Las Crónicas de El Gráfico

1997. HUSAIN Hnos.

Claudio, volante, 22 años; Darío, delantero, 21. Fueron los protagonistas de un caso poco común en el fútbol argentino, el de dos hermanos que comparten la titularidad en un equipo de Primera, en el Vélez de Bielsa.

Por Redacción EG ·

14 de noviembre de 2018
Hay que descubrir la infinita felicidad del padre para entender la otra felicidad, "la de mis chicos", como él los llama. En 1964, Julio Husain llegó a disputar apenas dos partidos en la primera de Nueva Chicago, hasta que una seria lesión de meniscos le cortó su carrera de delantero. Pero el orgullo actual de este hombre es tan grande como si hubiera alcanzado a protagonizar una Copa del Mundo...

 "Yo no sé si usted alguna vez conversó con el papá de algún jugador, pero es algo difícil de explicar... Tener dos hijos, que ambos lleguen a jugar en el fútbol grande, que lo hagan en el mismo club, y que encima sean titulares, me provoca una gran satisfacción. Mire, no sé qué decirle... Ellos están haciendo lo que uno siempre soñó hacer, porque de verdad yo era medio patadura. Y vea que costó un poco tomar la decisión. Mis chicos dejaron el colegio secundario cuando estaban en cuarto año. Con Claudio fue más complicado porque es el mayor pero, después de hablarlo bastante con la madre, largó. Y a Darío, vio, había que darle la misma oportunidad. Perdóneme, pero no sé cómo explicárselo... En la platea se sufre mucho y a veces hay que aguantar cada cosa. Por eso ya no grito, ni siquiera los goles de mis chicos, ¿sabe? ¿Y cuándo sale la nota? ¿Si ellos juegan bien y gana Vélez? Mire, ahí sí sé qué decirle: vaya preparándola, porque mis chicos la van a seguir rompiendo..."
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Claudio Daniel y Darío Fernando Husain son los chicos para su padre y otro par de esperanzas para esa próspera fábrica de talentos llamada Vélez Sarsfield. Pibes que se dieron a conocer, primero, por el hecho curioso que significa tener a dos hermanos vistiendo igual camiseta, aunque ahora ambos también empiezan a demostrar que la trascendencia puede llegar a través de otra vía, la del juego.

El mayor, Claudio, de 22 años (nació el 20 de noviembre de 1974), es volante y el más famoso: formó parte de los planteles campeones en el Apertura 1995, Clausura 1996, las Copas Libertadores de América e Intercontinental 1994 y la Supercopa 1996, y con la Selección Nacional fue tercero en el Mundial Sub-17 de Italia en 1991 y participó en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata 1995 y la Copa América de Bolivia 1997. El más chico, Darío, tiene 21 (nació el 2 de mayo de 1976) y, pese a que recién está dando sus pasos iniciales en el fútbol profesional, promete enganches y desbordes tanto desde la punta derecha como de la izquierda.

Es una historia simple la de los Husain, de barrio. Haedo, en la provincia de Buenos Aires, los vio crecer y el fútbol los  abrazó bien temprano, en el baby de la Liga Coca—Cola, donde desde los seis años representaron al club Malvinas Argentinas, Defensores de Almafuerte y Villa Constructora de San Justo. Hasta que Vélez se les cruzó en el camino, antes a Claudio cuando tenía 13 años y enseguida nomás a Darío, que llegó obviamente través de su hermano.

"Todos soñamos con jugar en Boca o en River —explica Claudio—, pero Vélez da más  posibilidades. Hoy, si me pongo a ver cuánto: jugadores de esos equipos enfrenté en las inferiores y luego alcanzaron la Primera División, recuerdo únicamente a Lombardi y Biscay en River, y Arruabarrena en Boca. En Vélez, en cambio, la categoría '74 hizo cerca de diez contratos: Morigi, Acevedo, Cavallero, Posse, Pandolfi, Galeano, Cordone, Banegas, yo..."

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Claudio es para todos el "Turco" "aunque no sé bien por qué, ya que mi apellido es de origen árabe". Y Darío, "La Furia", apodo que le grabó a fuego Pablo Cavallero en un entrenamiento, "cuando de un día para el otro, dicen, empecé a poner un poco más de ganas en las prácticas. Desde ese momento, Pablo me grita: 'Che, Darío, hoy viniste con toda la furia, ¿no?'  Ya quedó..." Liniers da oportunidades y los pibes no las desaprovechan... Se asoman, suben, llegan y se convierten en protagonistas a una velocidad que asombra, mucho más vertiginosa que la que suelen alcanzar los Husain a bordo del BMW Z3 negro descapotable que es propiedad de Claudio. El hermano mayor es de manejar despacio, eso al menos confiesa, con más tacto, mientras que Darío al mando del volante daría la sensación de ser más explosivo, tanto que "si dispusiera de toda la plata del mundo, me compraría una Ferrari como la que tiene La Brujita Verón en Italia. Debe ser un fierro..."

Así son afuera de la cancha, distintos. Uno, Claudio, prefiere a Los Ratones Paranoicos y a Las Pelotas para pintar su gusto musical, mientras que Darío, después de hacer un gesto de disconformismo ante la elección de su hermano, prefiere inclinarse por Los Fabulosos Cadillacs y Guns'n Roses. Incluso hasta en los sueños surgen diferencias: mientras que Darío muere por tener el coche que todavía el fútbol no le dio, el más grande se sentiría realizado si pudiera comprarle una casa en la costa a sus padres.

Así son adentro de la cancha, también distintos. El director técnico de Vélez, Marcelo Bielsa, se toma su tiempo para definirlos:


"Claudio es un tipo de una personalidad expansiva, contagiosa, transmite cosas... Como volante tiene más bien un perfil defensivo, aunque también cuenta con la capacidad para atacar por los laterales. Está siempre concentrado y me gusta su ida y vuelta porque es de un recorrido largo, demuestra que tiene resto. Debe perfeccionar un poco su juego ofensivo, como por ejemplo su actitud para resolver situaciones en espacios reducidos".
"Darío, por su parte, me parece menos comunicativo y al mismo tiempo más sereno. Como futbolista es explosivo, con un arranque que sorprende porque en pocos metro pasa de estar detenido a obtener su máxima velocidad. Es difícil de neutralizar en el uno contra uno y ha exhibido una particularidad interesante que le vi a muy pocos jugadores: se comporta con igual eficacia por las dos puntas y puede desempeñarse por el centro del ataque o por los costados".


Golazos criollos: la pared de cabeza de Posse y Husain en 1998


Así son los Husain, dos pibes "familieros", como se definen a las carcajadas. Dos hermanos que viven cada instante nuevo que les regala el fútbol con una gran pasión. O al menos eso sintieron cuando se les dio la oportunidad de conocer personalmente a Diego Maradona, hace poco menos de un año. Cuentan que fue en el restaurante Valentino, en Palermo, y que se los presentó el músico Fabián Von Quintiero. "No lo podíamos creer —recuerdan a coro—, volvimos a casa a las tres de la mañana y levantamos a toda la familia pare contarles que habíamos estado con el más grande. Y eran las siete y no nos podíamos dormir..." El que sí puede dormir tranquilo es Julio, su padre. "Los chicos", como él los llama con esa mezcla de orgullo y felicidad,, "están jugando muy bien, ¿sabe?" .

GUILLERMO GORROÑO  Fotos: FABIAN MAURI  (1997)