Nota publicada en la edición febrero 2012 de la Revista El Gráfico
TREMENDA escena en Torreón, 20 de agosto de 2011. Santos-Morelia suspendido por balacera fuera del estadio.
“México está en una situación muy crítica que se cobró 40 mil vidas en cuatro años. La economía pasa un buen momento, pero por razones raras: el petróleo -que no es renovable-, el narcotráfico y las remesas que mandan los migrantes desde Estados Unidos, algo que puede detenerse a medida que vuelvan desde ese país. Es un dibujo de país roto. Y la degradación educativa y cultural es muy grande. El problema del narcotráfico no es apenas militar. Sólo se supera si se logra un nivel de vida más digna y una moral que haga que la gente no se corrompa”.
La mirada tan general sobre la situación mexicana le corresponde al escritor y periodista Juan Villoro, uno de los más importantes referentes culturales de ese país. Villoro es, además, futbolero hasta la médula: es hincha del Necaxa; y en España, donde vive actualmente, alienta al Barcelona. Ha escrito cuentos y novelas, pero sus textos de fútbol son deliciosos como pocos. En esa temática, es autor de un librazo que se llama “Dios es redondo”. A él también le duele México.
Compatriota desde las letras, pero además historiador, el periodista Carlos Calderón Cardoso, del sitio web Medio Tiempo, ofrece su punto de vista. “Como todo el país, el problema del narcotráfico toca muchos ámbitos. Entre ellos, al fútbol”, destaca. Y acentúa: “La Federación Mexicana ha tratado inclusive con la DEA, que realiza investigaciones aquí, de mantener al fútbol libre del narcotráfico. En las divisiones menores y en la Liga de Ascenso, hubo casos en donde el narco dio el presente”.
El crecimiento popular y económico que tuvo el fútbol en las últimas décadas se convirtió en un terreno propicio para quienes buscan lavar dinero. Los narcotraficantes lo saben. Y ellos, en México, dan pelea. El deporte en general, con la Fórmula 1 a la cabeza, pero con el fútbol siguiéndole los talones, es una de las industrias que más dinero mueve, entre legales e ilegales, en el mundo.
La situación en México mete miedo. Los cadáveres, de inocentes y de los otros, aparecen en las calles como mensajes mafiosos. A veces decapitados. Siempre a la vista de todos. Algunos sostienen que ya son 50 mil las víctimas del crimen organizado. Recién en los últimos tiempos hubo cierto valor para empezar a marchar por la paz. En tanto, la guerra entre los cárteles no se detiene. Sinaloa, Los Zetas, Tijuana, Juárez, La Familia, Beltrán Leyva y Golfo son los más fuertes. Más de mil chicos murieron por estos enfrentamientos.
El periodista y escritor italiano Roberto Saviano, amenazado de muerte por la mafia de su país, había escrito en su espectacular libro “Gomorra” algo que bien se puede aplicar a las calles mexicanas y al pensamiento de quienes buscan mejorar su calidad de vida de cualquier manera; aún a riesgo de esa muerte que, cuanto más tienen, más les persigue: “Todos los que conozco, o han muerto o están en la cárcel. Yo quiero ser un boss (jefe). Quiero tener supermercados, tiendas, fábricas, quiero tener mujeres. Quiero tres coches, quiero que cuando entro en una tienda se me respete, quiero tener almacenes en todo el mundo. Y después quiero morir. Pero como muere un boss auténtico, uno que manda de verdad. Quiero que me maten”.
Ayer Colombia, hoy México
VILLORO: "México es un país roto, que se cobró 40 mil vidas en 4 años. La degradación educativa y cultural es muy grande. El problema del narcotráfico no es sólo militar".
El fútbol de México vive hoy lo que en los años 80 y 90 vivía el de Colombia con la injerencia narco. El primer caso comprobado en la Primera División es de 2004. Informes de la DEA y del gobierno federal incluyeron al Querétaro y al Irapuato. Se los investigaba por lavado de dinero. “Por lo tanto, plata del narcotráfico”, acota Calderón Cardoso. La FMF ofreció cinco millones de dólares a cada uno de esos equipos para que vendiera su franquicia y desapareciera del torneo. El Irapuato aceptó de inmediato y sus jugadores fueron declarados en libertad de acción. Los propietarios del Querétaro amagaron declarar la guerra legal, pero finalmente agacharon la cabeza.
La Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada investigaba a tres personas que podrían haber invertido dinero ilícito en esos conjuntos. Una de ellas era el narcotraficante colombiano Jorge Mario Ríos Laverde. Buscado por la DEA desde 1997, logró en 2002 un permiso para trabajar en México como vicepresidente de una empresa dedicada a promocionar jugadores de fútbol. Había fuertes sospechas de que invertía dinero de dudoso origen en ambos equipos.
Pero el punto de partida para vincular al fútbol grande con el tráfico de drogas data de 2003. Ese año se detuvo al futbolista colombiano Carlos Alvarez Maya, ex jugador del Necaxa. Su arresto tuvo lugar en el Aeropuerto Internacional de la ciudad de México, en momentos en que intentaba sacar del país más de un millón de dólares. Ese dinero, se presumía, provenía del mercado de las drogas.
Autor de doce libros vinculados a la temática futbolera, Carlos Cardoso agrega al respecto: “Se dice, pero no me consta, que el promotor mexicano Guillermo Lara es el vínculo del narcotráfico entre el fútbol y los cárteles. Es dueño de Promotora Internacional de Futbol Soccer, que tuvo nexos con Querétaro, Irapuato y recientemente con el Veracruz”.
Lara fue en su momento uno de los personajes más odiados y poderosos del ambiente futbolero mexicano. A punto tal que dividió aguas. Empezó pobre y continuó rico. Un símbolo deportivo de ese país como Cuauhtémoc Blanco no dudó en calificarlo como “un mafioso del fútbol”. Vivió su gran momento al obtener un contrato para representar al seleccionado nacional. Luego lo perdió y poco tiempo atrás fue el presidente de la Federación Mexicana de Fútbol, Justino Compeán Palacios, quien se refirió a él al decir que “tiene las puertas abiertas” para programar encuentros del conjunto nacional. “Debemos tener partidos de trascendencia y la gente que pueda traernos esos partidos es bienvenida”, justificó el directivo.
La buena prensa del narco
@numero@33
Es el promedio de muertes por día ligadas al crimen organizado en 2011, según un informe de las autoridades oficiales