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De la mano de Martín
Cuando parecía que el partido terminaba igualado 1-1 apareció el héroe de la noche, Martín Palermo y clavó el 2-1. Ahora, hay que ir a Uruguay en busca del lugar en Sudáfrica.
La Argentina arrancó bien en el partido, sobre todo gracias a la movilidad de Pablo Aimar, y sus combinaciones con Messi e Higuaín. También fue bueno el aporte de Di María y Enzo Pérez, por las bandas. Pero a la hora de la definición y la puntada final no se fue efectivo. Higuaín tuvo dos y no pudo. Y la más clara fue un zurdazo de Messi, que se fue por muy poco.
Perú, se dedicó más a cortar y obstruir que a jugar. No llegó casi ninguna vez y trató de inquietar por el sector de Juan Vargas, que no pudo influir.
En la segunda etapa, luego de un remate de Vargas que dio en el travesaño, llegó el gol que tranquilizó a todos, por intermedio de Gonzalo Higuaín tras un pase punzante de Pablo Aimar. Sin embargo, a partir de ese momento el juego de los de Diego Maradona comenzó a decaer y Perú a crecer. Vargas comenzó a generar más juego y a generar más peligro por la banda izquierda.
Cuando parecía que la Argentina, a pesar de no haber jugado bien, se quedaría con el triunfo 1-0 llegó el baldazo de agua fría cuando el cabezazo de Rengifo decretó el 1 a 1 y la desilusión para Argentina. Pero en cancha estaba Martín, el héroe y guerrero de las mil batallas y epopeyas. Y en el último córner de la noche, luego de una serie de rebotes, apareció Palermo para darle el 2-1 a la Argentina y la alegria a todo un país.
Ahora, el miércoles, será la hora de jugar a muerte ante Uruguay para asegurarse un lugar en el Mundial de Sudáfrica.
Francisco Jáuregui
Perú, se dedicó más a cortar y obstruir que a jugar. No llegó casi ninguna vez y trató de inquietar por el sector de Juan Vargas, que no pudo influir.
HEROE. Palermo y su loco festejo tras el gol del triunfo.
Cuando parecía que la Argentina, a pesar de no haber jugado bien, se quedaría con el triunfo 1-0 llegó el baldazo de agua fría cuando el cabezazo de Rengifo decretó el 1 a 1 y la desilusión para Argentina. Pero en cancha estaba Martín, el héroe y guerrero de las mil batallas y epopeyas. Y en el último córner de la noche, luego de una serie de rebotes, apareció Palermo para darle el 2-1 a la Argentina y la alegria a todo un país.
Ahora, el miércoles, será la hora de jugar a muerte ante Uruguay para asegurarse un lugar en el Mundial de Sudáfrica.
Francisco Jáuregui