Las Crónicas de El Gráfico

Polirrítmico dinámico a Gradín

Uno de los poemas más hermosos dedicados a un jugador de fútbol es del peruano Juan Parra del Riego en homenaje a Isabelino Gradín, legendario forward uruguayo de principios del siglo XX.

Por Redacción EG ·

26 de noviembre de 2018
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POLIRRÍTMICO DINÁMICO A GRADÍN,  JUGADOR DE FOOTBALL

Palpitante y jubiloso,

como el grito que se lanza de repente a un aviador,

todo así, claro y nervioso,

yo te canto, ¡oh, jugador maravilloso!,

que hoy has puesto el pecho mío como un trémulo tambor.
Imagen Isabelino Gradín con su esposa y alguno de sus hijos ya después de su retiro del deporte activo. Además de ser un delantero admirable fue un gran corredor que dio magnificos triunfos a Olimpia.
Isabelino Gradín con su esposa y alguno de sus hijos ya después de su retiro del deporte activo. Además de ser un delantero admirable fue un gran corredor que dio magnificos triunfos a Olimpia.


Ágil

fino,

alado,

eléctrico,

repentino,

delicado,

fulminante,

yo te vi en la tarde olímpica jugar.

Mi alma estaba oscura y torpe de un secreto sollozante,

pero, cuando rasgó el pito emocionante

y te vi correr..., saltar...

Y fue el ¡hurra! y la explosión de camisetas

tras el loco volatín de la pelota,

y las oes y las zetas,

del primer fugaz encaje

de la aguja de colores de tu cuerpo en el paisaje,

otro nuevo corazón de proa ardiente,

cada vez menos despacio

se me puso a dar mil vueltas en el pecho de repente.

Y te vi, Gradín,

bronce vivo de la múltiple actitud,

zigzagueante espadachín

del goalkeaper cazador

de ese pájaro violento

que le silba la pelota por el viento

y se va, regresa y cruza con su eléctrico temblor

¡Flecha, víbora, campana, banderola!

¡Gradín, bala azul y verde! ¡Gradín, globo que se va!

Billarista de esa súbita y vibrante carambola

que se rompe en las cabezas y se enfila más allá...,

y, discóbolo volante,

pasas uno..., dos..., tres..., cuatro..., siete jugadores...

La pelota hierve en ruido seco y sordo de metralla,

se revuelca una epilepsia de colores, 
Imagen Gradín fue Campeón Uruguayo en 1918 y 1921 con Peñarol
Gradín fue Campeón Uruguayo en 1918 y 1921 con Peñarol


y ya estás frente a la valla

con el pecho..., el alma..., el pie...,

y es el tiro que en la tarde azul estalla

como un cálido balazo que se lleva la pelota hasta la red.

¡Palomares! ¡Palomares!

de los cálidos aplausos populares...

¡Gradín, trompo, émbolo, música, bisturí, tirabuzón!

(¡Yo vi tres mujeres de esas con caderas como altares

palpitar estremecidas de emoción!)

¡Gradín!, róbale al relámpago de tu cuerpo incandescente,

que hoy me ha roto en mil cometas de una loca elevación,

otra azul velocidad para mi frente

y otra mecha de colores que me vuele el corazón.

Tú, que, cuando vas llevando la pelota,

nadie cree que así juegas;

todos creen que patinas,

y en tu baile vas haciendo líneas griegas

que te siguen dando vueltas con sus vagas serpentinas. 

¡Pez acróbata que al ímpetu del ataque más violento

se escabulle, arquea, flota,

no lo ve nadie un momento,

pero como un submarino sale allá con la pelota...!

Y es entonces cuando suena la tribuna como el mar:

todos grítanle: ¡Gradín!, ¡Gradín!, ¡Gradín!

Y en el ronco oleaje negro que se quiere desbordar,

saltan pechos, vuelan brazos y hasta el fin

todos se hacen los coheteros

de una salva luminosa de sombreros

que se van hasta la Luna a gritarle allá: ¡Gradín!, ¡Gradín!, ¡Gradín!

Juan Parra del Riego (1894-1925)