Las Entrevistas de El Gráfico

1927. ¡Ita! ¡Ita! ¡Ita!

El Gráfico publica en 1927 un perfil del legendario wing santiagueño de la Selección Segundo Luna. Adorado en sus pagos, trabajaba en una modesta carpintería cumpliendo un horario que no todos soportarían.

Por Redacción EG ·

11 de abril de 2020

POPULARIDAD


Segundo Luna, el excelente winger izquierdo del Club Mitre, de Santiago del Estero, es, en el orden nacional, un footballer popularísimo; pera allá en su provincia, es todavía más: un ídolo. Se le quiere de un modo extraordinario y casi excesivo. Se le admira por ser quien es  y como es. Los aficionados lo aplauden y saludan, dondequiera, que lo encuentren. Habrá quienes no conozcan cuáles y cuántas son las glorias históricas de la provincia; habrá quienes no recuerden cómo se llama el gobernador y el obispo; pero ni una solo de sus comprovincianos ignora que Segundo Luna es astro que brilla en el firmamento del deporte santiagueño. Y si uno hubiera que lo ignorase, ese hombre cometería una felonía, semejante a la del cristiano que afirmara no conocer a Dios.


SANTIAGUEÑO LINDO


Nació en la capital de la provincia, hace ahora 26 años. Allí nacieron también sus padres. Y sus abuelos. Es, como se ve, santiagueño de pura cepa. Lo son además, sus seis hermanos, su esposa y su hijito. Sus tres hermanos mayores dejaron de jugar football hace todavía poco tiempo. Dejaron paso a los que venían y, por cierto, que no tienen por qué lamentarse. Estos han prestigiado el apellido. Segundo, sobre todo. Juega en el Club Mitre desde que tenía quince años. Debutó en tercera división, pasó a la segunda al año siguiente, y está en primera desde 1920. Nunca jamás pensó dejar de defender los colores del Mitre. Cuando le insinuaron la conveniencia de hacerlo, a cambio de recompensas que podían crearle una mejor situación económica, se encogió de hombros. Y al rechazar la oportunidad de relativas comodidades, conquistó más afectos todavía. Lo hizo por su provincia y por sus amigos.
Imagen Jugando frente a la Liga Rosarina en el Campeonato Argentino de 1927.
Jugando frente a la Liga Rosarina en el Campeonato Argentino de 1927.

 

JUGADOR DE PRIMER ORDEN

En tan alto concepto se le tiene, que cada vez que se trata de construir un team representativo, él es el primero en ser tenido en cuenta. Tan bueno es, y tan bueno ha sido siempre, que ni una sola vez los combinados santiagueños han dejado de contar con el eficaz concurso de su colaboración. Jugó contra tucumanos, salteños, correntinos, cordobeses, sanjuaninos, mendocinos, porteños y rosarinos. En matchs internacionales contra escoceses, chilenos, uruguayos y brasileños. Fue a Chile en 1924. A Brasil en 1926. Irá al Perú ahora. Su desempeño ha sido siempre inmejorable. Cuando no fue el mejor hombre del field, fue una de las más grandes figuras. Extraordinariamente veloz, poseedor de un spot tan certero como potente y dotado de una inteligencia poco común, es un jugador hábil y peligroso a la vez. Para sus compañeros, constituye una garantía de éxito. Para sus adversarios, un escollo difícil de salvar.


HAY UNA ESPECTADORA


Cada vez que juega en Santiago, hay entre los espectadores de la tribuna oficial una persona que sigue el desarrollo de todas sus jugadas, presa, de honda ansiedad. Es una viejecita de 65 años, que cuando la emoción no se lo impide, prorrumpe, antes que cualquier otra en gritos que son de aliento y de estímulo. Es la madre. Madre que, como todas las demás, vive instantes de orgullo infinito, cuando siente el batir de palmas en honor de su hijo y que, como todas las madres, se esfuerza por aguantar un sollozo y disimular su pena, cuando el hijo regresa entristecido a la casilla por haber encontrado quien los derrotara. Doña Antonia Gómez de Luna no va sola a presenciar los partidos. La acompañan la esposa de Luna, el hijito,  los hermanos y todos cuantos se sienten orgullosos de llamarse Luna y ser parientes de Luna,

Imagen Segundo Luna
Segundo Luna

 

¡ITA! ¡ITA! ¡ITA!


¡ITA!  ¡ITA! ¡ITA!  es el grito que lanzan los aficionados que él entusiasma con su .juego. Cuando lo llamaron cuando era una criatura. Cuando fue al colegio. Y siempre después.¡Ita! ¡Ita! fue el clamoreo que lo acompañó hasta casa, cuando en julio último se dio el lujo de señalarle en forma verdaderamente espectacular dos goals al formidable Díaz (Octavio), conceptuado el mejor arquero del país, en la actualidad. Uno de esos tantos hizo después de eludir mediante hábiles gambetas, a Fioroni, Sarasivar, y otros no menos famosos. Como consecuencia de tan feliz situación no faltó quien dijera que wingers como Ita difícilmente volverán a verse; pero mejores que él, nunca. El juicio parecerá excesivo. Pero da idea de la forma corno se lo considera. Y como lo dijo, quien no es santiagueño la referencia cobra valor más señalado.

CÓMO SE GANA EL PAN


Trabaja en una modesta carpintería. Allí se gana el pan nuestro de cada día. Con la garlopa y el serrucho cumple un horario que no todos soportarían. Se siente feliz con su trabajo. Orgulloso además. "Si hubiera querido,  ha dicho él,  sería empleado público y estaría radicado en la Capital Federal. Para ello habría bastado tan sólo quo él se resolviera a jugar por algunos de los clubs que solicitaron su concurso. No quiso dejar el terruño.  ¡Lo quiere tanto!.
Imagen Posando para El Gráfico. Al año siguiente de esta nota Santiago Del Estero se consagró vencedor del Campeonato Argentino de Ligas
Posando para El Gráfico. Al año siguiente de esta nota Santiago Del Estero se consagró vencedor del Campeonato Argentino de Ligas

 

UNA CASITA EN LA LOMA


Como premio a su constancia, el Club Mitre le prepara un homenaje, el que habrá de traducirse, posiblemente, en el obsequio de una casita. De una casita blanca allá en la loma, como con la que desde que él era niño viene soñando su madrecita. Se la regalarán porque que se merece eso y mucho más. Contribuirá el club que le debe parte de sus prestigios; sus amigos, sus admiradores y cuantos saben lo mucho que por Santiago del Estero deportivo ha hecho el jugador Segundo Luna. Será una casa que le permitirá pasar una vejez tranquila y sin preocupaciones. Casita que al verla sus hijos, obligará a que el padre les cuente cómo y por qué se la regalaron. Y al evocar recuerdos, se entristecerá el padre y se entusiasmarán los hijos.

EN CHILE


Le ocurrió una cosa curiosa. Uno de los componentes del team argentino era Semino, quien estaba de conscripto entonces. Durante todo el trayecto de ida lució el uniforme. En Chile, unos días lo usaba Semino y otros Penella. Cierta noche que éste, vestido de conscripto, estaba tocando una flauta con menos habilidad que Bartolo, Luna, ubicado detrás de un mueble, le arrojó un pancito de azúcar. Penella miró a su alrededor y no vio a nadie. Breves instantes después volvió a repetir la broma y otra vez, transcurridos unos minutos Penella se desesperaba buscando a quien lo interrumpa en su composición musical, cuando por casualidad vio que detrás de un armario había un hombre. Lo curtió. Y como Luna creyera que Penella se había disgustado y trataba de agredirlo, también echó a correr, En menos instantes do los que se necesitan para contarlo, bajaron varios pisos del hotel. Cuando en la puerta de calle el portero los detuvo y previas explicaciones se aclaró  lo ocurrido; ambos so abrazaron. No había pasado nada.

Imagen Formación Argentina que debutó en el campeonato Sudamericano de 1927: Evaristo, Bidoglio, Díaz, Recanatini, Fossa, Monti, Carricaberry, Ochoa, Ferreira, Seoane y Luna.
Formación Argentina que debutó en el campeonato Sudamericano de 1927: Evaristo, Bidoglio, Díaz, Recanatini, Fossa, Monti, Carricaberry, Ochoa, Ferreira, Seoane y Luna.
 
 

UN GRAN TEAM


Cuando se le preguntó qué concepto le merecía el team argentino que irá al Perú, con toda sinceridad respondió: “Yo no puedo decir si es bueno o malo team, porque eso podrá saberse recién después de haberlo visto actuar; pero puedo decir, en cambio, que si yo hubiera elegido a los jugadores, algunos de los designados se habrían quedado en sus casas. Díaz, Bidoglio y Recanatinl, Médice, Monti y Alonso; Perinetti, Tarascone, Ferreyra, Seoane y Onzari, podrían constituir lo que se llama un gran conjunto”. Ha nombrado a los que él supone los mejores. Su modestia le ha impedido nombrarse él.
 

AMSTERDAM


No sabe todavía si en el próximo Campeonato Sudamericano jugará como titular o suplente. Cuando intervenga, lo hará, eso sí, poniendo toda la voluntad y el entusiasmo que él posee. Tratará de jugar mejor que los demás, para demostrar que si alguien tiene méritos y cualidades para ir a Ámsterdam, en el posible caso de que se vaya, ese es él. Ansía el viaje. Un poco porque arde en deseos de conocer aquello, y otro poco porque desea formar parte del team que disputará tan trascendental concurso. Después de Ámsterdam, poco le importaría continuar jugando. Ser parte de un team que conquiste el campeonato mundial, es su obsesión. Y esa obsesión no es sino consecuencia lógica de su patriotismo. (Finalmente Segundo fue parte del plantel argentino en los Juegos Olímpicos de Amsterdam, aunque no llego a jugar ningún encuentro).

Imagen 1927. Después del gol del triunfo en el alargue frente a Rosario en el Campeonato Argentino, los compañeros de Segundo Luna no pueden contener la alegría y, levantándolo en andas, lo pasean por la cancha.
1927. Después del gol del triunfo en el alargue frente a Rosario en el Campeonato Argentino, los compañeros de Segundo Luna no pueden contener la alegría y, levantándolo en andas, lo pasean por la cancha.

EL TERRUÑO TIRA


Segundo Luna es, como la mayoría de los muchachos de provincia; modesto y tímido. Las palabras hay que sacárselas como con tirabuzón. Para que diga algo, hay que preguntárselo. Ha venido no pocas veces a la Capital Federal  y sin embargo, no puede acostumbrarse a ella. "Esto es muy lindo — ha dicho, — pero allá se está mejor". Ese pensamiento íntimo, encierra una gran verdad. Una Avenida de Mayo o Florida, a las seis, le causarán asombro, ¿pero quién lo conoce a él cuando camina por una de esas calles? En cambio allá, en Santiago del Estero, Luna es, no tanto como el gobernador y el obispo, pero sí más popular que éstos. Ya hemos dicho que lo saludan y. aplauden, dondequiera que lo encuentren.


El Gráfico 1927