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IDA Y VUELTA

Javier Pinola habla de su presente en Alemania.

Por Redacción EG ·

02 de enero de 2008

-¿COMO FUE CASARSE a las apuradas?
-Bastante difícil. Hoy, a seis meses, nos siguen contando anécdotas y problemas que iban surgiendo y me río. Teníamos un show con Los Auténticos Decadentes y cuando les dijimos que cambiábamos la fecha para julio porque yo estaba convocado para la Copa América nos dijeron que estaban de vacaciones, pero vinieron igual.
 
-Corrieron todo por la Copa América y al final no te llevaron…
-Salió lo de la Selección y hubo que cambiar todo, aunque después tuve la desgracia de quedar afuera. Pero me sirvió para casarme y eso me ayudó a despejarme, porque después que me desafectaron me fui de pretemporada y me olvidé de la Selección. Y después estuve lesionado.
 
-¿Tu mujer se enojó, lo entendió?
-No, una fenómena, me ayudó y apoyó en todo. Estaba contenta porque me habían citado a la Selección. Me propuso postergar el casamiento para diciembre, pero decidimos hacerlo igual. Lo disfrutó todo y estaba muy contenta. Aunque después no se dio lo de la Copa.
 
-Ya pasó un tiempo, ¿cómo vivís ahora lo de la Selección?
-Estuve dolido por quedar afuera, pero lo tomé muy bien. Era una experiencia nueva y yo aproveché la oportunidad que me dieron hasta el ultimo entrenamiento. No tengo nada para reprocharme. Ahora sólo quiero volver a jugar y ver si puedo tener otra chance.
 
-¿Te dio bronca?
-Sí, a nadie le gusta queda afuera. Pero estoy tranquilo porque di todo. El Coco me dio sus explicaciones, las entendí y acepté, y le agradecí por la oportunidad que me había dado.
 
-¿Qué te dijo el Coco?
-Que tenía la idea de llevar una determinada cantidad de defensores, me dijo quiénes eran, y lamentablemente me tocaba quedar afuera a mí. Fue duro para los dos, pero me apoyó y me dijo que siguiera dándole duro, porque se iba a volver a dar otra posibilidad para mí.
 
-¿Vos qué le dijiste?
-Le agradecí, no traté de convencerlo ni nada, ja. Estoy tranquilo. Te duele quedar afuera, pero estuviste entre 23 de los mil que puede haber en la Selección. Eso es un orgullo.
 
-¿Le creíste a Basile?
-Sí. Se habló mucho de lo de Román, que yo salía para que entrara él, pero no creo que haya sido así. Lo quiero sacar de todo esto; Román no fue el motivo de mi salida. El Coco me dijo que llevaba siete defensores y le sobraba uno, y fui yo. Claro que le creí, es un tipo con códigos.
 
-¿Qué habrá pasado que después no te llamó más?
-Hablé con el cuerpo técnico después. Me llamaron para ver cómo estaba para jugar contra Noruega, pero justo me había operado de la rodilla para sacarme líquido y me estaba recuperando. Y después se contactaron antes de jugar contra Australia, pero llegaba muy justo y no daba para arriesgar.
 
-¿Por qué creés que cada vez salen menos laterales de nuestro país?
-Todos quieren jugar de central, de doble cinco o delantero, de lateral nadie quiere jugar, no son muy reconocidos. Yo hace cuatro años que soy lateral y al principio no me gustaba tampoco. Pero aproveché ese momento y esa oportunidad que se abrió y la tomé. Pero todos buscan el protagonismo, ser más visto, más recocido para poder irse a otro lado, y de lateral no estás en una posición en la que te destacás seguido.
 
-¿Quiénes te gustan en ese puesto?
-Compartí tiempo en la Selección con Gabriel Heinze y me gusta mucho, porque deja todo y se esfuerza al máximo. Pero no hay demasiados. Fijate que en River jugó Ponzio de tres, y en Boca lo hizo Morel, que es paraguayo.
 
-¿A quiénes convocarías vos para la Selección?
-A Pinola, jajaja. Y a Heinze.
 
-¿Y quién jugaría de titular?
-Eso se lo tendrían que ganar en las prácticas, je.
 
-¿Qué variante le ves a ese puesto?
-Jugar con tres defensores y con carrileros, pero tienen que ir y venir mucho. Me tocó jugar así en Chacarita, yo siendo stopper, y ahora en Nüremberg también, pero de carrilero, y hay que entrenarlo mucho. Muchos dicen que es defensivo, porque te terminás cerrando con cinco atrás.
 
-¿Cómo te sentías al no ser convocado para la Selección y que en Alemania dijeran que eras el mejor lateral de la Bundesliga?
-Era complicado, porque a la Bundesliga no se le da mucha importancia acá, no se la sigue mucho. Y uno se lamenta, porque cuando me eligieron como el mejor, hubiera sido bueno que por ahí me dieran una chance en la Selección, que llegó después. Si se daba, se daba; si no, a mejorar. O a pasar a una liga más vista. Porque a veces se la de más importancia a la liga de Qatar, por los millones y las extravagancias, que a la de Alemania.
 
-¿Es muy diferente el fútbol germano?
-Siempre cuando vas a Europa hay que adaptarse. No es fácil por cómo se entrenan, cómo se manejan, el estilo de juego. La Bundesliga es muy difícil, competitiva, con equipos fuertes y jugadores rápidos. Antes pensaba que era más dura, rústica, pero no me resultó tan así, hay técnica. Está entre las cuatro más importantes del mundo, junto con Italia, Inglaterra y España.
 
-¿Y Argentina?
-En Argentina se está jugando con mucha presión. Si no ganás el primer partido se duda de los jugadores, del técnico, y hay que cambiar eso. Hay muchos futbolistas que por nervios no quieren salir jugando. Tenemos una de las mejores canteras del mundo y habría que aprovecharla más, dejar de lado la presión y apostar más al mejor juego, no tanto a defender. Hay que apostar al individualismo bien entendido y no tanto a las órdenes del entrenador.
 
-¿El idioma te costó? ¿Cómo aprendiste?
-Al principio me manejaba con el inglés, porque todos lo hablan. El club me puso clases de alemán dos veces por semana. Los primeros tres meses fui pero me cansé, porque me iba directo del entrenamiento, sin dormir siesta, nada. Aprendí obligado a comunicarme, leyendo diarios, hablando con mis compañeros. Además, algunas palabras son parecidas al inglés.
 
-¿Cómo nos ven los alemanes a los argentinos?
-Tuve la suerte que el Ratón Zárate jugara allá, entonces dejó una muy buena impresión. Saben que no nos gusta perder, que nos matamos siempre.
 
-¿Cómo fue ganar la Copa de Alemania?
-Jerarquizó a todo el plantel, le dio un nivel más importante, entramos en la Copa UEFA después de muchos años. La gente nos idolatró, nos recibió muy bien cuando volvimos porque hacía tiempo que el club no ganaba nada.
 
-Y ahora están peleando abajo, ¿qué pasó?
-Cambiaron un par de jugadores, hubo algunas lesiones, algunos no se pusieron bien físicamente, otros se conformaron con la Copa…
 
-Y en la UEFA andan de capa caída también…
-Estamos ahí también. Pero lo más importante es salir de abajo en la tabla. Si avanzamos en la UEFA, mejor también.
 
-¿Te querés quedar en el Nüremberg, preferirías pasar a otra liga?
-Ofertas concretas no tuve por las lesiones, que no me dejaron jugar mucho este semestre, aunque ya estoy para volver. Pero me encantaría jugar en Inglaterra. Por el fútbol que practican, que es rápido, técnico, de precisión. También me gustaría conocer más su cultura y aprender mejor el idioma.
 
 
 
Alemania y Argentina son países distintos. Culturas distintas. Idiosincrasias distintas. Javier Pinola lo sabe bien, pero supo hacer un mix entre las dos para poder acostumbrarse a su nuevo hábitat. “Las diferencias más grandes son la seguridad, el respeto, la amabilidad. Tampoco tienen problemas económicos. Si tu sueldo no alcanza, el Gobierno te da un subsidio. Acá no quieren trabajar pero pretenden que les den plata igual”, cuenta el lateral. Yo ya me acostumbré a ser más respetuoso, amable, a pedir las cosas por favor, a decir gracias, a saludar cuando llegás a los lugares -sigue-. Cuando vuelvo al país trato de manejar como se maneja en Alemania, pero a los dos segundos tengo que ser el de antes, porque si no te llevan puesto”. Clarito. Lo que sí, no puede dejar de extrañar los afectos y… “Un rico helado. Acá las heladerías son mayormente italianas, pero nada que ver con las nuestras. Lo demás conseguimos todo: asado, dulce de leche, yerba. Pero me falta una buena parrilla en el parque, porque las que hay son chicas y te entra un tira de asado sola”.