Las Crónicas de El Gráfico
1977. El penal, como la lluvia, cayó del cielo.
Después de siete años, vuelven a encontrarse los eternos rivales en la Libertadores. Bajo una lluvia torrencial, Boca gana con un penal polémico a dos minutos del final, e inicia su camino al título.
Por Redacción EG ·
09 de noviembre de 2018
Yo también me vi enfrentado a la pregunta: Señor, ¿para usted fue penal? Y honesta mente contesto que si. SIN LA CERTEZA NI LA CONVICCION que puede acompañar a un juicio cuando uno vio todo claro. Simplemente pienso que al desequilibrar Felman para arrancar por la zona que conducía a la raya del fondo, el pie derecho de Lonardi lo trabó. Sumo mi opinión a la polémica que en la propia redacción no consigue una respuesta unánime. Quizás el testimonio de las fotos. Acaso la televisión. Pero ahora, con el partido caliente en nuestras retinas, seguimos sumergidos en la duda. ¿Penal? Y Pestarino nuevamente envuelto por la incertidumbre popular. Como aquel penal que no le dio a Talleres de Córdoba en esa misma cancha y en ese mismo sector. Como aquel otro de Mar del Plata cuando Aldosivi y la Selección. ¿Penal? Para qué sirve ya la VERDAD si el veredicto es inapelable. Para qué hurgar en los testimonios de la JUSTICIA si el sello indeleble dejó escrito "cosa juzgada", No. Ganó Boca. Apenas eso, dirán los críticos. ¡Nada menos que eso!, dirán sus hinchas. La lluvia y el tiempo han borrado la noche del 9 de marzo. Por si le interesa nosotros le vamos a ayudar a reconstruirla. Fue así.
ALMA, CORAZÓN Y VIDA
Iban 15 minutos de juego y alguien a mi lado recuerda maliciosamente el pedido denegado a River por la Confederación Sudamericana para que exista el control antidoping en los partidos de Copa. Boca arrasa. En toda la cancha. El despliegue de Suñé es impresionante. Y Benítez. Y Ribolzi. Anticipa y gana. Siempre Boca. Es como si un mágico duende le atara a River las manos y los pies invitando a Boca a castigar a su rival. Y Boca dispone de esa facilidad. Lo arrincona a River. Parece que lo aplasta, pero no. Allí asoma la impotencia de Boca. Eso que por más alma, corazón y vida que ponga en la lucha no podrá encontrar: fórmulas ofensivas, Es como si quisiera ser otro Boca. Más cercano a Benítez, a Suñé, a Tarantini, al ausente Veglio que el Boca monocorde de Felman y Mastrángelo. Pero Boca no sabe. Domina por temperamento. El trámite es suyo por influjo de valores espirituales, pero no técnicos, ni siquiera tácticos. Hay más vigor, más capacidad física parada disputa. Pelota dividida, pelota de Boca. Así. River, sorprendido y desbordado, confía en algunos pocos hombres capaces de armar la resistencia, formar barricadas, levantar banderas. Y son:
FILLOL: Exigido con frecuencia y aunque no con mucho riesgo. Pero Fillol transmite y contagia solvencia desde el fondo.
COMELLES: Cerrando o marcando la raya, impecable. Con amplia colaboración en todo el frente del ataque boquense. Auxiliar en varias situaciones de compañeros comprometidos en otras zonas.
MERLO: Su acostumbrada dosis de sacrificio, aunque sin el peso ni la eficacia de otros partidos.
ORTIZ: El único delantero de River que exige. Que defiende la pelota y la trata de retener arriba, pese a la marca rigurosa-mente intimidatoria de Pernía.
LA LLUVIA, LOS NERVIOS, ¿QUIÉN SABE QUÉ...?
El arranque de Boca sumado al tornado que se desplomó sobre la cancha fueron haciendo crecer el clima dramático del espectáculo. E incluso a justificar algunas piernas que llegaban con más fuerza y más altura de las permitidas. A los 18 minutos River rompe el cerco. Por primera vez sus hombres consiguen rondar los palos de Gatti. Hay un tiro libre de Ortiz y un córner que cede Tarantíni. ¿River empieza a nivelar el trámite? ¿River supera la sorpresa inicial y entra a equilibrar el control de pelota y terreno? ¿River quiere transformar la fisonomía del juego? Esas preguntas quedan truncas muy pronto. Passarella corre para interceptar en mitad de cancha un pase a Pavón, que vino del fondo boquense, y le clava los tapones arriba, muy arriba. ¿Por culpa de la lluvia? ¿Por culpa de los nervios? Después habrá que preguntarle a Passarella. Tarjeta roja y River que vuelve a prepararse frente a la adversidad. La expulsión de Passarella me pareció inobjetable. De igual manera me pareció censurable que Pestarino hablara tres veces con Pernía (que pegó mucho y sin pelota) y nunca asomara ni siquiera una tarjeta amarilla para atenuar tanta "fogosidad'
El rendimiento individual de los jugadores de Boca es casi perfecto No se destacan sus punteros y hay —como queda dicho—una innecesaria tendencia al juego fuerte por parte do Pernía, pero son matices de una excelente producción, Una producción que no ofrece dividendos en la red. Muy de Boca. Benítez, mostrándose como el más lúcido intérprete de ese problema de su equipo, intentó varias veces de media distancia. Recurso aconsejable por el desarrollo del partido y por las condiciones del terreno. Bien Benítez por dinámica. Bien Suñé por su claridad para dar la salida. Bien Ribolzi con fuerza sin desbordes. Bien Sá, dominando a Luque y a todo intento que rondara su zona. Bien Mouzo. Bien Tarantini.
OTROS TIEMPOS, OTROS HOMBRES
River sale sin cambios en el segundo tiempo. Quedan los mismos protagonistas De un lado, los sacrificados resistentes que con un hombre menos aguantan y aguantan. Del otro, los avasallantes dominadores enfermos de gol. Obligados a hacer lo que menos les gusta, lo que menos saben, lo más difícil del fútbol. ATACAR.
Aparece Ártico en toda su dimensión de HOMBRE para la adversidad. A veces pienso que Ártico es de esos jugadores que hay que tener siempre en el banco para incluirlos en momentos decisivos. El miércoles, mientras el partido fue normal, no alcanzó a destacarse. Cuando River se sentía asfixiado por la presión de Boca, le dio aire y espacio para aguantar. Y así consiguió sobrevivir casi hasta el final. Desde arriba llegaba el coro: "...es el famoso cordobés". Y Ártico, extenuado, destrozado por cada saque de arco, por cada anticipo o cada quite, encontraba en algún rincón de sus pulmones un poco más de oxigeno para seguir tirando.
La ofensiva de Boca —acuciada por el reloj— se hace más turbia. Entra Oviedo para aportar el gol que no se encontró en Pavón. Ya, a esa altura, River hasta se atrevía a llegar a Gatti. Y en una de ésas se va Luque por la izquierda, acompaña Ortiz, pase para Ortiz, tira, rebote en Gatti, nuevo remate y pelota afuera. ¡Hummm! ¿Qué pasa?
Ingresan Sabella y Coudannes por Ortiz y Pedro González Se me ocurre prematura la salida de Ortiz. Quizá a River le hubiese convenido escalar los cambios. Primero uno, al rato otro. De esta forma quedó de golpe con un solo delantero (Luque) y el resto atrás.
En este tiempo hay otro hombre de desempeño importante: Sabella. Con audacia y agresividad para encarar con su gambeta participó de la lucha y también del arranque que quiere ser llegada. Entró para meterse en el partido y tratar de aportar soluciones para su equipo. Lo de Coudannes fue menos. Muy poco. Los nombres de este período hasta ese minuto 42 fueron Ártico y Sabella. Héroes de un River heroico, Artífices de un empate con gusto y color de victoria.
Boca manda a Felman por derecha y a Mastrángelo por izquierda. Se desengancha Tarantini. Sale Benítez, entra Zanabria. Pero el gol no llega. Se lo pierde Mastrángelo. Cancha pesada, lluvia, ritmo de partido decisivo, espectáculo que no se paladea pero que agrede los resortes emotivos. ¿Cómo no conmoverse ante ese esfuerzo de Ártico? ¿Cómo no comprender la desesperación de Suñé por esas mil subidas que se convierten en vueltas?
Llueve, pero la gente sigue. Sueña con el empate, sueña con el gol. Sueña.
SEÑOR... ¿FUE PENAL?
La gente sueña. De pronto se despierta. Unos, furiosos. Otros, eufóricos. Como esa lluvia, desde el cielo cayó un penal. Sorpresa. Estupor. ¿Fue o no fue? La lluvia se hace aliada del tiempo y ya empezó a borrar el episodio. Al fin de cuentas ese penal fue para Boca, el que más dominó. El que más presionó. No digo justicia, pero se puede aceptar como acumulación de méritos. Está bien, fue para Boca. La encuesta popular y el tema seguirán agotando las tertulias de la semana. ¿Fue o no fue?
Mientras tanto, Boca sigue festejando. Buscando canciones felices.
Con la palabra Copa... que rima con Boca.
HECTOR ONESIME
Fotos: ALFIERI, FORTE, ABACA, GIMÉNEZ, CARBALLO, MOSTEIRIN, DOPAZO, CARTIER, MARTELOTTI.
SÍNTESIS
BOCA JUNIORS 1 - Mouzo (88')
RIVER PLATE 0
18a. Copa Libertadores de América, serie preliminar, grupo I. Partido jugado en el estadio de Boca Juniors en Buenos Aires, el miércoles 9 de marzo de 1977 (nocturno).
Juez: Luis Pestarino. Jueces de línea: Roberto Osvaldo Barreiro y Miguel Francisco Comesaña.
Recaudación total: $ 19.835.750.
BOCA JUNIORS: Gatti; Pernía. Sá, Mouzo. Tarantini; Jorge José Benítez (x). Suñé. Ribolzi; Mastrángelo. Pavón (xx), Felman. DT: Juan Carlos Lorenzo.
(x) Reemplazado por Zanabria a los 66'. (xx) Reemplazado por Oviedo a los 61'.
RIVER PLATE: Fillol; Comelles, Lonardi. Passarella (x). Héctor Osvaldo López; Ártico, Merlo, Marchetti; Pedro Alexis González (xx), Luque. Oscar Alberto Ortiz (xxx). DT: Angel Amadeo Labruna.
(x) Expulsado a los 21'. (xx) Reemplazado por Coudannes a los 66'. (xxx) Reemplazado por Sabella a los 66'.
Detalle: a los 88' un penal ejecutado por Mouzo pegó en un poste, dio en el talón de Fillol y el mismo Mouzo —en segunda jugada— señaló el gol.
Momento clave de la jugada polémica de la noche. Felman quiere salir por afuera y Lonardi trata de cortarle el camino ¿Le traba el pie al puntero de Boca?
La misma escena desde otro ángulo. La pierna de Lonardi estirada y Felman que trastabilla, mientras la pelota sigue el curso que le asignó el mendocino. Pestarino observa.
Felman caído. Para Merlo y Comelles no pasó nada. Pestarino luego de una aparente duda decreta penal. Enseguida comienza el reclamo de la gente de River.
Oviedo y Ribolzi vienen a auxiliar a Felman como saboreando el epílogo de la escewna. Más atrás los hombres de River tratando lo imposible: que Pestarino modifique la decisión.
ALMA, CORAZÓN Y VIDA
Iban 15 minutos de juego y alguien a mi lado recuerda maliciosamente el pedido denegado a River por la Confederación Sudamericana para que exista el control antidoping en los partidos de Copa. Boca arrasa. En toda la cancha. El despliegue de Suñé es impresionante. Y Benítez. Y Ribolzi. Anticipa y gana. Siempre Boca. Es como si un mágico duende le atara a River las manos y los pies invitando a Boca a castigar a su rival. Y Boca dispone de esa facilidad. Lo arrincona a River. Parece que lo aplasta, pero no. Allí asoma la impotencia de Boca. Eso que por más alma, corazón y vida que ponga en la lucha no podrá encontrar: fórmulas ofensivas, Es como si quisiera ser otro Boca. Más cercano a Benítez, a Suñé, a Tarantini, al ausente Veglio que el Boca monocorde de Felman y Mastrángelo. Pero Boca no sabe. Domina por temperamento. El trámite es suyo por influjo de valores espirituales, pero no técnicos, ni siquiera tácticos. Hay más vigor, más capacidad física parada disputa. Pelota dividida, pelota de Boca. Así. River, sorprendido y desbordado, confía en algunos pocos hombres capaces de armar la resistencia, formar barricadas, levantar banderas. Y son:
FILLOL: Exigido con frecuencia y aunque no con mucho riesgo. Pero Fillol transmite y contagia solvencia desde el fondo.
COMELLES: Cerrando o marcando la raya, impecable. Con amplia colaboración en todo el frente del ataque boquense. Auxiliar en varias situaciones de compañeros comprometidos en otras zonas.
MERLO: Su acostumbrada dosis de sacrificio, aunque sin el peso ni la eficacia de otros partidos.
ORTIZ: El único delantero de River que exige. Que defiende la pelota y la trata de retener arriba, pese a la marca rigurosa-mente intimidatoria de Pernía.
LA LLUVIA, LOS NERVIOS, ¿QUIÉN SABE QUÉ...?
El arranque de Boca sumado al tornado que se desplomó sobre la cancha fueron haciendo crecer el clima dramático del espectáculo. E incluso a justificar algunas piernas que llegaban con más fuerza y más altura de las permitidas. A los 18 minutos River rompe el cerco. Por primera vez sus hombres consiguen rondar los palos de Gatti. Hay un tiro libre de Ortiz y un córner que cede Tarantíni. ¿River empieza a nivelar el trámite? ¿River supera la sorpresa inicial y entra a equilibrar el control de pelota y terreno? ¿River quiere transformar la fisonomía del juego? Esas preguntas quedan truncas muy pronto. Passarella corre para interceptar en mitad de cancha un pase a Pavón, que vino del fondo boquense, y le clava los tapones arriba, muy arriba. ¿Por culpa de la lluvia? ¿Por culpa de los nervios? Después habrá que preguntarle a Passarella. Tarjeta roja y River que vuelve a prepararse frente a la adversidad. La expulsión de Passarella me pareció inobjetable. De igual manera me pareció censurable que Pestarino hablara tres veces con Pernía (que pegó mucho y sin pelota) y nunca asomara ni siquiera una tarjeta amarilla para atenuar tanta "fogosidad'
El rendimiento individual de los jugadores de Boca es casi perfecto No se destacan sus punteros y hay —como queda dicho—una innecesaria tendencia al juego fuerte por parte do Pernía, pero son matices de una excelente producción, Una producción que no ofrece dividendos en la red. Muy de Boca. Benítez, mostrándose como el más lúcido intérprete de ese problema de su equipo, intentó varias veces de media distancia. Recurso aconsejable por el desarrollo del partido y por las condiciones del terreno. Bien Benítez por dinámica. Bien Suñé por su claridad para dar la salida. Bien Ribolzi con fuerza sin desbordes. Bien Sá, dominando a Luque y a todo intento que rondara su zona. Bien Mouzo. Bien Tarantini.
MOUZO: "No lo pensé. Le pegué fuerte y a esa punta." FILLOL: "Yo sabía que Mouzo los patea siempre fuerte y arriba …Pero cuando lo vi ponerse tan recto a la pelota, me di cuenta que lo pateaba a una punta...”
MOUZO: "No quise colocarla junto al palo, pero me salió justo al rincón...". FILLOL: "Me moví hacia la izquierda cuando le pegó y traté de estirarme todo lo que pude.”
MOUZO: "La pelota le rozó en los dedos y pegó en el palo… FILLOL: "No la toqué, pero no podía ser gol porque llegué justo hasta el poste…"
MOUZO: "Después le pegó en la espalda, y no sé si se metía sola. Pero si no le rebota igual la recibía yo”. FILLOL: "Me pegó en el talón y le quedó justa para que la empujara…"
MOUZO: "No dudé. Enseguida corrí para asegurada...". FILLOL: "Ya no tenía tiempo de darme vuelta y tirarme sobre la pelota
MOUZO: "Entré con todo, ya gritando el gol...". FILLOL: "Me quería morir. Lo atajaba, seguro que lo atajaba…”.
MOUZO: "Con bronca porque el partido se complicó mucho. Ese gol era la tranquilidad...". FILLOL: "Es increíble. Si no va al palo, lo atajo...".
OTROS TIEMPOS, OTROS HOMBRES
River sale sin cambios en el segundo tiempo. Quedan los mismos protagonistas De un lado, los sacrificados resistentes que con un hombre menos aguantan y aguantan. Del otro, los avasallantes dominadores enfermos de gol. Obligados a hacer lo que menos les gusta, lo que menos saben, lo más difícil del fútbol. ATACAR.
Aparece Ártico en toda su dimensión de HOMBRE para la adversidad. A veces pienso que Ártico es de esos jugadores que hay que tener siempre en el banco para incluirlos en momentos decisivos. El miércoles, mientras el partido fue normal, no alcanzó a destacarse. Cuando River se sentía asfixiado por la presión de Boca, le dio aire y espacio para aguantar. Y así consiguió sobrevivir casi hasta el final. Desde arriba llegaba el coro: "...es el famoso cordobés". Y Ártico, extenuado, destrozado por cada saque de arco, por cada anticipo o cada quite, encontraba en algún rincón de sus pulmones un poco más de oxigeno para seguir tirando.
La ofensiva de Boca —acuciada por el reloj— se hace más turbia. Entra Oviedo para aportar el gol que no se encontró en Pavón. Ya, a esa altura, River hasta se atrevía a llegar a Gatti. Y en una de ésas se va Luque por la izquierda, acompaña Ortiz, pase para Ortiz, tira, rebote en Gatti, nuevo remate y pelota afuera. ¡Hummm! ¿Qué pasa?
Ingresan Sabella y Coudannes por Ortiz y Pedro González Se me ocurre prematura la salida de Ortiz. Quizá a River le hubiese convenido escalar los cambios. Primero uno, al rato otro. De esta forma quedó de golpe con un solo delantero (Luque) y el resto atrás.
En este tiempo hay otro hombre de desempeño importante: Sabella. Con audacia y agresividad para encarar con su gambeta participó de la lucha y también del arranque que quiere ser llegada. Entró para meterse en el partido y tratar de aportar soluciones para su equipo. Lo de Coudannes fue menos. Muy poco. Los nombres de este período hasta ese minuto 42 fueron Ártico y Sabella. Héroes de un River heroico, Artífices de un empate con gusto y color de victoria.
Boca manda a Felman por derecha y a Mastrángelo por izquierda. Se desengancha Tarantini. Sale Benítez, entra Zanabria. Pero el gol no llega. Se lo pierde Mastrángelo. Cancha pesada, lluvia, ritmo de partido decisivo, espectáculo que no se paladea pero que agrede los resortes emotivos. ¿Cómo no conmoverse ante ese esfuerzo de Ártico? ¿Cómo no comprender la desesperación de Suñé por esas mil subidas que se convierten en vueltas?
Llueve, pero la gente sigue. Sueña con el empate, sueña con el gol. Sueña.
SEÑOR... ¿FUE PENAL?
La gente sueña. De pronto se despierta. Unos, furiosos. Otros, eufóricos. Como esa lluvia, desde el cielo cayó un penal. Sorpresa. Estupor. ¿Fue o no fue? La lluvia se hace aliada del tiempo y ya empezó a borrar el episodio. Al fin de cuentas ese penal fue para Boca, el que más dominó. El que más presionó. No digo justicia, pero se puede aceptar como acumulación de méritos. Está bien, fue para Boca. La encuesta popular y el tema seguirán agotando las tertulias de la semana. ¿Fue o no fue?
Mientras tanto, Boca sigue festejando. Buscando canciones felices.
Con la palabra Copa... que rima con Boca.
HECTOR ONESIME
Fotos: ALFIERI, FORTE, ABACA, GIMÉNEZ, CARBALLO, MOSTEIRIN, DOPAZO, CARTIER, MARTELOTTI.
SÍNTESIS
BOCA JUNIORS 1 - Mouzo (88')
RIVER PLATE 0
18a. Copa Libertadores de América, serie preliminar, grupo I. Partido jugado en el estadio de Boca Juniors en Buenos Aires, el miércoles 9 de marzo de 1977 (nocturno).
Juez: Luis Pestarino. Jueces de línea: Roberto Osvaldo Barreiro y Miguel Francisco Comesaña.
Recaudación total: $ 19.835.750.
BOCA JUNIORS: Gatti; Pernía. Sá, Mouzo. Tarantini; Jorge José Benítez (x). Suñé. Ribolzi; Mastrángelo. Pavón (xx), Felman. DT: Juan Carlos Lorenzo.
(x) Reemplazado por Zanabria a los 66'. (xx) Reemplazado por Oviedo a los 61'.
RIVER PLATE: Fillol; Comelles, Lonardi. Passarella (x). Héctor Osvaldo López; Ártico, Merlo, Marchetti; Pedro Alexis González (xx), Luque. Oscar Alberto Ortiz (xxx). DT: Angel Amadeo Labruna.
(x) Expulsado a los 21'. (xx) Reemplazado por Coudannes a los 66'. (xxx) Reemplazado por Sabella a los 66'.
Detalle: a los 88' un penal ejecutado por Mouzo pegó en un poste, dio en el talón de Fillol y el mismo Mouzo —en segunda jugada— señaló el gol.
