Las Crónicas de El Gráfico

1934. Boca Juniors se consolida en el campeonato profesional

Un triunfo de Gimnasia en 1929 sobre Boca había generado una rivalidad entre estos dos equipos. Chantecler asistió al encuentro entre Xeneizes y Triperos de 1934 donde Boca comenzaría a encaminarse hacia el título.

Por Redacción EG ·

15 de febrero de 2019

Los matches entre los teams de La Plata  y la Boca fueron protagonistas en el interés de la afición el domingo último, puesto que el puntero tenía un partido relativamente fácil frente a los "unidos por la fuerza", Atlanta-Argentinos Juniors; y apenas si despertaban alguna expectativa, los matches entre Chacarita y San Lorenzo y Vélez Sársfield y Racing, por la ansiada y no producida reacción de la Academia, que constituye la sorpresa inicial de la temporada.

Imagen Apurado por la acción de Garibaldi, el half Montáñez envía la pelota al centro, lo que aprovecha Benítez Cáceres para intervenir rápidamente y hacer un pase hacia adelante que alcanza Sánchez a la carrera, quien ejecuta un spot alto que halla la red.
Apurado por la acción de Garibaldi, el half Montáñez envía la pelota al centro, lo que aprovecha Benítez Cáceres para intervenir rápidamente y hacer un pase hacia adelante que alcanza Sánchez a la carrera, quien ejecuta un spot alto que halla la red.


Encargado de elegir el que, a mi juicio, era el mejor match, vacilé entre ir a La Plata a presenciar la posible rehabilitación de River Plate de su derrota ante Independiente, frente a un adversario temible como lo era Estudiantes, o quedarme en la capital e ir a la Boca para presenciar el encuentro entre los de casa y los del Expreso. Las perspectivas de interés estaban repartidas y no sé cómo hubiese salido de mi preocupación a no decidirme la circunstancia de que debutaban por los xeneixes, los dos backs del Flamengo y el winger derecho de Colo Colo. Era mucha novedad, excepcional en nuestro ambiente, para que este detalle no me decidiera, y he ahí cómo vine a instalarme en el cómodo recinto para periodistas del hace tiempo insuficiente estadio boquense.

Mientras no diera comienzo a la lucha principal tenía tiempo para conversar con mis colegas vecinos, cambiando impresiones sobre la situación del campeonato, probabilidades de los teams y lo que podía ser el partido que íbamos a presenciar momentos después. Hubo una coincidencia general de apreciaciones que no es muy frecuente en el periodismo, quizá porque, por el momento, las cosas se presentan muy claras, o bien porque no están, precisamente, muy definidas: Independiente, colocado al tope del certamen, es el único que ha presentado una cosa perfecta: su defensa. En lo demás, hay cosas buenas, regulares o malas, pero nada tan completo como ese sexteto defensivo rojo, de notable poder neutralizante o negativo. Poder positivo, sin definición, pero equiparable en brillo y fuerza con aquella defensa, sólo un terceto —no una línea, — y es el de Boca, con esos hombres que se llaman Benítez Cáceres, Varallo y Cherro o Sánchez. Como potencialidad conjunta, aparecía River, que tenía que demostrar su firmeza para sobrellevar reveses, y Estudiantes de La Plata que, como ya lo dijera a raíz de su segundo match de la temporada frente a Platense, a poco que afirmara las cualidades expuestas en ese encuentro iba a ser una cosa muy seria en el curso de la temporada. Estas dudas o vacilaciones en el juicio iban a quedar un tanto despejadas en la quinta jornada, y si bien la respuesta fué afirmativa de parte de Estudiantes de La Plata y de negación en River Plate, cabe decir del team millonario que aún no se puede decir nada decisivo respecto de él, aunque sí es conveniente quitarle ya ese título prematuro de presunto campeón. Actualmente no tiene más méritos que otros competidores, mejor colocados, para aspirar a la consagración, ni dos derrotas sucesivas pueden decidir a quitarle, tampoco, toda chance. Respecto de Boca y San Lorenzo, que van mejorando, todo puede esperarse de su espíritu batallador, mientras que todo es de temer en Independiente; primero, porque su quinteto ofensivo ha dado muestras, hasta ahora, de escaso poderío y positivismo, y segundo, porque, tradicionalmente, tiene más envergadura para romper campeones, que temple para serlo.

Imagen El segundo goal señalado por Sanchez, con un tiro largo, al recibir un pase de Garibaldi.
El segundo goal señalado por Sanchez, con un tiro largo, al recibir un pase de Garibaldi.


BOCA JUNIORS Y GIMNASIA Y ESGRIMA

Refiriéndome al match en sí, íbamos a ver frente a frente a dos adversarios cuya rivalidad acentuada nace del triunfo sorpresivo de 1929, cuando los triperos ganaron a Boca el torneo Estímulo, que éste ya creía suyo y que se fué ahondando luego, a raíz del vaso Varallo y los resultados de sus matches futuros, alternativamente favorables a uno y otro team y que culminaron en el famoso encuentro del año pasado, en que Boca ganó por 3 a 2, a consecuencia de un venal no menos famoso... En la actualidad, Gimnasia y Esgrima es un team contradictorio; realizó dos buenas performances contra F. C. Oeste y River Plate en su field, para demostrar luego escasa capacidad contra Huracán, al que ganó a duras penas y frente a Atlanta-Argentinos Juniors, match que perdió por 4 a 2 y único que había jugado como visitante. En realidad y de acuerdo a lo demostrado, muy pocas probabilidades le quedaban a los del Expreso de ganarle a Boca en cancha de éste.

Inferior a todas luces al año pasado, no sólo porque repite, aumentado, su falta de temple, sino porque su armonía conjunta y capacidad individual es menor a la temporada en que pudo brillar como astro y se eclipsó.

Por su parte, Boca Juniors había logrado dos triunfos contra Huracán, que este año no acierta ni una, y otro muy laborioso frente a Chacarita Juniors, que no pasa de ser un team entusiasta pero mediocre. Los dos empates los había conseguido ante cuadros más fuertes, como San Lorenzo y Vélez Sársfield; pero todo ese puntaje fué logrado con tan escasa demostración de valores defensivos, que anulaban los ofensivos y dejaban campo abierto a cualquier sorpresa.

En la presente oportunidad contaba en su favor con la escasa capacidad como visitante que tiene archidemostrado Gimnasia y Esgrima y con el debut de la pareja brasileña de backs que, por malos que fuesen, no iban a ser peores que los que habían defendido a Pardies hasta el domingo anterior.

EL VÉRTICE DE LA ATENCIÓN

Más que el match en sí, la preocupación de los espectadores la constituyó observar el desempeño de Moisés y Bibí en la zaga y, secundariamente, de Lucco en el ataque. Respecto de éste, y como interpretando la principal atención del público, le descartó lesionándose al promediar el primer half-time, de manera que todas las miradas convergían hacia Moisés y Bibí. Y este último, ya sea por mejor fortuna o porque en realidad es superior a su compañero, vino, a la postre, a ser el triunfador del field, más que el mismo resultado exitoso del match. En efecto, el alma colectiva de Boca Juniors, con o sin los que se entrenaron, confiaban en la victoria de sus colores, pero no las tenían todas consigo respecto del futuro del team ante compromisos más bravos, especialmente el próximo ante Independiente. ¿Qué hacían con ganar ese partido, si la defensa y por con-secuencia todo el cuadro no evidenciaba un aumento de poderío que llevara confianza, tranquilidad y optimismo a sus espíritus preocupados?

Imagen Notable instantánea en la que se ve a la defensa boquense defendiéndose denodadamente. Un recio tiro dirigido hacia el costado de la red, provoca la espectacular zambullida de Pardies.
Notable instantánea en la que se ve a la defensa boquense defendiéndose denodadamente. Un recio tiro dirigido hacia el costado de la red, provoca la espectacular zambullida de Pardies.


Y Bibí, con su figura elástica y bien plantada, con su agilidad excelente, sus desplazamientos inteligentes y su heading certero, le dió a Boca esa fe y esa confianza que le faltaba. Ahora esperan tranquilos y están dispuestos a someterse a cualquier prueba. ¡Que vayan saliendo uno a uno los que se crean más bravos!...

ALTERNATIVAS DE LA LUCHA

Parecerá extraño que haya comenzado  por donde generalmente suelo terminar, pero estoy seguro, con esa intuición certera de que me considero poseído, que el punto culminante, más que el match mismo, era aquilatar los merecimientos, en particular, de los nuevos players y luego, la influencia que podían tener el mejoramiento del team.

Diré, ahora, algo del partido: Fué correcto y desenvuelto, y sin que la armonía colectiva resultara ejemplar, no se vieron esos enredos y entreveros, que suelen ser frecuentes cuando fallan los resortes de colaboración de que deben estar munidos los teams que pretenden imponerse. En un principio, y hasta en casi todo el primer tiempo y parte del segundo, las acciones fueron equilibradas, merced a una capacidad pareja de las defensas; pero aun dentro de ese equilibrio de juego, la mejor parte, la impresión de positivismo, la penetración ofensiva, correspondió siempre a Boca Juniors. Mientras todo era empuje, decisión y ansia de goals en el quinteto boquense, era apatía, irresolución, lentitud y titubeos en el quinteto platense. Vigor y efectividad, por un lado, y técnica fría y cálculo defectuoso, por el otro, no podían tener una resolución distinta a la que tuvo el match. Y así el triunfo, aun dejando de lado el dominio posterior boquense, era una lógica consecuencia de dos tácticas tan diferentes, como las que se exhibieron en el verde cuadrilátero de Brandsen y Del Crucero. No es indispensable abundar en mayo-res detalles para definir lo que fué la lucha Y para explicarnos el contraste que 15 días antes había sufrido Gimnasia y Esgrima frente a la unión de Villa Crespo. El ritmo del juego tuvo sus alternativas de interés y hasta de emoción, pero no fueron abundantes, y si la lucha satisfizo y mantuvo el interés hasta el final, no puede decirse que ha sido de esos matches que perduran en la memoria de los aficionados. Fué, en síntesis, un partido discreto, sin mucho ni poco, de un nivel discreto, con sus particularidades y nada más.

Imagen Bibi se luce rechazando para atrás un largo centro de González a Naón. El back tiene un juego llamativo y se muestra muy seguro en sus intervenciones. Moisés es más sobrio, sin desmerecer en nada a su compañero en cuanto al conocimiento del puesto.
Bibi se luce rechazando para atrás un largo centro de González a Naón. El back tiene un juego llamativo y se muestra muy seguro en sus intervenciones. Moisés es más sobrio, sin desmerecer en nada a su compañero en cuanto al conocimiento del puesto.


LA PERFORMANCE DE BOCA JUNIORS

Recién ahora, después de la del domingo,  puede decirse que Boca Juniors hizo una performance adecuada al rendimiento que puede pedirse a un team poderoso. Pero me apresuro a calificarla de estimable y no grande, porque las cosas hay que reducirlas a sus justos límites. Su acción defensiva fué buena y nada más, ante un adversario no muy difícil de contener. En cuanto a su labor ofensiva, fué superior. Aun a pesar de su mejoramiento de atrás, siguió el ataque llevándose los mejores laureles, y de ese mismo ataque, los merecimientos radicaron en el terceto central, que fué, a la postre, junto con Bibí y Arico Suárez, la piedra angular del triunfo y de la buena impresión que ocasionó el popular once de la Boca.

Indudablemente, en la poca labor que tuvo Pardies, dió con sobras muestras de que no le está mal confiada la custodia de la valla. Sereno, seguro, bien colocado, sin exceso de agilidad ni aparato, pero firme y desenvuelto, parece el goalkeeper toda una garantía de dificultades para la intentona rival. La pareja de backs tuvo una exitosa presentación y, hasta diré brillante, en lo que a Bibí respecta. Al salir de la cancha, oí insistentemente entre el júbilo boquense que se lo calificaba de "fenómeno" y era protagonista del comentario exclusivo. Yo no puedo seguir los impulsos del mismo entusiasmo, ni debo tampoco enfriarlo totalmente. En justa medida, cabe reconocer que la prueba de suficiencia ha sido ampliamente exitosa, pero de ahí a calificar a Bibí de "fenómeno" sería desconocer a otros backs tan buenos o mejores que él, y a quienes vemos actuar habitualmente, con más o menos, o por lo menos igual riqueza de recursos y eficiencia. En ese match mismo, si el egoísmo enteramente humano de los boqueases no los hubiese hecho exclusivos respecto de observar la labor de Bibí, habrían aquilatado lo que hizo en el otro campo Delovo, el cual realizó una tarea superior, porque los forwards contrarios lo apremiaron más que los visitantes al brasileño.

Imagen Sanchez, que marcó dos goals de los 3 a 0 por que triunfó Boca Juniors.
Sanchez, que marcó dos goals de los 3 a 0 por que triunfó Boca Juniors.


Con todo, cabe decir que Boca Juniors al fin se ha salido con la suya de conseguir un back digno del poderío que ostenta y pretende; un back que pueda vestir con eficacia la casaca que lucieron juga-dores de la talla de un Bidoglio, de un Mutis, de un Cortella y de un Benincasa, por citar sólo a los más renombrados. Quiero decir con esto que comprendo la exageración por la cantidad de anhelo en los boqueases por conseguir, finalmente, un back de méritos positivos,

Bibí jugó superiormente de cabeza y demostró vivacidad para comprender las situaciones e intuir el juego rival, pero lo noté un poco apagado en los despejes, tarea esta en que lo superó Moisés, que fué eclipsado por el éxito del compañero. Corresponde aquí decir el acierto que significa contratar, en vez de uno, a dos backs de un mismo club, porque no necesitan improvisar su comprensión: ya se conocen. A Moisés lo encontré un poco duro, de escaso quite y bastante conservador.

La línea de halves mejoró mucho en cuanto la zaga respondió. En ella volvió a distinguirse Arico Suárez, quien decididamente ha vuelto por sus fueros, reverdeciendo laureles marchitados y que eran tan frescos, allá por 1930. Fué un señor half que se entendió en seguida con Bibí y apoyó a los forwards, como sólo saben hacerlo los cracks. Lazzatti, mejor en el apoyo que en la defensa, mejora match a match y es una promesa a quien ya le han apuntado tres cuartas partes de las alas de una realidad. También es mejor hombre de alto que de bajo, pero está progresando y todo dice que será el titular del team, bien útil por cierto. En cuanto a Martínez, es el hombre incansable y tenaz de siempre, con quite y apoyo decidido, pero que debe modificar sus mañas de obstaculizar a sus adversarios a las buenas o a las malas. No estaría de más que se le ataran los brazos, como a los niños caprichosos...

Imagen M. Alves do Rio (Moisés), R. Lucco y F. Jorge (Bibí).
M. Alves do Rio (Moisés), R. Lucco y F. Jorge (Bibí).


En el ataque, Lucco tuvo poca acción mientras estuvo en buenas condiciones físicas; luego fué lesionado y actuó en inferioridad. Poco se puede, entonces, decir de él, aunque le advertí bastante acierto en el pase y una estimable tendencia a jugar con el insider. Garibaldi centreó bien, pero en general no pasó de discreto.

Lo mejor, como he dicho, radicó en el terceto central integrado por tres hombres rápidos y decididos. Varallo es imponente por su tenacidad y rushes velocísimos; Benítez Cáceres, por su gambeta y, ambos, por su visión del goal. En cuanto a Sánchez, veloz y oportuno, supo aprovechar un cierto descuido de los defensores rivales, concretados a vigilar a Varallo y Benítez, para conquistar, con buen tino, las dos primeras ventajas de su team.

LOS DEL EXPRESO

Resistente en la defensa, aunque de táctica defectuosa por abrir demasiado las posiciones frente a un rival temible, tuvo Gimnasia y Esgrima su punto vulnerable en el ataque, que no acertó en dar vigor, impulso y remate a sus combinaciones, si exceptuamos a Morgada, que fué el único que atacó con rapidez y decisión. El fracaso debe atribuirse a la labor vacilante e imprecisa de los insiders. Farías, muy empeñoso, compartió con Zoroza la responsabilidad de dirigir el quinteto, y fracasó al igual que su compañero, por falta de rapidez en los movimientos y en la concepción de las jugadas. Sus pases fueron inoportunos y malos y se excedió en dribbling inefectivo. Zoroza recalcó el primer defecto, aunque no incurrió tanto en el segundo. Naón, aislado por sus compañeros que tomaban la iniciativa, terminó por esterilizarse ante la vigilancia efectiva de Moisés y Bibí. Y Peralta o González, como se le quiera llamar, estuvo y no estuvo en la cancha. Otras veces juega con más vigor, rapidez y decisión.

La línea media mens sana jugó bien al principio y, al contrario de la de Boca, fué disminuyendo su capacidad a medida que avanzaba la lucha. Así, Minella, fué excelente figura al comienzo y se apagó gradualmente, hasta mostrarse impotente y desorientado al final. Montáñez y Miguens, como siempre, tenaces y duros, son más dinamismo que eficiencia.

Delovo, fué el mejor hombre de Gimnasia y Esgrima y sobre quien recayó el peso principal de la contienda. Su desempeño fué excelente y, visto con imparcialidad, comparable al de Bibí, pero más difícil y frecuente que el del brasileño. Lo segundó con más energías que recursos, Martín. Herrera, bien; pero no como otras veces.

 

Por CHANTECLER