Las Entrevistas de El Gráfico

1973. "Te agradezco, Señor, mis gambetas"

Bajo la tribuna de Independiente, Ricardo Bochini, de 19 años, recibe a El Gráfico en la pieza donde vive: “Aquí se sueña. Aquí se espera el momento de triunfar y de comprarle una casa a los viejos”.

Por Redacción EG ·

20 de febrero de 2019

Ricardo Enrique Bochini, el nuevo Ernesto Grillo de Independiente…

Imagen
 

Imagen


"De este gol no me voy a poder olvidar nunca más. Es el segundo contra River, cuando empatamos 2-2, hace unas semanas. La bajé con el pecho, le metí un caño a Daulte y cuando Perico salió a taparme el primer palo fijándose en mi amague la toqué despacito y con efecto al otro rincón...

Imagen


" El "cabezón" Bochini: gambetas en una baldosa, tubos en el área, lujos, marcadores que quedan sentados. Los chicos que siempre jugaron con él en Independiente —Gay, Doboletta, Carrica, Abdala— pueden definirlo mejor que nadie. "Es más hábil que Alonso. Y más positivo. En las inferiores nos decía antes de empezar el partido: «Hoy voy a hacer un gol así y así, me mareo a uno, a dos, a tres, y de última se la paso al arquero por encima de la cabeza». Entraba a la cancha y lo hacía tal cual..."


Imagen


"Tenía 12 años cuando vinieron a buscarme para jugar en Belgrano de Zárate. Yo no quería ir: le tenía miedo al público, me daba vergüenza por si llegaba a jugar mal delante de la gente...' Pero afortunadamente Ricardo Enrique Bochini cambió de opinión y dejó el potrero donde jugaba con varios de sus hermanos. Cuando cumplió los 15 debutaba en primera y en el seleccionado de la liga zarateña. Pocos meses más tarde lo descubrió Independiente. "Vine por un año, pero firmé definitivamente casi enseguida. Empecé en la séptima, y por suerte para mí EL GRAFICO no se equivocó: fue en 1970, todavía no había llegado a sexta y me sacaron en un recuadro que decía «Recuerdelos. En aquel momento no me imaginaba que algún día podría entrar con la primera..."

 

"Tengo 19 años y vengo del barrio de Villa Angus, en Zárate. Mi papá trabaja en la fábrica Reysol y somos nueve hermanos. El más chiquito —Fermín— cumplió 14 y también jugará en Independiente... No me asusta jugar en primera, no me puedo asustar de lo que estuve esperando toda la vida, y —aparte— con la cancha llena uno tiene más ganas de jugar. Hay más responsabilidad, sí. Pero también más satisfacciones. Ahora la gente empieza a conocerme y a mí me gusta. Pero prometo que nunca me voy a agrandar, porque eso sería como olvidarme de todas las luchas y todos los sacrificios que hice para poder llegar...¨ El nuevo Ernesto Grillo —llamado también Richard o Cabezón— se hospeda junto a Doboletta, Abdala, Carrica y Silva.


Imagen


"Pilchas, zapatos, algo de música y películas de Charles Bronson. Fuera del fútbol, mis gustos son ésos. Y dentro de la cancha me gusta jugar como juega Huracán, como juega Brindisi, aunque de chico era hincha de San Lorenzo y ahora me pasé a Independiente con cuerpo y alma... ¿Qué me va a pegar? Quizá. Miedo no tengo, porque desde pibe jugué con gente grande. Pero como yo gambeteo más en el área que en ningún otro lado, las patadas allí tienen dos destinos: o se guardan para otra oportunidad o terminan en penal a favor mío. Y en cuanto a los caños, los tiro y los meto, sí, pero no para divertirme ni para cargar sino para ir adelante. A veces no hay nada más productivo que un caño bien tirado... ¿Qué defensor va a esperar una jugada de lujo en la puerta del arco?"


Imagen





Junto a sus compañeros Pogany y Alejandro, Ricardo Bochini recorre la pieza donde vive. El domicilio es fácil de encontrar: bajo la tribuna de Independiente, a cinco metros del vestuario local. Bochini ve a la habitación con ojos de mirar palacios: "Algunos dicen que parece un hospital, pero para mí es divina. Aquí se sueña, Aquí se espera el momento de triunfar y de comprarle una casa a los viejos. Aquí vuelvo después de viajar a Zárate cada tanto para visitar a mi mamá, y al volver es como si encontrara otro cacho de familia. Además, abrís la puerta, das dos pasos y estás en el vestuario. Sin embargo ya me multaron un par de veces por llegar tarde, pero... ¿Qué que-res? Dejando de lado el fútbol... ¿viste algo más lindo que seguir durmiendo?¨

 

Por CARLOS MARCELO THIERY (1973)

Fotos: GONZALEZ COCIÑA.