Las Fotos de El Gráfico

1945. “Kid Uber” y “El Torito de Mataderos” en sus inicios

José Úbeda y Justo Suárez en una valiosa fotografía de los años 20. Todavía sin alcanzar la arrolladora popularidad dentro del box ni la muerte trágica y temprana que atravesó cada uno.

Por Redacción EG ·

19 de febrero de 2019
FIGURAS INOLVIDABLES

Esta vieja foto, que tiene ya cerca de veinte años, ha cobrado valor histórico y no puede ser contemplada sin experimentar una sensación de dolorosa nostalgia. Están ahí Kid Uber y Justo Suárez, aquél en primer plano y con sus modestas ropas de combate; el Torito humildemente vestido, teniendo en la mano una gorra que es todo un emblema y mostrando en el ojo izquierdo las huellas del combate que acababa de realizar. Esta vieja foto vale por las figuras que en ella aparecen, pero valdría también mucho por su contenido artístico, tan expresivo y pintoresco. Claro que en este caso especial la vida fue construyendo la propia historia de la foto, después que ella se publicara por primera vez. Véase por qué transiciones pasó: primero, en el instante mismo de tomarla, constituía una nota de actualidad y un motivo de alegría, puesto que mostraba a Kid Uber en una de sus noches triunfales. Después, cuando él y Justo escalaron posiciones, esta foto significaba un grato recuerdo y un documento de los comienzos pobres, pero tan ricos en sugerencias, de los dos bravos muchachos porteños; por último, desaparecidos Kid Uber y Justo Suárez, la fotografía adquirió el tono de nostalgia dolorosa a que aludimos antes.

Ahí están los dos muchachos que, sin menoscabo para ningún otro, pueden ser considerados como los más queridos por el público, como los que con más propiedad encarnaron al tipo del boxeador criollo, al pebete simpático y guapo que con picardía y habilidad se abrió camino hasta llegar a la fama.

Kid Uber, inolvidable expresión de viveza, perdido en una noche de tragedia, llevaba en sí un caudal de bondad, de sencillez y de poderosa simpatía. Clara como su fisonomía radiante era su alma luminosa. Más que admirársele hubo que quererle, Porque en él encontrábamos todas las virtudes que deseamos ver reunidas en un pibe de los nuestros. Era mucho más que un boxeador. Era un magnífico muchacho y una estupenda promesa. Por eso lloramos siempre su partida.

Kid Uber pasó a ser un motivo de lucimiento para las notas sentimentales, pero nadie podrá dudar que su vida fué más rica en belleza Y emoción que el triste episodio de su muerte a manos del aragonés Santos Mur, en el ring del Parque Romano aquella noche del año 30...

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