Las Entrevistas de El Gráfico

Cordera suelto

El ex líder de la Bersuit en una charla futbolera distinta, con definiciones sorprendentes. Afirma que bochinear es un verbo, que Messi pertenece a un nuevo estadío de los seres humanos, propone que Maradona viaje haciendo jueguito por el país y alerta sobre el fanatismo en tribunas y recitales.

Por Redacción EG ·

31 de marzo de 2011

Nota publicada en la edición marzo 2010 de la revista El Gráfico

Imagen EL PELADO y sus pasiones: la música y Lanús. Jugó de diez en las inferiores granates durante un par de años.
EL PELADO y sus pasiones: la música y Lanús. Jugó de diez en las inferiores granates durante un par de años.
APOYANDO una de sus piernas sobre la silla, con short y camiseta de Lanús recién salidita del horno, medias y zapatillas de calle, boina blanca, guitarra empuñada en la derecha, pelada y barbita inconfundibles, el observador desprevenido no sabrá si Gustavo Cordera es un tanguero de los 40, un goleador a lo Severino Varela de los 50 o un loco lindo de estos tiempos que pide monedas en los semáforos.

Por lo pronto, es un futbolero de ley, ex número 10 frustrado de las Inferiores granates, y figura emblemática del rock-murga-cachengue nacional de los últimos 20 años. En muchísimos de los temas que cantaba con la hoy disuelta Bersuit Vergarabat abundaban las referencias futboleras. “Al fondo de la red” es un tema dedicado a Caniggia en el que Macaya Márquez recita una introducción, “El baile de la gambeta” hace referencia a Bochini (ver recuadro) y “Toco y me voy” ofrece una bella metáfora futbolera de la vida: “Aunque pongas la barrera / yo te la mando a guardar / toda la vida es un baile y te pueden bailar / Aunque no quieras , lo verás / en una cancha o en un bar” y ensaya una definición del valor fútbol: “La camiseta es como un dios / No importa cuál sea el color”. Se podría seguir con otras alusiones futboleras, pero mejor -ahora que ya terminó el minirrecital que dio en la presentación de la camiseta de Lanús ante unas 100 personas, un lujo, como si tocara en el living de tu casa-, mejor poner la pelota sobre la mesa y que este hombre que hace cuatro años viajó especialmente desde México para estar en la popular de la Bombonera y gozar con el primer campeonato de su club, le descubra algún sentido artístico que los demás no podemos ver...

-Subiste al escenario con la 10, ¿sos de la escuela del Bocha, como cantás?
-Yo soy de la escuela del Bocha, sí, no jugaba como él, porque si no estaría hoy en Primera. Estuve dos años en las Inferiores de Lanús pero como me iba mal en el colegio, mis viejos no me dejaron ir más. Y le hicieron un gran favor al fútbol. Igual, jugaba mejor que unos cuantos diez que están hoy en el fútbol argentino, por lo menos te metía 2 o 3 pases gol por partido; hoy hay jugadores que pueden estar un campeonato entero sin hacer un pase gol.

-¿Cuándo lo conociste a Bochini?
-Con el Bocha hay una amistad muy grande. Nosotros teníamos un amigo en común, Nolo Traba se llamaba. Murió asesinado. Fue increíble: le habían pegado un tiro a un policía, el cana estaba persiguiendo al ladrón, y nos confundió a nosotros, que estábamos parados en la calle. Me disparó a mí y no me pegó y después a él y lo mató. Increíble. Ahí ya lo conocía al Bocha, después empecé a ir a la cancha a verlo, continuó la relación, le dediqué una canción y lo invitamos a varios recitales. Un día lo pasé a buscar y me causó mucha gracia porque íbamos con el auto y me decía: “No agarres por Tucumán, agarrá por esta y esta”. O sea: no dejaba de ser Bochini aun dirigiendo el tránsito, tenía el mapa del tránsito en la cabeza. Es el mejor jugador que vi en mi vida...

-¿Más que Maradona?
-Sí, la fantasía de Bochini no la vi en Diego. El Bocha era un mago sin físico, con pancita, sin nada, todo pelado, era pura fantasía...

-¿A qué llamás fantasía?
-Bochini es un verbo para mí, bochinear es pensar antes que los demás. No hubo un tipo en el mundo con esa velocidad mental. Pastore a veces bochinea.

-¿Qué sería maradonear, entonces?
-Maradonear tiene que ver con hablar de uno mismo... pero en tercera persona (risas).

-Tiene adeptos ese verbo...
-Un montón de adeptos. Igual, aclaremos: Diego fue un gladiador, pura rebeldía, un estrato social que irrumpe. Simbólicamente, Diego fue tan importante en el mundo como el Che Guevara. Es muy grande Diego, el Bocha en cambio era un tipo que divertía a la gente, casi un payaso, como Nicolino Locche, y a mí me produce mucha ternura ver a un jugador que le hizo 10 o 12 goles al clásico y nunca los gritó, por respeto. El Bocha era un poeta, podría haberse dedicado a la música o a cualquier cosa y hubiera desarrollado el mismo vuelo.

-Messi, en este contexto, ¿qué te genera?
-Y... Messi es un tipo que ha evolucionado al resto de los seres humanos, es de un nuevo estadío de seres humanos, una especie de avatar, no tiene ningún otro tipo de explicación.

-¿En el último Mundial hinchaste por Argentina o por Uruguay, el país donde vivís?
-Por Uruguay, porque tenía humildad. Nosotros creíamos que nos íbamos a comer el mundo, y no me gusta cuando estamos con esa actitud.

-¿Te bancabas a Maradona como técnico?
-No me gustaba su manera de dirigir, me parecía que era de mucha imposición, de poner “huevo”, de la camiseta, y una vez más perdimos el juego, perdimos el norte. Y lo entiendo, porque Diego estaba de alguna manera en una batalla personal contra mucha gente. No fue bien cuidado Diego. Ni por la AFA, ni por la gente, no fue ayudado por sus amigos.

-Tampoco se dejó ayudar demasiado.
-Es cierto, él tampoco se dejó ayudar, pero lo vi muy solo y entonces fue una lucha personal, no había un proyecto colectivo, y me daba pena, porque lo quiero mucho a Diego... Pero Diego estaba contrafóbico, defendiéndose de todos los ataques que sufría, como diciendo “Ahora voy a demostrar un montón de cosas”.

-¿Qué hay que hacer con Maradona?
-Diego nos dio mucho más de lo que cualquiera podía esperar, yo no le pediría más que verlo tranquilo, que disfrute a su familia, que viaje, que agarre una pelota y haga jueguito en las escuelas de todo el país, que un niño pueda ver eso, es magia. ¿Qué más se le puede pedir a un mago? Que haga su magia, y si no lo puede hacer en una cancha, que lo haga arriba de un escenario, que cuente sus experiencias. Es mucho lo que podemos aprender de él, ¿por qué le damos la Selección? Realmente hay que ser muy hijo de puta para darle la Selección, me pareció un acto especulativo desgraciado que va a quedar en la historia.

EL ROCK y el fútbol no solo encuentran un punto de contacto en los cantitos de las hinchadas. Hay ritos, gestos, adrenalina, masividad y un vínculo de idolatría entre el público y la estrella, sea jugador o cantante, que obliga a la comparación.

Imagen EL ZURDO Cordera tocó con la Caravana Mágica en la presentación de la nueva camiseta de Lanús.
EL ZURDO Cordera tocó con la Caravana Mágica en la presentación de la nueva camiseta de Lanús.
-¿Ves similitud entre los dos ámbitos?
-Hay, sí, pero quedó lo más ordinario del mundo del fútbol, que es la fidelidad, la lealtad, el pertenecer a la hinchada, el hacer lo que la hinchada exige, el ser preso del deseo de los demás sobre vos. Todos los seres humanos somos en algún punto barrabravas.

-¿Por qué el fútbol genera esto?
-Porque el fútbol es el reemplazante del circo romano, y tiene que ver con esa cosa italiana del juego como forma agresiva, como competencia y humillación a la otra persona. En el rock pasa cuando se habla del aguante a una banda y así se desvirtúa el arte. En el fútbol la fantasía se empieza a romper porque lo más importante es ganarle al otro, entonces vos empezás a ser complaciente con la hinchada y no buscás el juego, buscás el resultado... ahí ya estamos perdidos

-Olvidate de la barra, te pregunto por el vínculo del hincha genuino con el jugador y del que va al recital con el cantante...
-Hay puntos de contacto. A mí, cuando se me toma como objeto de culto, me produce un poco de vergüenza y sospechas también. Si te encanta un tema, me parece bien, porque eso es música, pero cuando empezás a tener devoción por una persona, hay algo que está mal. O hay una distorsión, siento que la devoción trae consigo a un posible asesino.

-Le pasó a John Lennon...
-Sí, el fanatismo y la devoción son peligrosas.

-Haciendo el paralelismo con el jugador, ¿el músico nace o se hace?
-Todos nacemos con la posibilidad de hacer música. Yo, hasta que fui a Brasil no tocaba nada, tenía algo adentro como todos, solo que cada uno tiene que descubrir cuál es su arte.

-¿Qué te partió la cabeza para ser músico?
-Ver a la gente feliz en las calles, bailando, haciendo el amor, no lo podía creer. Nosotros éramos muy pacatos, retrógados. Veníamos de un gobierno militar y para acostarte con una mina tenías que extenderle un certificado de fidelidad eterna. Eso me parecía aberrante, nos hacíamos todos mentirosos con tal de ir a la cama. En Brasil era carnaval y la gente te bajaba la malla y ahí mismo, era natural.

-¿Y qué tiene que ver eso con la música?
-Y... la música, la alegría y el sexo para mí son lo mismo, la energía sexual es lo que te impulsa a hacer música. En Brasil todo era música porque había libertad sexual y en los países donde no hay libertad sexual la música es horrible, hacemos todos minué...

CORDERA mete un freno de golpe, se hace un silencio; y el resto de la banda, que escucha atenta mientras habla su líder, suelta una carcajada sonora ante la palabra “minué“. El Pelado baja el telón hablando de su Lanús: “Al equipo lo veía nervioso, que no jugaba, se preocupaba mucho por ganar. Y esto es como cuando hacés música, si te preocupás por ganar plata, llenar estadios o vender discos, dejás la esencia de lo que estás haciendo. Y la esencia de esto es jugar, el fútbol es un juego que divierte a la gente y te tenés que divertir vos. Para mí es fundamental que el jugador esté relajado dentro de una cancha, que el técnico apoye a alguno que quiere hacer una fantasía, esa energía produce mucho menos desgaste físico que la presión. Este año tengo confianza en que algo bueno vamos a hacer”.

-¿Banfield campeón te amargó la vida?
-No tengo problemas en que salga campeón Banfield si juega con fantasía y alegría. El Huracán de Cappa, al que le robaron el campeonato, es el campeón indiscutido de la última década.

-¿No daba para hacer un tema de Lanús campeón?
-No es necesario, la música de la hinchada es lo más lindo que hay..

PELOS Y SEÑALES
Gustavo Edgardo Cordera tiene 46 años y hasta los 23 jamás tomó vínculo con la música. Cursaba Comunicación Social en la Universidad de Lomas de Zamora y vendía autos en su agencia “Cordera Hermanos”. En el verano de 1988 se fue al carnaval de Río de Janeiro y allí su cabeza hizo un clic, como explica en la nota. Al volver se rapó, dejó los estudios, vendió la agencia de autos y se volcó a la música. Cordera fue la voz, guitarra y el líder de la Bersuit Vergarabat, un grupo de 8 integrantes que se sumergió en el rock mezclándolo con ritmos latinoamericanos como tango, murga, cumbia y chacarera. Tocaron más de 20 años (1987-2009) y en 2004 fue elegida la mejor banda argentina. Producidos por el laureado Gustavo Santaolalla, su disco doble “La argentinidad al palo” se transformó en su punto más alto con el que dieron más de 100 shows en todo el país. En 2007 tocaron ante 70 mil personas en River. En 2009, el grupo se disolvió y sus integrantes comenzaron sus carreras individuales. Luego de “Suelto”, Cordera –que desde 2006 vive en La Paloma, Uruguay- va por su segundo disco solista, “La Caravana Mágica”, un proyecto inédito de cooperativa con su banda.

Por Diego Borinsky / Fotos: Emiliano Lasalvia

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