada temporada, cuando vuelvo al trabajo, anhelo ser mejor. Quiero cumplir y superar las expectativas que hay puestas en mí, incluso las mías. Quiero seguir superándolas y he sido capaz de hacerlo durante toda mi carrera”.

En la visión de los argentinos que se enfrentan con él en la NBA, no hay dudas. Para Emanuel David Ginóbili: “LeBron James es el mejor jugador del mundo. Si alguien se pregunta cómo frenar a LeBron, le digo que eso no existe. Cuando hablamos de él, de Kobe Bryant o de Kevin Durant, de esa clase de jugadores, lo que podemos tratar es de buscar limitarlos, hacer que erren un tiro más que otras noches. Hay que buscar la manera de hacerlos jugar incómodos. En el uno contra uno seguro que no se puede hacer mucho. LeBron es imparable, te pasa por arriba por contextura física. En las jugadas de pick and roll hay que ayudar mucho, pero ojo, porque hay que recuperar también”.

Luis Alberto Scola amplía el concepto en el mismo sentido: “Parece ese jugador ficticio que los videojuegos te permiten inventar con sus características al máximo. Tira como un escolta, tiene la fuerza de un pivote, pasa como un base y se postea y rebotea como un ala pivote. Todo con unas condiciones físicas fuera de lo normal. También tiene mucha hambre, quiere ser leyenda y sabe que la única forma de conseguirlo es ganar… y mucho”. Otro campeón olímpico argentino, Alejandro Ariel Montecchia, que viajó a las últimas finales de la NBA como analista de la cadena televisiva ESPN, ponderó la maduración ganada por LeBron en la reciente temporada. Fue a propósito de una acción donde quedó encerrado por los defensores bajo el cesto: no se encegueció para continuar insistiendo infructuosamente, sino que clarificó abriendo a Mike Miller, quien convirtió el triple.

En la reciente 67ª edición, liderando a Miami Heat, LeBron contribuyó a hilvanar una racha ganadora de 27 partidos consecutivos sin perder, la segunda mejor en la historia, superada por los 33 que lograron Los Angeles Lakers en 1971/72 con Jerry West, Gail Goodrich y Wilt Chamberlain.
Cuando estaba en su temporada de sophomore del high school en St. Vincent-St. Mary, de Akron (Ohio), su lugar natal, ya el periodismo lo distinguía como la futura gran estrella de la NBA. Con Nike firmó un contrato de 90 millones de dólares antes de su debut en la liga estelar. Con 18 años, James fue elegido en la primera posición del draft de 2003 por Cleveland Cavaliers. Con los Cavs ratificó la montaña de elogios que lo venía encumbrando durante su época estudiantil y en su primera temporada se llevó el Rookie del Año de la NBA.

Imagen JUGANDO. En un momento de descanso se entretiene con el protector bucal. Ganó su segundo anillo.
JUGANDO. En un momento de descanso se entretiene con el protector bucal. Ganó su segundo anillo.
GOLEADOR TREMENDO
En los deportes de equipo se elogia, con razón, a quienes hacen mejor a sus compañeros. LeBron James es de esta clase de jugadores que beneficia la elevación individual y colectiva.

Ha registrado muchos récords de precocidad, entre ellos el de jugador más joven de la historia en llegar sucesivamente a los 10.000, 15.000 y 20.000 puntos en la NBA. En el sexto partido final del Este de 2012, realizado en el TD Garden de Boston, estando macht-point abajo contra los Celtics, LeBron convirtió 45 puntos, capturó 15 rebotes y dio 5 asistencias, algo que sólo había hecho Wilt Chamberlain medio siglo atrás… Así provocó el séptimo encuentro, que lo ganó, y luego consiguió derrotar a Oklahoma City Thunder y alcanzar su ansiado primer anillo de campeón.

Es un jugador, ala de 2,03 metros y 113 kilos, que podemos redondear en los 30 puntos por partido. En diez temporadas (765 partidos) promedia 27,6 tantos.

Claro que, para conseguir estas cifras impactantes, LeBron James se adapta sin dificultades a las vicisitudes que ofrecen los partidos, como el tercer juego de la última serie final del Este contra Indiana Pacers. “La clave estuvo en que esta vez el cuerpo técnico me indicó que jugase más dentro de la pintura para generar mayor presión a su defensa y el resto de los compañeros me ayudó a cumplir con el objetivo”, explicó LeBron, que aportó 22 puntos, capturó 4 rebotes y dio 3 asistencias, siendo el líder del ataque de los Heat. Ganaron 114-96 con 70 puntos convertidos en el primer tiempo (nueva marca de la franquicia para los playoffs).

La actuación de LeBron James recordó lo mismo que Magic Johnson hizo el viernes 16 de mayo de 1980 en Los Angeles Lakers, durante el sexto partido de las finales de la NBA que ganaron 123-107 como local al Philadelphia Sixers de Julius Erving. Kareem Abdul-Jabbar, el pivote titular, fue reservado por lesión y el base –entonces rookie– pasó a ocupar su lugar por decisión del entrenador Paul Westhead. En realidad, Magic estuvo fantástico y se movió en las cinco posiciones, resultó imparable. Firmó 42 puntos, 15 rebotes y 7 asistencias para sellar la serie con el 4-2 definitivo.

También desde adentro, James ahora ocasionó mucho daño a los jugadores de Indiana. En los Pacers tenían clara noción de que debían ayudar a Paul George en la defensa del poste a cargo de LeBron... James también sabía cómo contrarrestar: “Creo que ellos intentaron acabar con mi juego por la izquierda... entonces yo me iba a jugar por la derecha”.

Imagen ENT RE TRES. Igual llega, pese a los seis brazos de los Spurs con Tim Duncan intimidante atrás.
ENT RE TRES. Igual llega, pese a los seis brazos de los Spurs con Tim Duncan intimidante atrás.
SIGUEN LOS LAUROS
En la última temporada regular LeBron totalizó 36 doble-dobles, la cifra más alta de su carrera. Lideró a Miami Heat en asistencias (55 veces sobre 82), en puntos (54) y en rebotes (43). Además logró porcentajes de 56,6 % en lanzamientos de cancha y 40,6 % en triples, números que constituyen sus mejores estadísticas en el ámbito profesional.

Jugó su cuarta serie final. Contra San Antonio Spurs tenía el entripado de haber sido barrido 4-0 en 2007, en un enfrentamiento donde también participaron los argentinos Manu Ginóbili y Fabricio Oberto. Antes del salto inicial había advertido: “Ahora soy 20, 40 o 50 veces mejor jugador de lo que era en aquella ocasión”. Este Miami Heat ratificó su poderío para dar vuelta la serie: perdía 3-2 y ganó 4-3. LeBron fue desequilibrante en las finales: promedió 25,3 puntos, 10,8 rebotes y 7 asistencias. Fijó el récord de anotación para los séptimos partidos de playoffs: promedia 34,4 tantos. Además, sus 37 tantos del encuentro decisivo igualaron el récord máximo de puntos registrados en el séptimo partido de las finales, como Tom Heinsohn (Boston Celtics) en 1957.

Para delirio del American Airlines Arena había anticipado: “No vine aquí a Miami para ganar un título o dos… pueden ser tres, cuatro, cinco, seis, siete…”.

No extrañó, en consecuencia, que fuera elegido también MVP de las finales. Al ganar Miami Heat el bicampeonato, LeBron equiparó a dos leyendas de la historia de la NBA: Bill Russell y Michael Jordan. Ellos habían logrado obtener el MVP de la temporada y el anillo de campeón en años consecutivos. Algo más: sólo Jordan y James son los únicos en ganar los dos MVP, el de la temporada y el de la final, en forma contigua.

El propio Bill Russell le entregó el premio que lleva su nombre. Dijo LeBron al recibirlo: “No me importa lo que la gente piense de mí, yo sé quién soy. Soy LeBron James, de un pequeño pueblo de Ohio. No debería ni estar aquí…”

Por O.R.O. Fotos: AFP y Archivo El Gráfico