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A luchar con los mejores: Juan J. Imhoff

Luego de su brillante participación con Pampas XV en 2011, pegó el salto a la elite del rugby francés. No se conforma: se imagina jugando, este mismo año, contra los gigantes del hemisferio sur.

Por Redacción EG ·

05 de julio de 2012
                       Nota publicada en la edición de junio de 2012 de El Gráfico  

Imagen IMHOFF deja atrás a Gerard Fraser, durante un partido de su Racing Metro ante Bordeaux por el Top 40 francés.
IMHOFF deja atrás a Gerard Fraser, durante un partido de su Racing Metro ante Bordeaux por el Top 40 francés.
 Se prende la cámara del Skype y ahí está Juan José Imhoff. Dispuesto a hablar, gracias a los avances tecnológicos, con El Gráfico. Tiene un buzo azul marino oficial del Racing Metro. El escudo del club parisino resalta frente al tono oscuro de su abrigo. Es el mismo que en 2011 apareció de manera fulgurante en Los Pumas y que, merced a su velocidad y a su gran cosecha de tries, brilló en los Pampas XV, campeones de la Vodacom Cup.

El wing de Argentina está terminando su primera temporada en el Top 14 del rugby francés con el equipo que le dio el nombre al Racing Club de Avellaneda en 1903. La entidad parisina terminó en los seis primeros puestos y se clasificó para la fase decisiva del campeonato.

El presente de Juan en Francia y en el seleccionado se forjó años atrás. Su vida está atravesada por el deporte de la ovalada desde el primer día. El hijo de José Luis (ver recuadro) no recuerda cuándo comenzó a jugar. “Era muy chico, creo que juego al rugby desde que tengo noción. Será desde el vientre de mi mamá”, afirma. Jugó en las divisiones infantiles y juveniles de Duendes Rugby Club, institución fundada por su papá, su tío Ricardo y otros rugbiers en 1957. Su debut en Primera llegó con casi 20 años, en 2008. Fue en un amistoso de pretemporada ante Pucará, en el Gran Buenos Aires. “Y en el primer partido del campeonato del Litoral estuve con paperas. Fui a verlo con el bolso porque no me querían dejar jugar, pero finalmente jugué. Fue contra Paraná Rowing, como visitante”, explica.

Aquel 2008 fue muy bueno para él. En su primer año como senior marcó 49 tries en 29 partidos, entre amistosos, el Torneo Regional del Litoral, el Nacional de Clubes y el Regional del Centro. “Más allá de no haber logrado ningún título, pude jugar con muchos grandes jugadores que me dieron la posibilidad de ocupar ese lugar en el equipo: el de apoyar la pelota cuando me armaban todos los espacios”, asegura.

La temporada siguiente, la 2009, también fue auspiciosa: Duendes fue campeón argentino y Juan aportó su cuota de efectividad en los verdinegros. Sin embargo, se perdió la final del Nacional del Clubes frente a Hindú por estar con Los Pumas 7s en Dubai. “En 2009 comencé los viajes con Argentina. Por el tema de esos viajes quedaba un poco relegado del equipo, pero igual me terminé sintiendo un campeón más”, rememora.

Su bautismo con la camiseta celeste y blanca fue hace tres años. “A principios de 2009 se hizo el Sudamericano en Uruguay -relata-. Debuté contra Chile e hice cuatro tries. Los entrenadores eran Mauricio Reggiardo y Mario Barandarian, y había muchos jóvenes que llegaron al equipo de Pampas XV”, dice haciendo referencia a Santiago González Iglesias, Rodrigo Bruno y Benjamín Macome, entre otros.

El ascenso deportivo de Juan José prosiguió en 2010: “Con Duendes jugamos a un nivel impresionante. Eso me ayudó mucho, me dio confianza”. Y llegó 2011; su temporada consagratoria. Actor protagónico de Pampas XV, campeón invicto de la Copa Vodacom en Sudáfrica. Imhoff fue el tryman del torneo con 10 conquistas. “El juego del equipo fue descollante -consigna-. Cada uno hacía lo que tenía que hacer, terminaron siendo grandes actuaciones. Los Pampas XV de ese año jugaban de una manera increíble”.

-A comienzos de 2011 no eras la primera opción como 11 o 14 para Los Pumas. ¿Cómo cambiaron las cosas?
-En 2011 no estaba seguro de si iría o no a la Vodacom. Estaba haciendo un esfuerzo muy grande en los entrenamientos, fuera de los partidos, y finalmente se me dio. Después, era día a día. Tuve suerte porque, de los 11 partidos, jugué diez de titular y durante los 80 minutos. Cuando vinieron los Barbarians franceses se hablaba de que muchos Pampas podían estar, y me ilusionaba. Jamás pensé en todo lo que fue pasando después.

-¿Cómo recordás tu debut con la Selección?
-Yo, por la hepatitis, me había perdido la posibilidad de debutar en junio. Se me vino todo abajo, pero después me llamaron para ir a Pensacola. Ahí me jugué todo lo que tenía. Llegó el partido ante Sudamérica XV, en San Juan, que para muchos era un partido común y corriente. Para mí era la primera vez que jugaba con mis ídolos al lado. Lo disfruté muchísimo. Y después estuve en Gales: tenía unos nervios impresionantes. Nunca había sentido algo así.

-¿Cómo viviste tu convocatoria para la Copa del Mundo de Nueva Zelanda?
-En Pensacola dejé hasta lo que no tenía, sabiendo que podía ser o no. Traté de disfrutarlo, de sacar lo máximo, y se me dio. Cuando dieron la lista para el Mundial, no pude disfrutar de todo lo que vino después. Cuando vuelva a la Argentina voy a celebrar con mi familia todo esto, que es tan grande.

Imagen JUAN JOSE en acción durante el Mundial de Nueva Zelanda ante el rumano Florin Surugiu.
JUAN JOSE en acción durante el Mundial de Nueva Zelanda ante el rumano Florin Surugiu.
 -¿Qué sentiste durante el primer tiempo del partido contra Inglaterra, cuando debutaron en el Mundial?
-Creo que ese fue el peor día de mi vida. Le gritaba a Felipe y a Gonza Tiesi (entró por él) que se recuperaran porque tenía muchos nervios. Pero uno, cuando entra a la cancha, después de los dos primeros tackles ya se mete en el partido. Y me sorprendió el marco de gente.

-¿Qué recordás de los otros tres partidos que jugaste en la Copa: contra Rumania, Georgia y Nueva Zelanda?
-Contra Georgia sé que no hicimos un buen partido, pero era el que nos daba la clasificación. Con Rumania me tocó entrar un rato; hice mi primer try en un Mundial. El equipo venía demostrando que podía clasificar. Cuando le ganamos a Escocia fue una alegría enorme desde el banco. Y jugar contra los All Blacks es una yapa que tengo guardada en mi memoria, es de lo más grosso que me podía pasar. Ni soñándolo me lo imaginaba.

El crecimiento del wing fue progresivo y sin pausas entre 2008 y 2011, como si hubiera subido por una escalera larga y empinada, pero escalón por escalón y a un ritmo sostenido. “La progresión se dio por todas las personas que tuve al lado. Primero, la gente del club y mi familia –agradece-. Y segundo, la gente del Pladar Rosario, que me dio una mano gigante cuando estaba Franco Rossi (era director de ese centro de entrenamiento de la UAR)”.

Tras la Copa del Mundo, se abrió la puerta para jugar en el extranjero. El Racing Metro lo recibió en la 2011/12. “Al principio fue durísimo -admite-. Extrañaba mucho a mi familia, a la camiseta verdinegra, a mis amigos. Después me di cuenta de que era mi sueño, lo que busqué toda mi vida”. Juan anotó cuatro tries en la temporada regular en Francia. ¿Con qué número califica la temporada del Racing? “Con el equipo que tenemos, estamos para campeón, pero existieron momentos difíciles donde nos faltaron jugadores. Hoy, la califico con un 7 porque se cumplieron los objetivos y porque estamos en cuartos de final. Si se pasan los cuartos de final, será un 8; si se gana la semifinal, un 9; y si salimos campeones, un 10”, contesta.

Se viene un año increíble para el seleccionado nacional, con 12 test matches en la agenda. Imhoff tiene todas las intenciones de jugarlos: “Yo firmé dos años más de contrato y lo que les dije al presidente y al entrenador es que todas mis fuerzas, mis ganas y mi cabeza están para jugar con Los Pumas. Para una convocatoria donde sea, en junio, en el Rugby Championship o en el Sudamericano, quiero estar disponible para el entrenador. Lo dejé en claro y me dijeron que sí”.

Argentina afrontará su primer Cuatro Naciones y Juan puede ser una pieza importante ante Australia, Sudáfrica y Nueva Zelanda. “Me encantaría jugarlo porque va a ser algo histórico para el rugby argentino -afirma-. Nos va a sumar muchas cosas y nos va a restar muchas otras, como en el aspecto físico. La única forma que tenemos de mejorar nuestro rugby es jugar contra los mejores”.
Fin de la conversación. Se apaga la cámara del Skype y, para Juan, se enciende la luz verde de un viaje con Los Pumas, contra los gigantes del hemisferio sur, que iniciará una nueva era en el rugby argentino.

Por Hernán Alvarez. Fotos: AFP