¡Habla memoria!

Los grandes cracks 1911-1921: rosarinos y uruguayos

Chantecler cierra su recordación de esta romántica etapa haciendo mención a los ases del balón de Uruguay (Piendibene, Benincasa, Gradín, Scarone) y Rosario (Viale, Hayes, Dannaher). Para atesorar.

Por Redacción EG ·

23 de noviembre de 2018
Imagen José Benincasa
José Benincasa

 

 

 

 

Imagen José Piendibene
José Piendibene


URUGUAYOS

Los  aficionados de hace 25 años (este artículo fue escrito en 1938) tendrán un hondo recuerdo del admirable team uruguayo de entonces, cuya defensa constituían Saporiti, Benincasa y Apesteguy; Pacheco, Durán y Foglino, y si era bueno el sexteto, mucho más lo era el quinteto ofensivo, que constituían dos parejas notables y un eje extraordinario: Módena y Dacal a la derecha; Carlos Scarone y Romano a la izquierda, y en el centro: Piendibene. Todos estos hombres tenían grandes aptitudes. Benincasa fue uno de los backs más completos del Río de la Plata; Módena y Dacal una pareja hábil y de entendimiento perfecto; Scarone, gran goleador, y Romano, el de más condiciones personales de todos, pero el director, el piloto científico de ese gran cuadro, era Piendibene, que para distinguirlo de los otros grandes se le llamó el Maestro. Ese fue un formidable team uruguayo, quizá el mejor de la época y el más hábil, si no el más fuer te de todas las épocas, que refinó la técnica de nuestro fútbol. Pero hubo otros tan grandes o más que algunos de ellos,
Imagen Isabelino Gradín
Isabelino Gradín


Dos negros maravillosos precedieron a Andrade; fueron Delgado, un científico centre half e Isabelino Gradín, insider brillante, rápido y de excepcional gambeta. Hubo otros dos centre-halves notables: Harley, un inglés radicado en el Uruguay, científico y completo, y otro no menos que él, con la ventaja que fue un hábil cabeceador, Zibecchi, tan maestro como Piendibene. 

Confrontadas con éstas, palidecen las demás figuras, pero es preciso mencionar al half Ríos, al veloz winger Pascual Somma, al half Ruotta, al winger Pérez, al hábil "japonés" Varela; a Canavessl, llamado Rama Seca; al winger Marán, que hacia pareja con Gradín; al half Vanzino, que perduró en la tercera época; al back Antonio Urdinarán, a los forwards Lázaro, Vallarino, Altamirano, Gorla, Braochi y Campolo en sus primeras armas.

Notable pléyade de jugadores que en su tradicional rivalidad con nuestros players tanto contribuyeron a perfeccionar y difundir el fútbol rioplatense, preparando sus futuros éxitos mundiales.

Imagen Harry Hayes
Harry Hayes


Imagen Harry Hayes y José Viale
Harry Hayes y José Viale
 

ROSARINOS

Para mantenerse en un pie de igualdad con los grandes teams de Buenos Aires y Montevideo, Rosario precisaba tener jugadores eximios y los tuvo, al punto de que nuestros equipos representativos se reforzaron con ellos.

Al comienzo de la segunda época brillaron jugadores de la talla de Zenón Díaz, Pablo Molina e Ignacio Rotta en la defensa, y un quinteto hábil y temible como el de Grishaeber, M. P. González, Guillermo Dannaher, Harry Hayes y José Viale, tan bueno o mejor que los que podíamos formar aquí. En particular estos tres últimos fueron imprescindibles para formar los teams representativos internacionales, y si de Viale hemos hablado, diremos que Dannaher fue uno de los ejes más científicos y cabeceadores más notables y proficuos de todos los tiempos, mientras que Hayes, al igual que Piendlbene en el Uruguay, mereció aquí el calificativo de Maestro por su singular habilidad y concepción del juego combinado.

Figuras de igual o parecida magnitud fueron Ernesto Blanco, un centre-half que rivalizó con Olazar, su hermano Alfredo, buen winger; Guidi, un insider goleador; Badalini, gran centre-forward y Ernesto Hayes, insider de juego parecido al de su hermano Harry; Labio, que más tarde actuó en Atlanta y River Plate; Johnston, que de Argentino de Quilmes había pasado al Rosario Athletic; Verolín, de Gimnasia y Esgrima, y Revilla, de Newells, halves  estos tres últimos.

A fines de este brillante período del fútbol rosarino, aparecieron los hermanos Celli Bearzotti, Florencio Sarasivar, Faggiani', Clarke, Faivre, Molinari y los hermanos Libonatti, Povey, hábil compañero de Viale: Blas Saruppo, científico centre-forward; Cochrane y Bond, para no nombrar otros de esa notable producción de cracks, que tanto aportó la Chicago Argentina para el acervo del fútbol nacional.

 

CHANTECLER (1938)