1972. Benito: un personaje IN-CRE-Í-BLE

El ¨show¨ está dentro del campo. Son pocos los que pueden captarlo en su real dimensión. Benito se pierde un gol por tirar mal y se maldice en voz alta: ¨¡Es in-cre-í-ble… sólo a mí me pasa…¨ Al rato le tiran mal la pelota cuando había picado justito, y explota apretando los dientes, moviendo la cabeza y pateando con rabia el suelo: ¨¡Pero que in-cre-í-ble…¨ Enseguida arranca en profundidad y en momentos que se apresta a anotar el gol el árbitro pita cobrándole ¨off side". Y otra vez resopla y se queja estentóreamente: ¨ ¡Que In-cre-í-ble...! ¿Pero qué coba, señor...?" Y no sería de extrañar que el juez en ese momento decida mostrarle su tarjeta amarilla. Ello explica las cuatro acumuladas en poco tiempo, que derivan en la suspensión del Tribunal de Penas. Y este Miguel Angel Benito, que mide 1,70, y que en su escuálido cuerpo alberga ajustados 64 kilos, es todo un personaje. Que ya va a cumplir 24 años, y que fuera del escenario donde brinda su ¨show" dominical es un muchacho común, analítico, razonador, franco. Hasta para reconocer sus diálogos con los árbitros. "Sí, es cierto, soy un poco rezongón. Y me pongo cabrero, tal vez por ml constante afán de ganar, por eso le protesto a los jueces. ¡Lo que más me enloquece es cuando pico y me voy para hacer el gol, y el referee me cobra “offside" con retraso, me quiero morir...! Pero fuera de eso no hablo mucho. El que habla y ordena es Ríos, que tiene más experiencia en esas cosas..."

"Dentro da la cancha Benito se queja, gesticula, protesta y enloquece a medio mundo, Pero es tan buen muchacho que ningún compañero se enoja con él porque lo conocen a fondo y saben lo que da… (Daguerre).



Con Reguera y Cotton forman un trío inseparable. La cosa tiene una explicación. Como en las películas, los tres empozaron juntos en las inferiores de Quilmes, se toparon unidos en trenzadas de potreros, y le amistad se hizo fuerte fuera del fútbol. De repente Vélez compró a Benito en 15 millones. Y al año siguiente hubo problemas en Quilmes y Reguera y Cotton volvieron a reunirse en la cancha con Miguelito. Que vive a 4 cuadras de Cotton y a 7 de Reguera, en el mismo barrio de siempre. Y el último en alcanzar la primera ya había pasado en fama y en cotización a sus dos inseparables amigos. "Es que nadie me quería por mi físico, Y yo me miro y pienso que soy Tarzán comparado con lo que era antes. Me cansaba de hacer goles en las interiores, pero para la primera, nada… Recuerdo que la tercera de Quilmes Iba última e "invicta" y salimos de perdedores en cancha de Platense, ganamos 8 a 2, y yo metí un gol en el primer tiempo y seis en el segundo. ¡Qué tal! Ahora dicen que los 3 goles en 3 minutos que le hice a Colón deben ser record mundial… Esa es bárbara, aunque sea casualidad. Y me acuerdo que yo llamaba la atención en tercera y reserva por la gambeta y mis goles, pero me veían el físico y no se jugaba nadie por mí, Hasta que un día agarró el equipo Zarich, en el Reclasificación del 68, y me puso con Atlanta. Perdimos 2-1, pero ya no saldría nunca más de la primera y finalmente ganamos ese torneo..."

"Nosotros debutamos antas que él en primera, Con esa camada que incluía a Della Savia y Siciliano. Pero él jugaba en tercera, la hacía trapo, metía goles como loco, le pegaba un fenómeno y nos decía a nosotros: ¨El crack soy yo y los voy a matar a todos¨. Y tenía razón..." (Cotton)



EI padre trabaja hace 27 años en la Cervecería Quilmes. Además tiene une hermanita de 7 años y está de novio coa una vecina desde hace 4 años. Llegó a primer año de Comercial y largó porque "era vago para los libros¨, pese a la oposición de la madre. No quiere que los suyos lo vean jugar, y el padre jamás había pisado una cancha en su vida hasta que su hijo llegó a primera, y la gente del barrio y los comentarios lo entusiasmaron con la aparición de un crack en su familia. Y en el fútbol Miguel Ángel canalizó todas sus inquietudes. Pese a su aspecto ¨hippie" y a su vestimenta inconformista, Benito es un tipo de lo más simple. "Fuera del fútbol mi vida es rutinaria. Vamos y venirnos al entrenamiento en mi Fiat 600, con Reguera y Cotton. Por la tarde voy al club de la vuelta de casa a jugar a las cartas o al ajedrez. De pibe tocaba la guitarra y cantaba algo pero ya largué eso, aunque conservo la guitarra y me las rebusco bien como acompañante. ¿El pelo? me lo dejo largo de “fiaca” no más. Yo inventé la “porra” en este país. Ya de pibe llevaba la melena larguísima. No me gusta ir a la peluquería. Una vez fui a cortarme el pelo y el peluquero quiso hacerme como a todos los chicos y me encajó la maquinita pelándome hasta arriba de las orejas. Me levanté y huí despavorido, y el tipo se quedó helado, En lo calle la gente me miraba y se mataba de la risa. Parecía un loco, tenía una porra impresionante de un lado y del otro blanco como el papel..."



"Siempre fue así para estas cosas. Una vez de pibes íbamos los tres al cine con Cotton y él. Y ese día estrenó un pantalón de colores a cuadros era para morirse, en esa época. Nos dio tanta vergüenza a Cotton y a mí que lo hicimos ir una cuadra adelante nuestro, por la calle Rivadavia, de Quilmes, hasta llegar al cine…¨ (Reguera.)



}Y ya está redondeado el personaje. Nada que ver con nadie. Aunque, como se preocupa en aclararlo el propio Reguera, que siente una gran estima y admiración por él: "Este de loco lo único que tiene es la pinta. Algunos lo ven así vestido y con esa melena y entran a hablar de que es un nochero bárbaro. Y la “Fiera” a las 11 ya está durmiendo…¨ Ah, porque para todos sus compañeros de Vélez, Benito es la "Fiera". Y cuando sus dos amigos quieren recordar cosas de él, como por ejemplo que de chico siempre era arquero, o que por la melena enrulada en las inferiores de Quilmes lo apodaban "la mulata", o que antes del partido pasaba por una gomería a que lo inflaran un poquito, inmediatamente el aludido salta enojado como si le pasaran mal la pelota y me grita: "No le vaya a dar bolilla a estos “salames”, que es todo mentira lo que dicen..." Lo que no es mentira, me consta, es el ataque al hígado que le agarra si le dan la camiseta 7 u 11 antes del partido. "Florencio Doval, a quien tuve en las inferiores de Quilmes- y al que, considero uno de los tipos más sensacionales que hay trabajando en fútbol, fue quien me puso de once, Pero a mí no me gusta el puesto. Yo quiero jugar al medio. Y en lo posible con "wines" que abran la cancha. Incluso me doy cuenta que jugando de wing perjudico a los otros por mi tendencia a meterme en diagonal. Y debe ser algo psicológico porque cuando juego al medio me tiro mucho a las puntas. Con Bianchi me entiendo muy bien. El año pasado arrancando yo de diez desde atrás, hicimos 77 goles. Una barbaridad que vamos todavía a superar este año, de acuerdo con el promedio que llevamos.¨

"Benito es muy vivo para moverse en el área y aprovecha su habilidad en espacios chicos. Y se siente mucho mejor cuando le doy le camiseta número 9, que as su obsesión. Cuando se inspira es imparable...¨ (Zubeldía)

Tiene una filosofía muy particular sobre los técnicos "Todos ellos influyen en el jugador. Desde José Santiago, el Primero que tuve, hasta Zubeldía, todos me corrigieron y mejoraron algo. Osvaldo, por ejemplo, me Inculcó que en la cancha nunca me debo quedar parado. Yo no sentía eso de ir a molestar rivales, y sin embargo ahora lo hago. Además trabajamos muy bien en él y el profesor Daguerre, y aunque la gente comente que Vélez no convence yo creo que el equipo rinde y mucho. Y hemos perdido algunos partidos increíbles, como los dos contra River…¨ Y cuando hablamos de sus defectos y virtudes, se analiza así: "Siempre quiero ir a definir, encaro siempre, voy al grano, juego para adelante, nunca para atrás. Además, no me considero un goleador sino un jugador que rinde igual sin hacer goles. Tengo habilidad. Mi defecto más marcado es no saber cabecear, Y no tanto cabeceando, que me las rebusco, sino saltando a buscar la pelota. No levanto los pies del suelo...¨



 —Pero tenés imagen formada de individualista, de egoísta a veces…

—Sí, eso se dice. Me gusta Lo pelota, ¿Cómo no me va a gustar…? Sucede que antes había mil tipos que gambeteaban y para la gente eran todos fenómenos. Ahora si uno tira un par de gambetas y le salen bien, lo aplauden: si falla, lo silban y le gritan "morfón". Yo creo en la gambeta y me la juego cuando puedo. En el área eso es muy importante. El fútbol es improvisación. Hay que decidir y crear sobre la marcha, y eso es lo que me gusta. Ningún director técnico prohíbe al jugador crear y gambetear.

"Ya de pibe asombraba a todo el mundo porque tenía una gran habilidad en velocidad, cosa difícil de lograr en un jugador. Y si la pide siempre y es ¨fastidioso¨ no se la damos es porque se tiene una fe de locos y eso vale cualquier cantidad..." (Reguera.)



Mirándolo fríamente, Benito parece un personaje escapado de algún viejo álbum de fútbol argentino. De esa galería de ¨locos" pintorescos, como Caserio, el potrillo De Zorzi, Gagliardo, Montaño, Busico y tantos otros. Capaz de la jugada más inverosímil, de hacer seis goles en 45 minutos o tres en 180 segundos, como de inquirirse asombrado e indignado contra sí mismo por una mala cesión: "¿Pero Benito, qué haces…?¨, o su reiterado reproche al destino: ¨¡Es in-cre-í-ble, a ml me pasan todas en la cancha...!" Y otro detalle que lo pinta de cuerpo entero: le gusta enfrentar a los defensores fornidos y con fama de fuertes. "Esos dan más facilidades porque saben poco y uno se las puede rebuscar bien con ellos..." Y su admiración por el rival más difícil que enfrentó en su carrera. "Sin duda, Meléndez. No sé cómo anda ahora, pero cada vez que jugué contra él me quedé impresionado. Parece que adivinar lo qua uno va a hacer y se anticipa a toda la acción del contrario. Es un fuera de serie..." Al margen, es evidente que su físico magro y enjuto miente bastante. Jamás tuvo que estar parado por lesiones o salir por algún golpe. Con este argumento le ganó a todos los que no creían en él, y además su fe venció todos los escollos y ya no se lo discute Más. Realmente  La Fiera Benito es un personaje in-cre-í-ble…

 

JOSE MARIA OTERO

Fotos: LEGARRETA