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Damas, reinas, Leonas

Pasan los años, pasan las jugadoras, pero la Selección femenina de hockey se mantiene en la elite. Aymar, Margalot, Masotta, Rebecchi y el profe Barrionuevo recuerdan las medallas conseguidas en 2000, 2004 y 2008. ¿La ilusión? Lograr, en Londres, la cuarta consecutiva.

Por Redacción EG ·

03 de julio de 2012
   Nota publicada en la edición de junio de 2012 de El Gráfico 

Imagen POSTAL GANADORA. El podio olímpico de Sydney 2000 fue el primero de los tres que consiguieron Las Leonas.
POSTAL GANADORA. El podio olímpico de Sydney 2000 fue el primero de los tres que consiguieron Las Leonas.
 “SER LEONA es un estilo de vida; se torna un amor incondicional hacia lo que hacés, a ponerte la camiseta argentina. Ser Leona es al cien por ciento. No existe otra manera”. Mercedes Margalot -emblema de la Selección; acredita tres medallas olímpicas y un campeonato del mundo, entre lo más destacado- regala una definición genuina. Mechi, que alimenta su pasión en base a la ilusión de competir a los 37 años en sus cuartos Juegos Olímpicos consecutivos, emociona y se emociona al repasar recuerdos en la cita de los cinco anillos, el máximo torneo del universo deportivo.

La recorrida comienza en Sydney 2000, disparador de alegrías. “No fuimos a la ceremonia de apertura porque teníamos que levantarnos a las 5.30 de la mañana para jugar el primer partido. Los chicos de hockey se iban para la inauguración y nos miraban apenados. Y eso que la mayoría de nosotras participaban por primera vez en los Juegos -recuerda Margalot-. Imaginate la desilusión. Pero Cacho (Sergio Vigil, el entrenador) nos dijo que nos quedáramos tranquilas porque festejaríamos mucho en la ceremonia de cierre”.

El desconocimiento del reglamento significó un bochazo en contra. La Selección femenina había avanzado de ronda, aunque comenzaría última en la fase final (solo se arrastraban los puntos conseguidos frente a los equipos que pasaban de fase). Conclusión: Argentina seguía en carrera por las medallas, pero en las peores condiciones. “Fue un quiebre importante -explica Karina Masotta, capitana de aquel equipo-. Luis, sin embargo, nos contó un cuento hermoso. El cuerpo técnico no trataba de convencernos, pero sí nos recordaba para qué habíamos ido”. Luis es Luis Bruno Barrionuevo, el preparador físico del equipo, que entre lo más saliente acumula dos medallas olímpicas y dos campeonatos del mundo; un tipo que no solo se dedica a diagramar planes de entrenamiento. “Las emociones y el cuerpo tienen que ir en concordancia. Debíamos filtrar las influencias externas para dar lo mejor en función del equipo. Y se me ocurrió una historia donde la resignación era una de las debilidades humanas que había que vencer. Nos podríamos haber quedado con las excusas típicas de los argentinos en las que somos víctimas ante lo desconocido. Pero no”, profundiza Barrionuevo. De todas maneras, la historia continuó al margen de la ocurrente fábula. “Yo hablé con Sergio y le manifesté que era el momento de usar la camiseta con la leona. El rival era Holanda. Lo sentíamos así para motivar y seguir creyendo en lo que veníamos haciendo -sostiene Masotta-. Es un recuerdo imborrable”.

El apodo que caracteriza al seleccionado de mujeres había salido a la luz. La huella de esos Juegos no solo era producto de un golpe de marketing, sino también de un resultado. “La medalla de Sydney revolucionó todo. Representó un triunfo haber llegado a la final olímpica, esa medalla plateada fue como una de oro. La medalla de Sydney cambió el hockey sobre césped femenino en la Argentina: nos marcó”, firma Luciana Aymar, una novata en aquel momento, la mejor jugadora de la historia en la actualidad. “Igual, Las Leonas existían desde antes -agrega Margalot-. El seleccionado no tenía ese apodo, nada más. No nos olvidemos de que hubo un grupo que se consagró subcampeón del mundo en Dublin 94, y que las más chicas de ese grupo habían sido campeonas del mundo en junior. Entonces, Argentina ya venía pisando fuerte”.

ATENAS 2004, medalla de bronce y de bronca. Margalot continúa como portavoz. “Estábamos para ganar el oro y no se dio. Un mal partido nos llevó a anticipar la final ante Holanda en semifinales y perdimos. Realizamos un trabajo rápido y fuerte como grupo porque fue una desilusión no pasar a la final -afirma-. El equipo entendió, pese al dolor en el alma, que se tenía que ir con la medalla de bronce”.

Beijing 2008 resultó el primer desafío después de la época más dulce de las chicas. Los Juegos no alteraron el resultado en el podio (obtuvieron otro bronce), pero la escenografía era distinta. Gabriel Minadeo, asistente principal de Sergio Vigil, se había hecho cargo de la conducción desde el banco y colocó en cancha a un conjunto que combinó experiencia y juventud a causa de un recambio generacional obligado. Los de Beijing fueron los Juegos de las despedidas (como la de Magdalena Aicega, la capitana) y de las bocanadas de aire fresco de la mano de Carla Rebecchi, Rosario Luchetti y Noel Barrionuevo, entre las notables. Más allá de conservar el estatus olímpico -detalle no menor-, lo más curioso ocurrió afuera de la cancha. “Perdimos ante Holanda en semifinales y vino Maradona al vestuario para brindarnos su apoyo. No lo podíamos creer. Diego nos alentó -repite, aún incrédula, Rebecchi-. Fue emotivo”.

Imagen AYMAR CONDUCCION. La Maga se retirará del hockey tras los Juegos de Londres.
AYMAR CONDUCCION. La Maga se retirará del hockey tras los Juegos de Londres.
 LA CLASIFICACION para los Juegos de 2012 se mezcló con el dolor a fines de octubre del año pasado. Las Leonas cayeron 4-2 ante Estados Unidos en la final de los Panamericanos de Guadalajara. Como consecuencia, no solo perdieron una final panamericana por única vez desde 1987 -cuando se disputó la primera edición del certamen- sino que también se les complicaba la posibilidad de conseguir el pasaje a la capital inglesa. El Preolímpico figuraba en el horizonte. Sin embargo, la Federación Internacional comunicó un asterisco del reglamento que no había mencionado antes de la cita panamericana: los primeros tres seleccionados del ranking mundial serían olímpicos sin escalas. Y Las Leonas, que se encontraban ahí (son número 2 del mundo), respiraron. De todos modos, el ciclo de Carlos Retegui como entrenador de la Selección está resultando más que positivo. Las chicas, con un puntilloso recambio generacional, mantuvieron y hasta incrementaron su prestigio internacional: se consagraron campeonas del mundo después de ocho años y obtuvieron tres de cuatro Champions Trophy. Sin embargo, hubo retoques luego de la alarma que sonó en México. Luis Bruno Barrionuevo y Margalot regresaron al plantel. El profe, para quedarse; mientras que la defensora querrá despedirse del seleccionado, a lo grande, en los Juegos.
La medalla dorada es la única ausente en el repertorio olímpico de Las Leonas, pero Aymar no se deja llevar por la fiebre del éxito: “Al hockey le falta el oro, aunque no me quiero llenar de presión. Ojalá este grupo lo gane. Y si no, será en otros Juegos Olímpicos”. En la misma sintonía, Retegui elige el perfil bajo: “Pensamos en el primer partido, el 29 de julio, y después habrá que subir diferentes escalones. No nos afectó la baja de Belén Succi (la arquera) por haber quedado embarazada. No llamaremos a una arquera que haya estado en un proceso anterior. Laura Del Colle y Florencia Mutio son las que trabajan para ocupar el puesto, pero aún no tengo definida a la titular. Este equipo no es el campeón del mundo de 2010; es un plantel joven que afrontará cada partido como una final. Queremos que las chicas disfruten de los Juegos”.

LAS LEONAS tendrán la oportunidad de alcanzar el cuarto podio olímpico en cuatro Juegos en cadena. Diversas jugadoras y cuerpos técnicos -encabezados por Sergio Vigil, Gabriel Minadeo y Retegui- empujaron al hockey sobre césped femenino hacia un pedestal de excelencia. Quizás ni en los mejores sueños cabía esta realidad. Pero ellas lo consiguieron al insertarse y mantenerse en la vanguardia. Primero fueron damas; luego, reinas; posteriormente, Leonas.

Por Darío Gurevich. Fotos: Emiliano Lasalvia y AFP